Rencillas entre el Gringo y el Chino desencadenaron asesinato de Yeri Pascual
La disputas entre los narcotraficantes incluyen varias muertes de personas
Viejas rencillas entre los condenados por narcotráfico Manuel Emilio Mesa Beltré (el Gringo) y Jesús Pascual Cordero Martínez (El Chino) desencadenaron el asesinato sangriento del hijo de este último.
De acuerdo con el Ministerio Público, el sicariato de Yeri Pascual Cordero Sosa, hijo del Chino fue ordenado por el Gringo, condenado a 30 años de prisión, sentencia que cumple en la cárcel de La Victoria.
Esas viejas rencillas incluyen varias muertes de personas allegadas a ambos y que hasta el momento no están esclarecidas, además, asuntos de narcotráfico.
Aplazan el conocimiento de la coerción a involucrados en asesinato del hijo de “El Chino”
Muertes
Según reporte de los medios, algunas de las muertes en esa supuesta lucha por el narcotráfico está la del hermano de el Gringo, Silverio Mesa Beltré, en 2017.
De igual forma, el homicidio de Claudio Guerra, en diciembre de 2019, y quien según algunos medios, fue administrador de una discoteca de el Gringo.
El asesinato de Yeri Pascual Cordero Sosa
El Ministerio Público afirma que Alberto Familia (Gugú) y el prófugo Gerald Utate Rodríguez cobraron un millón de pesos para asesinar a Yeri Pascual Cordero Sosa, hecho ocurrido en la avenida 27 de Febrero mientras se desplazaba en una yipeta. El hombre fue acribillado.
Ese dinero fue pagado alegadamente por el Gringo, a través de familiares, como remuneración para la comisión del hecho. Estos detalles fueron dados a conocer por el Ministerio Público durante el conocimiento de la medida de coerción en contra de los imputados Gugú y Pablo José Santos Polanco (Pequeño, el Menor o el Cojo), dos de los presuntos criminales involucrados en el asesinato de Cordero Sosa.
El conocimiento de la medida fue aplazado para el próximo jueves por inconvenientes en el contacto con Alberto Familia, quien está en prisión preventiva en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Monte Plata por otros crímenes.
La Fiscalía aseguró que Gugú era el segundo al mando del plan de sicariato y habría cobrado 400,000 pesos, mientras que Gerald Utate Rodríguez, quien fungía como el jefe de la operación, cobró la misma suma. El resto del dinero, Utate supuestamente lo usó para subcontratar a los demás miembros de la red criminal que cometió el asesinato.
Los demás involucrados en el acto de sicariato y que están prófugos son José Alberto (el Pollo), un sujeto apodado el Taxista y Gerald Utate Rodríguez (el Cojo), a quien se le atribuye haber disparado contra el hijo de el Chino.