“Cada 15 días alguien se lanza de un puente de Santo Domingo Este”

Piden vallas para evitar que personas se acerquen a los bordes

Puentes Juan Pablo Duarte y Juan Bosch.

SANTO DOMINGO. “Esos casos casi no salen en la prensa, pero cada 15 días alguien se lanza de uno de los puentes de Santo Domingo Este”.

La información que ofrece Javier Bueno, Intendente General del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo Este, aporta una forma de dimensionar la trágica realidad de suicidio en el país.

En los primeros seis meses del año, 311 personas decidieron poner fin a sus vidas, según el boletín estadístico que prepara el Observatorio de Seguridad Ciudadana que coordina el Ministerio de Interior y Policía. La cifra refleja un incremento de 42 casos respecto a igual periodo de 2017, y lleva la tasa país a 6.7 casos por cada 100,000 habitantes.

Aunque el ahorcamiento y el envenenamiento son las formas más comunes, los que se tiran al agua siguen la lista.

“Lamentablemente, quienes se lanzan del puente casi siempre tienen éxito, pues son personas que vienen rápido y sin pensarlo se tiran”, comenta Bueno. Recuerda el último caso en que intervinieron, siempre tras la llamada de un testigo.

Se trató de un señor que iba en un motoconcho. Cuando cruzaba el Puente Duarte, le pidió parada al motoconchista y se lanzó de inmediato. Además del Duarte, se registran casos frecuentes en el Puente Francisco del Rosario Sánchez (de la 17) y Juan Bosch, que unen a esa demarcación con el Distrito Nacional. Cada uno suele ser fatal para los que tienen instintos suicidas, debido a las corrientes del río Ozama. Otras veces, porque las personas caen en suelo seco en el techo de alguna vivienda.

Los Bomberos del municipio tienen una unidad de rescate terrestre y acuático especializado en aguas en superficie y a profundidad, compuesto por 10 agentes que se turnan de cinco en cinco entre mañana y noche para atender esos y otros casos de emergencia. Pero la vigilancia no es efectiva para evitar los lanzamientos, pues los casos en que las personas dan señales previas, son los mínimos. El Intendente entiende que hace falta la colocación de mallas altas que impidan el acercamiento de las personas hasta el borde de los puentes.

Pone como ejemplo el caso del Ramón Matías Mella, del que por la protección que tiene, no tiene reportes significativos de casos de suicidios en los últimos años.