Uso continuo de pantallas afecta la visión en los niños
Visión borrosa y cansada, resequedad y dolores de cabeza son algunos de los síntomas
Luego de la pandemia por COVID-19 han aumentado los casos de miopía
El uso excesivo y continuo de pantallas, como tabletas o teléfonos celulares, puede tener un gran impacto en la salud ocular causando múltiples daños a la vista que van desde resequedad ocular, enrojecimiento de los ojos, hasta aumentar las probabilidades de desarrollar miopía.
Diario Libre conversó con la oftalmóloga Carolina Mejía, quien explicó que luego de la pandemia por COVID-19 el volumen de diagnósticos ha sido mayor.
La miopía es la condición en la que los objetos distantes se ven borrosos, pero, con buena calidad visual cercana. De acuerdo con la galena, lo que sucede es que "el ojo se adapta, modifica su tamaño y toda su estructura para que pueda ver bien de cerca porque es lo que más se le exige, comprometiendo la visión lejana".
"Hay una relación directa entre ese aumento de la longitud del ojo y el uso de los dispositivos, a mayor uso de dispositivos en niños menores, más es el riesgo de que progrese a la miopía. Hay mucha incidencia de miopía ahora, incluso, luego de la pandemia aumentó exponencialmente los pacientes con desarrollo de miopía, ya sea pacientes nuevos miembros o los mismos miopes que dieron una progresión muy rápida", enfatizó Mejía.
Asimismo, en su consulta ha recibido pacientes con defectos refractivos muy pequeños como astigmatismo o hipermetropía, de grados 0.25 o 0.50, "que tal vez en otro tiempo no hubiera habido la necesidad de indicar lentes, pero ya en esta época, por el sobreúso de los dispositivos, he tenido que indicarlos, porque si no, el paciente siempre está con cansancio visual", detalló.
Esa fatiga, ocasionada por el pasar largo tiempo frente a una pantalla, es el primer síntoma de alarma, que suele sumarse a sequedad ocular, visión borrosa y dolores de cabeza.
"En vez de uno tener que indicar lentes para evitar el cansancio, lo ideal es controlar lo que le está produciendo el cansancio", insistió.
En menor medida, también se han documentado casos de estrabismo por el uso constante de dispositivos electrónicos.
"El sobreúso causa más tensión en los músculos que están cerca de la nariz. Hay un músculo que se llama recto medio que está encargado de unir los ojos para ese enfoque cercano y esta tensión mantenida del músculo, puede causar un estrabismo hacia adentro que se llama endotropia".
Esta condición puede corregirse con cirugía o lentes permanentes con gran aumento.
Distancia y tamaño de pantallas
La oftalmóloga sostuvo que "el celular está mucho más asociado que las pantallas grandes" a los daños en la visión por dos razones fundamentales: pantallas más pequeñas y una posición de uso con los codos flexionados que acerca el aparato más al cuerpo.
"Al celular ser más pequeño, obviamente, las imágenes son más pequeñas y obligan al paciente a acercárselo para verlo bien", dijo Mejía.
Otro punto que la doctora destacó es que las pantallas promueven "el ojo seco", tanto en niños como en adultos porque el pestañeo normal, que es de 15 veces por minutos, suele reducirse hasta la mitad cuando se está frente a un dispositivo, causando falta de lubricación, enrojecimiento y picazón.
Tiempo de uso
Citando a la Asociación Americana de Oftalmología, Mejía dijo que antes de los dos años, lo ideal es no utilizar ningún dispositivo. Hasta los cuatro años, se recomiendan dos horas al día y ya por encima de los seis años, entre cuatro a seis horas al día, siempre y cuando no sean continuas.
La especialista entiende que vivimos en tiempos modernos donde resulta casi imposible no tener interacción con los dispositivos, pero que las horas de uso sean controladas.
"No es lo mismo que un niño utilice cuatro horas al día una tableta desde las 4:00 de la tarde hasta las 8:00 de la noche, eso esfuerzo visual de forma mantenida afecta mucho más, a que si el niño lo usa una hora en la mañana, una hora en la tardecita, a media tarde y una hora en la noche", aclaró.
Recomendaciones
La oftalmóloga recomienda un chequeo anual de rutina y si es un paciente prematuro, desde el primer mes de nacido.
Comentó que hay terapias que se pueden utilizar para mejorar la visión, si se trata a tiempo, especialmente antes de los ocho años, consistentes en lentes, terapia de parchado, gotas y filtros en los lentes.
De igual modo, hacer que los niños jueguen al aire libre y tomen sol porque "libera una enzima en el cuerpo que controla el crecimiento del ojo y mejora el enfoque".