Bolivia: Extracción de caimanes sigue impune

LA PAZ, Bolivia - Casi 5.000 crías de caimán fueron extraídas ilegalmente de uno de los mayores pantanos del mundo por cazadores ilegales atraídos por el lucro, pero tres meses después no se conoce a los responsables y tampoco hay una querella, a pesar de ser el mayor decomiso de animales silvestres vivos en Bolivia, informaron autoridades.

El gobierno central y la gobernación de la provincia oriental de Santa Cruz, donde se confiscó el cargamento en abril pasado, todavía no se ponen de acuerdo para iniciar una querella, informaron a la AP, funcionarios de ambas reparticiones.

Para Santa Cruz es el gobierno central que debe iniciar la querella. Las autoridades nacionales alegan que la competencia directa atañe a la región. Hasta ahora no ha sido posible identificar a los responsables y el expediente espera en el juzgado de un pueblo del oriente boliviano.

"El control de vida silvestre es el tema más olvidado de toda la problemática medioambiental. No hay siquiera cifras oficiales sobre el tráfico de animales", comentó a la AP, Marco Octavio Ribera, investigador de la Liga de Defensa del Medioambiente.

El decomiso fue casual. El cabo José Luis Quispe de la policía caminera detuvo a un camión cargado de cajas en Puerto Pailas, 580 kilómetros al este de La Paz, en una inspección de rutina. "No podría creer, nunca había visto tantas crías de lagarto en cajones como si fueran tomates y los cueros botados por ahí. En la oficina hay un afiche contra la caza ilegal y un número de teléfono para denunciar. Llamé, era la Gobernación de Santa Cruz", relató a la AP.

En su informe a Manlio Roca, secretario de Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente de Santa Cruz, los inspectores que hicieron la requisa denunciaron haber encontrado 4.936 crías de caimán yacaré, de los cuales 17 habían muerto, y 511 cueros del animal. Los recién nacidos habían sido recogidos del Pantanal, una inmensa llanura pantanosa casi del tamaño del Reino Unido que comparten Bolivia, Brasil y Paraguay, y viajaron 500 kilómetros bajo un sol abrasador.

Roca dijo a la prensa que los animales iban a la ciudad de Santa Cruz, capital de la región, para ser vendidos. El chofer Iván Huayllani y su acompañante Gerardo Añez declararon al policía Quispe que el cargamento tenía como destino Crocoland, el único criadero autorizado de lagartos en cautiverio.

Mostraron un permiso de caza para 69 animales que había vencido el 30 de octubre de 2012 y una autorización de traslado mal registrada que vencía el 30 abril de este año con un sello de la Dirección de Recursos Naturales de Santa Cruz, según el informe de los inspectores. Un abogado de Crocoland "argumentó la legalidad del cargamento", dice el informe.

El gerente de Crocoland, Alejandro Franulic, en declaraciones al diario digital PIEB dijo que la empresa nunca pidió las crías porque su permiso había vencido y que las dos personas sorprendidas con el cargamento ilegal levantaron falsamente el nombre de Crocoland para descargar sus responsabilidades.