Cables de alta tensión penden sobre techos en Los Alcarrizos

Se construyen casas en áreas protegidas para torres eléctricas

Las viviendas han arropado la mayoría de las torres y la gente vive sin temor. (José Justo Féliz)

LOS ALCARRIZOS. Conscientes o ignorando el peligro que les acecha constantemente desde hace años, decenas de familias conviven debajo de cables de alta tensión de la línea Palamara-Itabo por la que transitan 138 mil voltios en barrios de Los Alcarrizos.

Los hierros de las torres que soportan los cables son utilizados como tendederos de ropa, existen letrinas debajo de las estructuras; partes de habitaciones quedan debajo del área; colmados y otros negocios, así como los patios y frentes de viviendas son parte de la zona donde están enclavadas las bases de la estructura metálica.

En ocasiones, el alto voltaje emite un sonido que se expande por los techos de las viviendas, pero eso no preocupa a la gente, tampoco las radiaciones que emite la electricidad considerada, según estudios, como una de las principales causa del cáncer en humanos.

¿Quién dijo miedo?

Argumentando que nunca ha pasado nada, los habitantes viven sin preocupación y como dice el residente Juan de la Cruz, que tiene más de 23 años viviendo por el lugar, nunca ha visto un accidente causado por los cables y las torres.

“Ellos lo que tienen es que preocuparse más por dar mejor servicio que no lo están dando , son cinco horas de luz que nos dan aquí nada más”, dijo.

Javier Milton vio nacer y crecer su hijo de 18 años y dice que no teme de nada porque ya están acostumbrados. Cuenta que tiene tres hermanos que tienen viviendas en los alrededores de la torre y han visto pasar huracanes y no ha pasado nada.

Acusa a las autoridades de haber dejado que el problema sea mayor porque debieron impedir que la gente rodeara las torres y construyera debajo de los cables. Esta consciente del peligro, pero entiende que hay que buscarle otro lugar a las decenas de familias que viven debajo de los cables.

Las torres tienen más de 40 años instaladas y al pasar el tiempo la gente fue invadiendo los espacios, a pesar de que la ley establece que para hacer construcciones o realizar asentamientos humanos se requiere un mínimo de 30 metros a ambos lados de las líneas de transmisión.

Los gobiernos han permitido que se cree un problema mayor que se pudo evitar, y que ahora requiere de recursos para reubicar a decenas de familias que tienen sus vidas y bienes debajo y al lado del peligro amenazante.

“Nos ordena a procesarlos por atentado al sistema eléctrico y segundo que nos pone en condición, que a requerimiento de las partes, en este la empresa de transmisión eléctrica , a requerimiento de ellos , nosotros podemos emplear la fuerza pública para la demolición de esas infraestructuras y hasta de los frutos si hay sembradíos”, advirtió. Cuenta que ha recibido alrededor de 200 denuncias sobre personas que han construido en terrenos propiedad de la empresa energética e informó que es un problema al que se emplearán a fondo porque tiene una doble condición de daños: Internacionalmente hay unos parámetros que prohibe la construcción de viviendas por el área por donde pasan las redes de transmisión.

Recordó que la propia ley considera la permanencia de esas personas en esos lugares como un atentado al sistema. “Esto compromete la salud y la vida de esos ciudadanos”, aclaró

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