Chris Downey: "Una arquitectura más allá de la vista
Diseñar en función de un grupo poblacional con características y demandas muy específicas, como los discapacitados, es una tendencia que gana espacio en República Dominicana, y la Escuela de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana se suma a la iniciativa trayendo a su escenario a Chris Downey, un arquitecto no vidente de Oakland, California, Estados Unidos, que perdió la vista por una tumoración y decidió enfrentar la vida de la manera más positiva, a partir de lo que era su oficio: diseñar.
Con el tema "Una arquitectura más allá de la vista", Downey impresionó a un auditorio repleto de jóvenes estudiantes y varios no videntes, incluida Francina Hungría, la joven ingeniera dominicana que perdió la vista por el disparo de una bala al ser víctima de un asalto.
El arquitecto californiano ofreció una perspectiva entre profesional y humana sobre el cambio de vida que asumió y la necesidad de satisfacer demandas de la población no vidente, en términos de diseño y del uso de los espacios públicos y privados.
Ciego desde 2008, Downey, con 50 años de edad y 20 de ejercicio profesional, sabe con certeza de que habla, porque desde entonces ha desarrollado una carrera dando renombre a la "Arquitectura Ciega". Su conferencia en la Escuela de Arquitectura de UNIBE se enfocó en su estrategia para sobrevivir y ser productivo.
Luego de recuperarse de la operación que lo privó de la vista, Chris Downey regresó al trabajo como arquitecto de la oficina Michelle Kaufmann Designs. Un año después, abrió su propia oficina en el estado de California, con el nombre de Architecture for the Blind (Arquitectura para Ciegos), a través de la cual desde entonces ofrece consultoría a equipos de diseño, firmas de arquitectos y organizaciones que buscan disponer de mejores entornos para quienes enfrentan alguna carencia visual.
Downey, quien estudió la carrera de diseño ambiental y arquitectura, en la Universidad de Carolina del Norte, y obtuvo una maestría en Arquitectura en la Universidad de California (Berkeley), como consultor específico para no videntes, se refirió a las discapacidades visuales subrayando aspectos claves, como el hecho de que las luces no suman, sino que restan a quienes viven en un mundo de oscuridad.
UNA INVITACION A VER SIN MIRAR
Downey trajo la invitación para "redescubrir el mundo sin vista". Señaló que "algo que aprendí sin mi vista, fue a entender", y recordó que antes de sufrir el problema que los dejó ciego, era un arquitecto que hacia casas modulares prefabricadas en California, entre otros proyectos.
A la operación del tumor, contó, siguió la pérdida de la visión, la vida en el hospital y "el terror". "Cuando todo esto pasó, tuve nuevas experiencias, reinventé la forma de trabajar, lo que hago y como vivo", manifestó sin esconder su satisfacción.
¿En qué se entrenó? ¿Cómo comenzó redefinir su oficio y las herramientas que necesitaba para lograr sus objetivos? Él lo resume en cinco pasos o elementos claves que se propuso dominar: seguridad, orientación y movilidad; tecnología, habilidades de vida y aprendizaje del sistema braille.
Downey explica que todas las cosas que se toman por sentado, son un reto cuando se pierde la vista. Aunque está consciente de que no todo se puede hacer, se queda con la expresión de que "hay muchas cosas se que pueden, todo es posible". Y por eso considera que la idea de una arquitectura ciega "no es tan loca".
Cuando desaparece la vista, argumenta, todo lo que es poco importante se convierte en lo más importante. Se refiere de manera particular a los sentidos. "Se dice que el 80% de la experiencia de un arquitecto es visual, y el otro 20% es para el resto de los sentidos", comentó.
UN PUNTO DE PARTIDA
Era un arquitecto ciego y sin trabajo en 2009, cuando recibió la llamada de un amigo que le habló de un entrenamiento de negocios para arquitectos y lo estimuló a vincularse al proyecto en Palo Alto, California. Se trataba de la construcción de un edificio donde se impartirían clases a militares estadounidenses que habían perdido la vista. Cuando llegó al equipo, ya contaban con un arquitecto ciego, y él se convirtió en el segundo.
Ese trabajo le dio una oportunidad que en su opinión puso en evidencia que muchos nuevos proyectos necesitan de alguien que entienda el valor de la necesidad de las personas que experimentan la perdida de la vista.
"Se necesita de mucha paciencia, y más cuando estás en un lugar y preguntan dónde queda algo, y simplemente te responden: hacia la derecha, hacia la izquierda", manifestó.
Downey resaltó que en Estados Unidos existe un diseño arquitectónico para facilitar la movilidad. Es el sistema Ada, que proporciona espacios y formas adecuadas para garantizar el desplazamiento con bastón de un no vidente.
"Dejar una separación entre la acera y la calle para que las personas discapacitadas puedan sentir y escuchar con su bastón" fue uno de los ejemplos que puso sobre las estrategias que se deben asumir para construir pensando en los ciegos.
De la experiencia de VA Palo Alto Rehabilitation Center, proyecto a cargo de Smith Group, valoró que la iniciativa del gestor del grupo condujo al cambio de algunos parámetros del diseño del edificio que en principio no funcionaban. Por ejemplo, se cambió la escalera y la estructura paso a tener las columnas dentro de las paredes para aquellos que necesitan el borde para transitar.
Otra referencia que en su opinión ilustra lo mucho que se puede hacer es el Kimball Art Museum, una edificación diseñada por el arquitecto Louis Khan cuando estaba un proceso avanzado de ceguera.
"No tener vista me ayudó a comprender el espacio", dice Downey, y añade que puede "experimentar muchas partes intencionales del diseño".
APORTES DE DOWNEY
Braille para leer los planos: Downey imprime los planos en relieve, y utiliza el sistema Braille para leerlos. Pasando su dedo índice, empieza a entender de qué se trata el dibujo, y captura los detalles.
Wikki Stix: mediante el uso de esta herramienta, que son barras de cera muy delgadas que se pueden doblar fácilmente, para formar curvas o otras formas, Chris Downey es capaz de dibujar en la parte superior de los planos con relieves. Puede generar todo tipo de opciones, y quitarlos si no está satisfecho, para volver a intentarlo.
"La gran arquitectura para ciegos y deficientes visuales es como cualquier otra gran arquitectura, pero mejor: se ve y funciona de la misma forma, al tiempo que ofrece una participación más rica y mejor para todos los sentidos. Con este entendimiento ampliado, ofrezco el potencial para mejorar la experiencia en los entornos que sirven a una mayor proporción de personas con discapacidad visual".
Ciego desde 2008, Downey, con 50 años de edad y 20 de ejercicio profesional, sabe con certeza de que habla, porque desde entonces ha desarrollado una carrera dando renombre a la "Arquitectura Ciega". Su conferencia en la Escuela de Arquitectura de UNIBE se enfocó en su estrategia para sobrevivir y ser productivo.
Luego de recuperarse de la operación que lo privó de la vista, Chris Downey regresó al trabajo como arquitecto de la oficina Michelle Kaufmann Designs. Un año después, abrió su propia oficina en el estado de California, con el nombre de Architecture for the Blind (Arquitectura para Ciegos), a través de la cual desde entonces ofrece consultoría a equipos de diseño, firmas de arquitectos y organizaciones que buscan disponer de mejores entornos para quienes enfrentan alguna carencia visual.
Downey, quien estudió la carrera de diseño ambiental y arquitectura, en la Universidad de Carolina del Norte, y obtuvo una maestría en Arquitectura en la Universidad de California (Berkeley), como consultor específico para no videntes, se refirió a las discapacidades visuales subrayando aspectos claves, como el hecho de que las luces no suman, sino que restan a quienes viven en un mundo de oscuridad.
UNA INVITACION A VER SIN MIRAR
Downey trajo la invitación para "redescubrir el mundo sin vista". Señaló que "algo que aprendí sin mi vista, fue a entender", y recordó que antes de sufrir el problema que los dejó ciego, era un arquitecto que hacia casas modulares prefabricadas en California, entre otros proyectos.
A la operación del tumor, contó, siguió la pérdida de la visión, la vida en el hospital y "el terror". "Cuando todo esto pasó, tuve nuevas experiencias, reinventé la forma de trabajar, lo que hago y como vivo", manifestó sin esconder su satisfacción.
¿En qué se entrenó? ¿Cómo comenzó redefinir su oficio y las herramientas que necesitaba para lograr sus objetivos? Él lo resume en cinco pasos o elementos claves que se propuso dominar: seguridad, orientación y movilidad; tecnología, habilidades de vida y aprendizaje del sistema braille.
Downey explica que todas las cosas que se toman por sentado, son un reto cuando se pierde la vista. Aunque está consciente de que no todo se puede hacer, se queda con la expresión de que "hay muchas cosas se que pueden, todo es posible". Y por eso considera que la idea de una arquitectura ciega "no es tan loca".
Cuando desaparece la vista, argumenta, todo lo que es poco importante se convierte en lo más importante. Se refiere de manera particular a los sentidos. "Se dice que el 80% de la experiencia de un arquitecto es visual, y el otro 20% es para el resto de los sentidos", comentó.
UN PUNTO DE PARTIDA
Era un arquitecto ciego y sin trabajo en 2009, cuando recibió la llamada de un amigo que le habló de un entrenamiento de negocios para arquitectos y lo estimuló a vincularse al proyecto en Palo Alto, California. Se trataba de la construcción de un edificio donde se impartirían clases a militares estadounidenses que habían perdido la vista. Cuando llegó al equipo, ya contaban con un arquitecto ciego, y él se convirtió en el segundo.
Ese trabajo le dio una oportunidad que en su opinión puso en evidencia que muchos nuevos proyectos necesitan de alguien que entienda el valor de la necesidad de las personas que experimentan la perdida de la vista.
"Se necesita de mucha paciencia, y más cuando estás en un lugar y preguntan dónde queda algo, y simplemente te responden: hacia la derecha, hacia la izquierda", manifestó.
Downey resaltó que en Estados Unidos existe un diseño arquitectónico para facilitar la movilidad. Es el sistema Ada, que proporciona espacios y formas adecuadas para garantizar el desplazamiento con bastón de un no vidente.
"Dejar una separación entre la acera y la calle para que las personas discapacitadas puedan sentir y escuchar con su bastón" fue uno de los ejemplos que puso sobre las estrategias que se deben asumir para construir pensando en los ciegos.
De la experiencia de VA Palo Alto Rehabilitation Center, proyecto a cargo de Smith Group, valoró que la iniciativa del gestor del grupo condujo al cambio de algunos parámetros del diseño del edificio que en principio no funcionaban. Por ejemplo, se cambió la escalera y la estructura paso a tener las columnas dentro de las paredes para aquellos que necesitan el borde para transitar.
Otra referencia que en su opinión ilustra lo mucho que se puede hacer es el Kimball Art Museum, una edificación diseñada por el arquitecto Louis Khan cuando estaba un proceso avanzado de ceguera.
"No tener vista me ayudó a comprender el espacio", dice Downey, y añade que puede "experimentar muchas partes intencionales del diseño".
APORTES DE DOWNEY
Braille para leer los planos: Downey imprime los planos en relieve, y utiliza el sistema Braille para leerlos. Pasando su dedo índice, empieza a entender de qué se trata el dibujo, y captura los detalles.
Wikki Stix: mediante el uso de esta herramienta, que son barras de cera muy delgadas que se pueden doblar fácilmente, para formar curvas o otras formas, Chris Downey es capaz de dibujar en la parte superior de los planos con relieves. Puede generar todo tipo de opciones, y quitarlos si no está satisfecho, para volver a intentarlo.
"La gran arquitectura para ciegos y deficientes visuales es como cualquier otra gran arquitectura, pero mejor: se ve y funciona de la misma forma, al tiempo que ofrece una participación más rica y mejor para todos los sentidos. Con este entendimiento ampliado, ofrezco el potencial para mejorar la experiencia en los entornos que sirven a una mayor proporción de personas con discapacidad visual".
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