Alarmas con gas pimienta para la seguridad de la casa u oficina

Reportaje La tecnología de punta al servicio de la seguridad es tema de mercado en el país, pero los juristas advierten sobre las responsabilidades civiles y legales que acarrea el uso de esos dispositivos cuando se le inflige daños a terceros.

Prototipo del espejo retrovisor con cámara de seguridad que vende ATA.

Imagínese contar con un sistema de alarma en su casa que, además de alertar de la presencia de un extraño, sirva como elemento disuasorio para que no puedan robarle. Piense también en que una mujer pueda lucir una cartera que, si alguien intenta robarla, emite un alarma que se controla desde la distancia y además contiene un GPS para su localización.

Eso es lo que promete la empresa ATA Systems Incorporated, dedicada a la producción en equipos de seguridad, con una variedad de artículos de alta tecnología para asegurar bienes personales y empresariales.

Para resguardar una vivienda u oficina, ATA tiene diseñada una alarma que cuando se activa esparce gas pimienta. El gas alcanza un radio de acción de entre 70 a 90 metros, y se mantiene activo por unos 45 minutos.

“Si un ladrón entra a tu casa, el efecto del gas no le permitirá hacer nada, y en ese tiempo la Policía puede llegar y detenerlo”, comenta William Rente Rams, presidente de la compañía que lleva un año de presencia en el país y que tiene su base de operaciones en Estados Unidos.

Rente Rams explica que el gas no es letal, por lo que –entienden- que no generará mayores inconvenientes a los propietarios.

El gas pimienta se considera una de las armas no letales, cuyo uso es regulado en varios países, que requieren licencias a los portadores.

En el caso dominicano, varios abogados señalan la falta de regulación para esos dispositivos.

Pero el jurista Félix Damián Olivares hace la diferenciación entre el uso de dispositivos no letales, tipo inhabilitantes, para uso personal y para bienes.

“Es permitido, siempre y cuando sea como medida personal frente a un ataque. Ahora, el tema de los dispositivos o mecanismos como respuesta a la penetración de un intruso, todavía se discute, pues más que un medio de defensa, agrede”. Recuerda que la legítima defensa no se ejerce sobre bienes, sino sobre la persona.

El Código Penal dominicano, en su artículo 329, establece que la legítima defensa se reputa “cuando se comete homicidio o se infieren heridas, o se den golpes rechazando de noche el escalamiento o rompimiento de casas, paredes o cercas, o la fractura de puertas o entradas de lugares habitados, sus viviendas o dependencias; o cuando el hecho se ejecuta en defensa de agresión de los autores del robo o pillaje cometidos con violencia”.

Carlos Balcácer también considera lícito el empleo de gas o electricidad, siempre que no sean letales, pero recuerda que quien los use carga con la responsabilidad civil frente a las posibles afecciones que sufran terceros.

Valijas eléctricas

La alarma, que se puede operar a control remoto, también está pensada para usarse en vehículos de envío de valores, en cuyo caso incluye un color al gas que se adhiere a la piel, para facilitar a las autoridades la identificación de las personas que intentaron hacer un robo.

Para los envíos, ATA también ofrece unos maletines dotados de la alarma de 110 decibeles y con gas pimienta, pero, además emiten una descarga eléctrica de 50 mil voltios. Este sistema se activa al tacto, pues se programa para reconocer sólo la huella dactilar del encargado de portarla. Dichos maletines se comercializan a un precio de entre US$300 a US$900, en función del tamaño y material preferido.

En el caso de las carteras de mujer, sólo tienen la alarma que se puede activar a control remoto y desde cualquier dispositivo como móvil, computadora o tablet, y el costo ronda entre los US$110.

En el portafolio de ATA también hay un espejo retrovisor con cámara, a fin de registrar los movimientos que realice un conductor. Funciona con un microchip y tarjeta de memoria para almacenar las informaciones.

190.00

Dólares es el precio estimado de la alarma para el público. Para las empresas comercializadores sería de US$115.00