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Enfermeras, las invisibles e indispensables del sistema de salud

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 2020 como el Año Internacional de la Enfermera y la Matrona

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Enfermeras, las invisibles e indispensables del sistema de salud
Las enfermeras son imprescindibles en el sector sanitario (PEDRO BAZIL)

Les disgusta que les llamen ayudantes o la mano operativa del médico, porque ellas tienen sus propias funciones.

Prefieren que se les considere parte de un equipo de trabajo en el que cada quien cumple con sus funciones en el servicio, administración y manejo del paciente.

Son las enfermeras y enfermeros, ese personal indispensable en la asistencia médica, mal pagado, poco visible, que cumple un horario rotativo de ocho horas que muchas veces les impide completar una formación de grado.

En el país trabajan 16,465 enfermeras empleadas por el Servicio Nacional de Salud (SNS) que ejercen en diferentes centros asistenciales de la red pública y algunos descentralizados con salarios que oscilan entre los RD$ 25,709 y los RD$ 45,000, dependiendo de la profesionalización y el cargo gerencial.

De esa cantidad, solo 4,963 obtuvieron un grado universitario, para un 30%.

Tanto las autoridades, como los seis sindicatos y el Colegio Dominicano de Profesionales de Enfermería (Codopenf), desconocen el número de enfermeras que ejercen a nivel privado, en clínicas y en atenciones especiales a pacientes con enfermedades crónicas o terminales.

Las enfermeras que trabajan en el sector privado reciben salarios inferiores a las que están en el sector público y se les exige mayor cumplimiento de horario.

Por ejemplo si una enfermera auxiliar trabaja en un hospital y decide hacer el grado o la licenciatura, se les reduce o se les elimina el horario nocturno y el de los fines de semana, pero en el sector público no reciben esa flexibilidad.

En cuanto al salario, depende de la clínica privada donde labora, así que una enfermera que trabaja en una clínica de nivel medio alto a alto recibe un salario de algo más de RD$ 17,000, las graduadas; RD$ 14,400 las auxiliares, si no hacen servicios nocturnos; RD$ 22,200 las supervisoras; RD$22,000 las encargadas de áreas y RD$ 30,000 las gerentes.

Un centro de salud privado puede tener hasta 122 enfermeras que distribuye en diferentes áreas.

Hay otras clínicas cuyos sueldos son mayores a esos e inferiores también, depende de su complejidad y hasta estatus social y la preparación de las enfermeras.

Rossi Bello, enfermera de Atención Directa del Hospital Luis Eduardo Aybar, dijo que eso ocurre porque no existe una regularización de los salarios y se da casos de personas que trabajan hasta 12 horas corridas. En esos casos devengan salarios de hasta RD$ 40,000.

Dijo que el horario es voluntario y a quienes lo aceptan se les hace la salvedad de que no pueden cambiar servicios y mucho menos pagarlo.

En los centros privados, de acuerdo con Bello, valoran más los años en servicios que la profesionalización, sin embargo, en establecimientos como el Hospital General Plaza de la Salud y los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), tienen un capítulo de educación continua para el personal de enfermería.

Los cambios y pagos de servicios ocurren a menudo en el sector público, por lo regular en los horarios nocturnos. El precio es entre RD$1,000 y RD$1,200, dependiendo del área y del tamaño y la afluencia de pacientes que tenga el hospital. Si es en la mañana o en la tarde , se cobra RD$ 800 y RD$ 900.

Las enfermeras que laboran en las Organizaciones sin Fines de Lucro (ONG) y en instituciones descentralizadas y en hospitales militares tienen salarios inferiores a los RD$ 25,000, de acuerdo con las representantes de los sindicatos.

La República Dominicana ocupa el segundo país con menos personal de enfermería, con el salario más bajo y con mayor discriminación, aseguran, las presidentas del Codopenf, Antonia Rodríguez, y de la Asociación Nacional de Enfermería (Asonaen), Francisca Peguero. Dijeron, por separado, que el país tiene tres médicos por enfermera y debe ser lo contrario. Que hay 1.5 enfermeras por cada 10 mil habitantes y debiera ser 3.8 y 5.8, dependiendo del área y de la condición de salubridad.

Al respecto, la Organización Panamericana de la Salud (OMS/OPS) presentó en mayo del 2019 la Orientación Estratégica para Enfermería en la Región de las Américas, en la que informó que en República Dominicana, Haití y Honduras hay menos de cuatro enfermeras por cada 10 mil habitantes.

El país está detrás de Cuba que tiene una proporción de 81, Costa Rica con 24, Chile 22, Uruguay 18, Paraguay 14 y Panamá 13.

En una de las habitaciones de internamiento del área de urología, del hospital Francisco Moscoso Puello, hay un hombre joven esposado en la cama, donde reposa tranquilo, después de aplicársele un calmante, que le controló un episodio de agresión, fruto de un problema cerebral que le afecta.

“El pobre, le tuvimos que quitar las esposas, porque tenía la mano hinchada, también le buscamos una camiseta, porque teníamos que llevarlo hacerle una tomografía”, dijo Belén, la enfermera responsable del área asistencial de urología, quien contó que el paciente fue llevado hace varios días al centro asistencial, por una persona que lo encontró tirado en la calle.

Sus familiares no han dado señales y son las enfermeras que, además de administrarle los medicamentos, se encargan de ayudarlo a comer e higienizarlo, aunque tienen que mantenerlo con esposas por su problema de agresividad.

“El trabajo de las enfermeras es complejo, porque no solo se centra en cuidar al paciente, administrándole un medicamento, sino que tiene que hacer la identificación de sus necesidades, para luego elaborar un plan de cuidados y hacer los aportes correspondientes a su patología”, dijo Rodríguez.

También se encargan de la parte docente, de los cuidados hospitalarios, ambulatorio o de emergencia y de la de atención directa al paciente.

“Somos las que recibimos al paciente, lo atendemos y estamos a su lado hasta que reciben la de alta médica”, comenta Rodríguez.

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Son las enfermeras las que también están pendientes de que los pacientes reciban su tratamiento a tiempo.

Martha Cordero, encargada general de enfermería del hospital Francisco Moscoso Puello. Tiene 26 años siendo enfermera, primero como auxiliar y luego se profesionalizó.

“El personal de enfermería no está siendo bien tratado, porque no le dan el valor que se merecen por la labor que realizan y que es de mucho compromiso, competitividad y riesgo de adquirir una enfermedad infectocontagiosa, los cuales las autoridades no toman en cuenta”, dijo Cordero en un tono de reproche.

Venecia García , encargada de cuidados hospitalarios, difiere de su compañera en cuanto a que no se les toma en cuenta, porque inclusive la OMS declaró este año de la enfermería.

Cordero le interrumpe y le dice que no se refiere a que se les maltrata en el hospital, sino en sentido general, porque cuando ellos se les hacen un aumento salarial o el cambio de designación lo logran después de una huelga. Que deben luchar para todo.

Migración y división

Las sindicalistas, enfermeras y las autoridades de Salud Pública coinciden en que en el país siempre ha existido un déficit del personal de enfermería, pero 10 años atrás, aproximadamente, en que esa falta de personal fue bien notable, cuando muchas profesionales lograban una visa europea o norteamericana y se iban a ejercer fuera de país.

Y es que la precaria situación económica que se agrava con la carencia de los servicios básicos y un sueldo base que se mantuvo congelado en menos de RD$7,000, obligó a muchas enfermeras a recurrir al endeudamiento y al pluriempleo para subsistir.

Vendían de todo, desde productos de belleza por catálogo y ropa hasta joyas de fantasía.

También abrían sanes, como una forma de juntar unos cuantos pesos para comprar algún electrodoméstico en el hogar.

“Cada día es menor la migración de enfermeras al extranjero y estamos tan en progreso, que la mayoría de nosotras tenemos visa y estamos aquí trabajando, porque nos conviene más trabajar en nuestro país”, dijo García.

Recuerda que en los 90 más de 500 enfermeras se fueron en un período cercano y los hospitales se quedaron técnicamente vacíos.

Las dirigentes sindicales Rodríguez y Peguero admiten que la fuga de sus colegas ha mermado, aunque aseguran que se siguen yendo, porque en otros países reciben mejores salarios y pueden comprarse su casa, mientras tanto, las que están aquí no tienen esperanza de lograrlo, pues aseguran que a pesar de que sus sueldos mejoraron a partir del 2016, se necesita que las autoridades las valoren para que se profesionalicen y les paguen incentivos por riesgos laborales.

“Cinco años atrás la enfermeras eran apáticas, no vislumbraban progreso, simplemente se dedicaban a su centro de trabajo. Hoy día se preocupan por progresar en lo profesional y en lo laboral. Se están capacitando y han logrado mejores trabajos”, señala Cordero.

“La movilidad y la migración, la mala distribución, la falta de regulación, el avance profesionalpoco incentivado y reconocido, la falta de educación superior y los ambientes de trabajo inadecuados incrementan los problemas relacionados con los recursos humanos para la saluden todo el mundo”, dice la OPS.

En el hospital Francisco Moscoso Puello hay 374 enfermeras, un déficit de 100. 125 fueron pensionadas y se nombraron 57.

“Enfermería en República Dominicana está sumergida en un segundo grado, está desvalorizada, por eso en el 2013 y 2014, trece universidades que forman enfermeras a nivel de grado, graduaron entre todas 400”, comentó Peguero.

De su lado, la presidente del Codopenf, indica que no hay motivación a estudiar enfermería, por la baja valoración que las autoridades tienen hacia esas profesionales.

Dice que la migración de sus colegas es mínima, pero advierte sobre personal extranjero ejerciendo en el país, sin la reválida de títulos que manda la ley.

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Rodríguez habló también sobre los niveles de preparación y los horarios de trabajo. En ese orden, indicó que hay tres niveles de formación: auxiliar, de 9 meses en institutos técnicos reconocidos por el Ministerio de Salud Pública; entre estos, las escuelas vocacionales de la Armada Nacional, el Centro Nacional de Enfermería (Cenaen) y el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP); el técnico bachiller, que tiene una duración de dos años, y se imparte en los politécnicos del Ministerio de Educación, y la licenciatura o nivel de grado, que puede tardar hasta cinco años, así como Maestrías, especialidades y hasta doctorados, que imparten alrededor de 13 universidades.

Las enfermeras trabajan en tres horarios rotativos: mañana, tarde y noche y otras se dedican solo a la docencia. Pero el servicio nocturno en la mayoría de los casos se los asignan a las auxiliares.

Sobre el particular, Peguero dijo que muchas enfermeras prefieren ir al Ministerio de Educación, para ser docentes en los politécnicos, pues eso evita que hagan servicios en los hospitales, les garantiza mejores salarios, no corren riesgo de contaminación y disfrutan de más vacaciones y de días feriados

En la actualidad, se trabaja en un plan piloto para la formación de 33 enfermeras en neonatología y partería, tomando como ejemplo los países donde la mortalidad materna e infantil están bajos.

En cuanto a las divisiones que afecta al sector, tanto Rodríguez como Peguero, reconocen que eso atenta contra la mejoras de oportunidades.

Rodríguez están conscientes de que si los seis gremios se unifican, lograrían mejores resultados.

“Algo que ha dañado mucho al personal de enfermería ha sido los tantos sindicatos. Cada gremio obedece a los intereses de un partido político, que son los mismos que las centrales sindicales, y esas centrales que quieren tener un grupo de cada área han sido los responsables de la división del personal de enfermería”, indicó Peguero.

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Las diferencias políticas divide a las enfermeras (PEDRO BAZIL)

Las enfermeras no tienen visibilidad y necesitan mayor formación

A partir de la Ley 123-15 que crea el Servicio Nacional de Salud y coloca al Ministerio de Salud Pública como rector del sistema de sanitario, la Dirección General de Enfermería desaparece y es algo que el sector viene reclamando.

Para el ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, esa entidad no es necesaria, y en que si deben es estar insertas en los equipos multidisciplinarios del sistema, porque tienen la experiencia en las asistencias médicas.

Dijo que su preocupación con el sector va en que el nivel de auxiliar de enfermería y que el modo en que ha estado operando el proceso formativo necesita regulación.

“Soy también partidario de que el nivel mínimo de enfermería que se implemente sea el de técnico superior en enfermería, que es una formación regulada por dos años y que, inmediatamente la concluya, entre al servicio (ejercicio). Soy partidario y estamos trabajando como Ministerio en eso: en preparar un plan de remediación, en el cual podamos identificar el total de enfermeras que hay, cuáles pueden recibir y completar el proceso de formación de los dos años. Es decir, pasar de auxiliares a técnicos superior”, dijo Sánchez Cárdenas.

Explicó que hay una cantidad considerable de enfermeras auxiliares que están en edad de jubilación y que para la Estado no es rentable, pero que la gran mayoría tienen el conocimiento y la experiencia que pueden ser evaluadas para entrar en ese proceso y sean tituladas como técnico superior.

“En ese orden, están alentando a las universidades que abran la formación técnico superior, porque sería un gran logro para el país”, comentó el Ministro de Salud.

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Chanel Rosa Chupany, director del Servicio Nacional de Salud (JOSÉ MIGUEL PEÑA)

El director del SNS, Chanel Rosa Chupany, reconoce el aporte del personal de enfermería, que es el que dura más tiempo en los hospitales y eso hasta cierto punto es parte del problema que existe en la relación médico-enfermeras y que tratan de resolver con el nombramiento de más enfermeras, tanto auxiliares como graduadas.
“Hay algunos temas que dificultan el diálogo con ese sector, entre esos la cantidad de gremios de enfermería, a veces con contradicciones entre ellos sobre diferentes temas y el tema de la formación, el cual se debe enfatizar”, indicó Rosa Chupany.

El director del SNS señala estos puntos como prioridad de su gestión:

1. Aumentar la cantidad de enfermeras en los hospitales públicos.

2. Contribuir a la formación profesional

3. Incentivar a los gremios a que se pongan de acuerdo en las demandas del sector.

Rosa Chupany reconoce el esfuerzo que hace el personal asistencial para brindar calidad a los usuarios y fortalecer la capacidad de respuesta, a través de una mejor formación.

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