Las vacunas que se aplican en RD tienen efectividad sobre variantes COVID-19
Virólogo expresa que una tercera dosis con un biológico distinto potencia la protección
Paulino destaca ventajas de inmunizarse con las vacunas y no por infección del coronavirus
A un año y medio de la aparición del coronavirus SARS-CoV-2, la ciencia no logra despejar todas las dudas sobre las vacunas y su efectividad para contrarrestar los efectos del virus y sus posibles variantes. Sin embargo, hasta la fecha, las vacunas que se aplican en República Dominicana han demostrado ser funcionales para contrarrestar las cepas detectadas en el territorio, incluso en otras que aún no llegan al país.
Así lo planteó el doctor Robert Paulino, virólogo, investigador y director del Instituto de Medicina Tropical y Salud Global de la Universidad Iberoamericana (Unibe), que destaca los resultados de estudios que muestran que, tantos la Sinovac (mayoritariamente aplicada en el país), como la Pfizer y la AstraZeneca, logran activar los anticuerpos neutralizantes que reducen la inflamación inducida por el coronavirus.
Al abordar el tema, el doctor parte primero por aclarar los beneficios de lograr la inmunidad producto de una vacuna y no por infección del virus. Lo primero que se debe saber, -explicó- es que el sistema inmunológico se divide en un grupo de respuesta innata y un grupo de respuesta inmunológica adquirida.
Al infectarse, el organismo desarrolla una respuesta inflamatoria que utiliza el mecanismo natural, innato, generando una memoria sobre el antígeno específico al que estuvo expuesto. Cuando el antígeno, que se le conoce como espiga o estructura del virus, cambia, entonces la memoria innata no reconoce la nueva variante.
“Por el contrario, las vacunas inducen un mecanismo de respuesta del sistema adaptativo que identifica o estimula la generación de anticuerpos neutralizantes para un amplio espectro de estructuras moleculares”.
Agregó que, los diseños de algunas vacunas contra el COVID-19 provocan que se genere inmunidad contra las estructuras que, aunque pudiesen variar, haya alguna respuesta de inmunidad contra ellas.
“Hay algunos estudios que se han analizado, que evalúan las diferentes tipos de vacunas contra las cuatro variantes de preocupación, que son la Alfha, Delta, la Gamma y la Beta. (Se refiera a las variantes ya conocidas como las de Reino Unido, India, Brasil y Sudáfrica), La B.1.1.7 (Reino Unido) que está aquí, y la P.I, la de Brasil, se enfrentaron in-vitro a las vacunas y encontraron que la respuesta de neutralizante fue suficiente como para generar inmunidad”sostuvo Paulino.
De las variantes de preocupación, solo dos, la británica y la brasileña se han detectado en República Dominicana, donde también circulan dos del grupo de interés.
Un artículo publicado esta semana por la cadena de noticia alemana, Deutsche Welle (DW), se hace eco de estudios realizados por las autoridades británicas y publicado en la revista The Lancet, según los cuales “las personas vacunadas con las dos dosis de Pfizer/BioNTech, el nivel de anticuerpos neutralizantes es casi seis veces menos elevado en presencia de la variante Delta que con la cepa originaria, que sirvió para desarrollar las vacunas. En comparación, esta reducción es de 2,6 veces frente a la variante Alpha (”británica”), y 4,9 veces frente a la variante Beta (”sudafricana”).”
Sin embargo, indica que los estudios mostraban que “la vacunación con Pfizer/BioNTech y AstraZeneca es igual de eficaz para impedir la hospitalización tanto ante la variante Delta como la Alpha. Dos dosis permiten evitar a 96% (para Pfizer/BioNTech) y 92% (para AstraZeneca) el ingreso hospitalario debido a la variante Delta, según este estudio en 14,000 personas”.
En el caso de Sinovac, el doctor Paulino recurre a resultados de estudios que indican que la generación de anticuerpos frente a las distintas variantes, como la P .I es por encima de los límites de un 50 % aceptado por los organismos de control.
Dentro de sus recomendaciones sobre el uso de las vacunas contra el COVID-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) valora la efectividad de la Sinovac, destacando un “gran ensayo internacional de fase III realizado en Brasil”.
Las observaciones de dicho ensayo mostraron que “la administración de dos dosis de esta vacuna, separadas por un intervalo de 14 días, protege con una eficacia del 51% contra la infección sintomática por el SARS-CoV-2; en cuanto la prevención de la COVID-19 grave y de la hospitalización a los 14 días de administrar la segunda dosis, la eficacia de la vacuna fue del 100%.”.
Al señalar su efectividad frente a distintas variantes, la OMS refiere estudios realizados en Brasil, tanto para las variantes P.1 y P.2, con resultados de eficacia del 49.6 % contra la infección sintomática en cada caso.
“Lo que hemos logrado con las vacunas es eso, que la gente no desarrolle manifestaciones clínicas severas y por lo tanto no se enferme y no tenga que necesitar una UCI ni ventiladores, y si ese es el fin final, hasta este momento, pues entonces las vacunas funcionan”, comentó el doctor Paulino.
¿Por qué una tercera dosis?
Sobre la posibilidad de que se aplique una tercera dosis de vacuna, el doctor explica que se trata de un refuerzo al organismo con distintos mecanismos de protección que le ayudan a potencializar su respuesta, pero que nada tiene que ver con el hecho de que un biológico sea más efectivo que otro.
“Desde el punto de visto científico, como cada vacuna tiene un diseño diferente, (un mecanismo de inducción diferente), lo que hemos aprendido con otras enfermedades es que, cuando ponemos una vacuna, la segunda o tercera, tienen un diseño diferente, porque eso asegura que la respuesta inmunológica adaptativa sea más específica”.