"Era lo máximo", así describe el presidente de Adocco a su hijo Julio César de la Rosa
Julio César de la Rosa Peralta fue reportado como desaparecido por su padre y horas después apareció muerto
Julio César de la Rosa, presidente de la Alianza Dominicana contra la Corrupción (Adocco), describió este domingo la relación que tenía con su hijo, Julio César de la Rosa Peralta, quien murió aparentemente al ser atropellado por un vehículo.
De la Rosa Peralta, de 33 años, estudió Comunicación Social en la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD). Al momento de su deceso tenía una empresa con su papá.
"Él era comunicador y manejaba unos periódicos digitales. Teníamos una pequeña empresa de la familia", contó visiblemente afectado por la pérdida de su vástago.
Narró que tenía planeado reunirse con él para resolver unos asuntos. "Nos reuniríamos en el campo, a él le gustaba mucho el campo", precisó con voz entrecortada.
Expresó que estaba acostumbrado a hablar con su retoño todos los días en la mañana, sin embargo, hoy no pudo comunicarse con él.
"Al no comunicarme en la mañana, comencé a llamar a la casa, él vivía con su abuela, que es mi madre, y ahí entonces fue de una vez que comenzó la investigación", relató.
"Era lo máximo, el mejor hijo", reseñó mientras lágrimas recorrían sus mejillas.
De la Rosa Peralta tenía una niña de cuatro años.
Será velados en el cementerio Jardín Memorial
Los restos de Julio César de la Rosa Peralta serán velados en el cementerio Jardín Memorial a partir de mañana.
Hasta el momento se desconoce el horario en que será expuesto el cuerpo del joven, que será enterrado ahí mismo.
Fue reportado como desaparecido
De la Rosa Peralta fue denunciado como desaparecido por su padre este domingo en su cuenta de X.
Dijo que la última vez que tuvo contacto con su hijo fue a las 10:00 de la noche del sábado a través de un mensaje de texto en el cual le decía que iba para la casa. Esto tras compartir en una actividad familiar en San Cristóbal.
El cadáver fue entregado a su familia esta noche, luego de ser llevado al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) del cementerio Cristo Redentor, en el Distrito Nacional, para los fines correspondientes.