Duarte con París: el costo de una deuda social acumulada

Quien no la ha visitado, por lo menos por referencia la conoce: la intersección de las calles Duarte con París, un emblemático e icónico espacio donde confluyen diversos aspectos de la cultura, costumbre y modus vivendi dominicana y que por su peculiaridad ha inspirado hasta canciones como la interpretada por el canario Braulio y en la época del presidente Joaquín Balaguer se equiparó con el accionar en una parte del Palacio Presidencial.

La confluencia de nacionalidades, de comerciantes y ofertas de diversos productos; de rutas de autobuses, carros y motoconcho, de “mansos y cimarrones” la ha hecho popular desde hace más de cinco décadas, aumentando el caos, el desorden y la inseguridad.

Históricamente es el lugar por excelencia de la capital donde ganarse la vida de cualquier forma y uno de los espacios de la ciudad donde más dinero en efectivo se mueve y se percibe, en parte, el dinamismo de la economía formal e informal.

Duarte con París es sinónimo de caos, desorden para muchos, pero también de oportunidades para otros que como vendedores ambulantes de empanadas, refrescos, frutas víveres, ropas, nuevas, usadas utensilios para el hogar, zapatos, celulares hasta objetos usados insignificantes se pueden hallar en sus aceras y parte de la vía.

Por su importancia para la ciudad, desde la pasada Alcaldía que encabezó el ahora ministro de Turismo, David Collado, se comenzó a trabajar el tema de solución como parte del compromiso de campaña del entonces candidato a síndico que en varias ocasiones prometió que no se iría del cargo sin resolver ese caos.

Amín Abel Santos, Coordinador General del Programa Integral de Desarrollo Turístico y Urbano de la Ciudad Colonial del Ministerio de Turismo cuenta que el proyecto es parte de la visión de desarrollo urbano que tenía la pasada administración de la Alcaldía de rescatar los espacios degradados para devolverlos a los ciudadanos.

Con la creación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y los proyectos de renovación urbana, la Duarte con París se enmarcaba dentro de las prioridades por ser un espacio emblemático y por los reclamos de los ciudadanos al que había que buscarle una solución integral.

“No es solo un proyecto de remozamiento, es un proyecto de renovación y regeneración del área de la Duarte con París y la idea está contemplada de una manera mucho más amplia en el Plan de Ordenamiento Territorial porque toca diferentes espacios de la capital, no solo la Duarte con París, que es un proyecto emblemático”.

La llegada de la pandemia del coronavirus el año pasado retrasó el inicio del proyecto piloto y como dice Amín Abel Santos, el compromiso de Collado se mantenía en pie de entregar la primera parte en unos 60 días. En esta primera fase se invertirá aproximadamente un millón de dólares, unos 57 millones y tantos de pesos que serán aportados, en su mayoría por empresarios que se habían comprometido con el pasado alcalde como el caso de Juan Vicini y Ligia Bonetti. El lunes 28 pasado se dio inicio formal a los trabajos de remozamiento con la presencia del presidente Luis Abinader, la alcaldesa Carolina Mejía y otras autoridades. Abinader dijo: “La Duarte con París no va a ser la referencia de caos, sino ejemplo de orden” y dio su apoyo a Mejía para completar la obra de poco mas de medio kilómetro.

El proyecto y su alcance

El arquitecto Juan Mubarak es uno de los ideólogos del proyecto e informa que fue diseñado desde la calle París esquina Jacinto de la Concha hasta la Plazoleta La Trinitaria, en la cabecera del Puente Duarte unos 500 ó 600 metros lineales, pero aclara que la primera fase solo abarcará desde la Jacinto de la Concha hasta la Duarte, en ambos lados de la vía.

Serviría de modelo para completar el trayecto bajo la responsabilidad de la actual administración de la Alcaldía con el apoyo del presidente Luis Abinader, que se comprometió a apoyar los trabajos durante el acto de inicio de la primera fase. El trayecto completo comprende la reubicación de unos 700 buhoneros que durante décadas han estado en el lugar. El proyecto se trata de una réplica de un modelo estudiado en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, que tenía características similares a la intervenida y que en el caso dominicano implicaría una especie de “cirugía urbana”.

Para lograr el consenso y el éxito se buscó el consenso con los principales actores: comerciantes y buhoneros y de estos últimos se hizo selección para una comisión de dirigentes que visitó Guayaquil y ser testigos de la transformación de un espacio similar.

La primera etapa contempla la construcción de 76 módulos de ventas repartidos en 12 grandes unidades de módulos en ambas aceras de ese tramo de la calle y cuenta con un espacio para la circulación de personas por la vía en un área de cuatro metros de ancho.

Además, contempla iluminación, arborización, equipamiento inmobiliario urbano para el desenvolvimiento de las actividades que se van a hacer allí.

“Este proyecto va resolver el problema de infraestructuras que hay en la zona, por ejemplo, en esa zona hay un problema de aguas servidas, de aguas pluviales y de abastecimiento de agua y claro, todo el tema de electricidad, todo eso va soterrado, se va a organizar, se va a manejar adecuadamente y las diversas instituciones competentes van a cooperar con eso, incluyendo el Intrant”.

Mientras duren los trabajos el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestres se encargará de todo el proceso de circulación vial como los desvíos, todo el plan de manejo de circulación para que la ciudadanía sea afectada lo menos posible.

“El proyecto tiene como germen que se mide la calidad de vida de las personas y la calidad de convivencia y de interacción con organizar los espacios públicos y ese tipo de comercio, cada individuo se va convertir en un pequeño empresario en el que no solo ayudará a sus familias, sino a otros en organizar los espacios públicos... al final, es proyecto que va a poner la dignidad ciudadana a otro nivel y que posiblemente muchas personas de las que mañana ocupen esos lugares van a ver la vida de otras manera”, indicó Mubarak.

Dudas y esperanzas

Aunque buhoneros, comerciantes, compradores y residentes saludan el proyecto, alguno tiene sus dudas porque llevan tantos años escuchando soluciones y nunca se concretizan. Leonardo Pérez es uno de ellos, como vendedor debajo del elevado ve bien el proyecto siempre y cuando sea para una organización justa, pero deplora que no tenga muchas informaciones del proyecto.

De igual modo Víctor Almonte y Lucas Almonte también lo favorecen y confían en que esta vez haya solución, sobre todo para los dominicanos porque aseguran que en el tramo que será intervenido hay más extranjeros (haitianos) que dominicanos.

Jacinto Manuel Méndez, residente en el lugar, tiene 70 años y nació en las inmediaciones de la Duarte con París, para él todavía es increíble la materialización del proyecto porque entiende que es demasiado lo que se ha dejado avanzar el desorden.

“Todo el mundo tiene que buscar su comida, pero de esa forma no, a veces uno no puede ni caminar y cuando lo hace casi se lo impiden y eso no es así, hay muchas cosas malas en estos pedazos, yo nací por aquí y tengo 70 años, nací en el año 1950, el 11 de septiembre, esto no era así, ahora es caótico, se ha dañado, en verdad todo el mundo se busca su comida, pero no se esa forma.

Aida Victoria Castro, también es nativa del lugar, aunque hace 16 años que se mudó, pero siempre visita la zona y ve un gran cambio para mal y una esperanza de mejoría con el nuevo proyecto.

Es partidaria del cambio, pues asegura que los residentes no tienen tranquilidad por la situación que generan vendedores y compradores en la vía.

“Yo me crié por aquí, yo tengo 16 años que vivo fuera, esto no era así, yo aquí crié mis hijos y desde chiquita vivía en esta casa materna de nosotros, esto ha cambiado, no se vive con y tranquilidad mucha se dice muchas malas palabras”.

El proyecto Duarte con París hace recobrar la esperanza en muchos de que realmente las cosas van a cambiar.