Abrirán calle Padre Ayala, cerrada tras explosión en San Cristóbal
Este viernes el Ayuntamiento de San Cristóbal inició la demolición en la zona cero de la explosión
Tras culminar el proceso de demolición en la zona cero de la explosión en San Cristóbal, las autoridades del Ayuntamiento de la provincia darán acceso a la calle Padre Ayala, donde ocurrió la tragedia, lo cual ayudará a descongestionar el tráfico en la ciudad.
A raíz de la explosión, la calle fue cerrada, lo que provocó problemas de tráfico pues es una de las más transitadas de la ciudad.
La información fue confirmada por el secretario general de la alcaldía de la provincia, Elvia Sánchez, quien agregó que también se concluirá con el proceso de saneamiento por parte de Salud Pública.
"Desde que se concluya ese trabajo se abrirá la vía, que es una vía principal de San Cristóbal, y una vía de desahogo principal de sur a norte en la ciudad", precisó Sánchez.
Los trabajos de demolición fueron iniciados en el área la mañana de este viernes, donde un equipo del Ministerio de Obras Públicas del ayuntamiento llegó con maquinaria para el procedimiento. Se espera que en el transcurso del día avance el proceso.
Tras concluir la demolición, los escombros serán trasladados al vertedero municipal, que se encuentra en la comunidad San Isidro Campo en San Cristóbal.
Según informó este viernes la Directora de Riesgo y Salud Ambiental del Ministerio de Salud Pública, ya recibieron el producto que eliminaría las plagas existentes en el lugar de la explosión, como gusanos y moscas.
El proceso de demolición y limpieza luego de que los propietarios de la empresa recicladora de plástico Vidal Plast, epicentro de la explosión según la investigación del Ministerio Público, fueran puestos en libertad. Maribel Sandoval y Mercedes Altagracia Vidal salieron de la cárcel la tarde del miércoles, mientras que Edward Armando Vidal Garrido fue liberado este jueves, después de completar el período de supervisión del Ministerio Público con un grillete electrónico que le fue colocado al momento de su liberación. A los tres les dictaron medidas de coerción por su presunta responsabilidad en la explosión, que cobró la vida de al menos 37 personas.