Niña de 12 años tiene siete meses de embarazo tras ser violada
La plataforma Jompéame está recolectando fondos para mejorar la vida de la menor
Además, piden la intervención de las autoridades para que brinde ayuda psicológica a la niña y su familia
Mientras a la edad de 12 años las niñas juegan, estudian y su única preocupación es prepararse para lo que será la adolescencia, Esperanza (nombre ficticio) tendrá que enfrentarse a la maternidad, a la fuerza.
La menor quedó embarazada producto de una violación, y hoy tiene siete meses de gestación.
Esperanza no ha revelado quién abusó de ella, por temor a que su verdugo cumpla con la amenaza de que si habla, la mata.
“Yo iba a gritar y me tapó la boca. Me quitó el vestido y me hizo una cosa mala, después me quitó los pantis y me hizo una cosa mal hecha y le dijo a mi prima que si hablaba también la iba a matar, entonces, mi prima le dijo que no, que ella no iba a hablar y yo también le dije que no iba a hablar para que no me golpeara. Después me soltó y me dijo que si yo hablaba me iba a matar”, narró la niña, quien al momento de la violación andaba junto a una primita.
El violador está en libertad, mientras la niña de 12 años es presa de la angustia y la tristeza que le produjo un embarazo a destiempo.
“Me violaron y después me sentí mal. Tengo siete meses de embarazo, voy a cumplir 13 años, yo nunca pensé que esto me iba a pasar. Me dolió mucho cuando yo sentí que él me hizo eso”.
Esperanza vive junto a sus padres y hermanitos en condiciones precarias y no cuenta con los recursos suficientes para traer al mundo a su criatura en un lugar seguro, por lo que la plataforma de recaudación en línea, Jompéame, dio a conocer su historia, con el fin de recolectar fondos para garantizar, al menos, seis meses de leche, pañales, alimentación y mejorar las condiciones de su vivienda.
Además de ayuda económica, Katherine Motyka, CEO de Jonpéame, afirma que la niña y su familia urgen ayuda psicológica, por lo que pide la intervención del Estado.
Esperanza es hija de una ama de casa de 34 años y un chiripero de 28, quienes dijeron se harán cargo del niño y no lo darán en adopción, aunque su situación económica apenas les permite subsistir.
Pese a que la menor ha abandonado los estudios desde que salió embarazada, dice que cuando sea grande quiere ser maestra.
El caso de Esperanza sale a la luz en momentos en que en el Congreso Nacional se debate la despenalización del aborto cuando esté en peligro la vida de la madre, cuando el embarazo sea por incesto o violación y cuando el feto sea incompatible con la vida.