Estas son las secuelas que deja el COVID-19 en el cerebro y en el corazón
La incidencia mundial de miocarditis es de 100 por cada 100 mil habitantes cuando previo al Covid-19 era sólo de 1 a 10 por cada 100 mil habitantes
Aunque al principio se llegó a creer que las afecciones por el virus Sars-Cov-2 solo serían a nivel pulmonar y sin consecuencias a largo plazo, diversos estudios han evidenciado que el COVID-19 ha dejado secuelas cardíacas, renales, neurológicas y hasta psiquiátricas, tomando como marco de medición un período posterior a los tres meses luego de haber superado la infección.
“El COVID-19 tiene la capacidad de afectar a todos los pacientes, con síntomas o sin ellos, con o sin patologías cardíacas conocidas y a muchos de los órganos vitales como corazón, cerebro y pulmón”, explicó a Diario Libre la cardióloga e internista Jeimy Gómez.
Los síntomas más frecuentes en los pacientes con afección cardíaca consisten en: palpitaciones, fatiga, cansancio, cefalea, dolor de pecho, mareos y edema de miembros inferiores.
“Hemos visto un incremento notable de los síntomas relacionados con patologías cardiovasculares desde el inicio de la pandemia; de manera muy particular, las palpitaciones, dolor de pecho y una debilidad generalizada “inexplicable”, como mencionan los pacientes en la oficina”, comentó.
En el caso particular de la miocarditis, afección del músculo cardíaco, en esta ocasión, por un virus que produce inflamación y disfunción del corazón como bomba, la doctora Gómez aclara que no se presenta en todos los pacientes afectados de Covid pero las tasas han aumentado.
“La incidencia mundial conocida es de 100 por cada 100 mil habitantes cuando previo al COVID-19 era de tan sólo de uno a 10 por cada 100 mil habitantes”, confirmó la especialista.
Esta inflamación puede pasar desapercibida en algunos pacientes, de ahí la importancia de que el paciente sea evaluado por un especialista cardiólogo, debido a que esta condición tiene implicaciones de interés a corto y largo plazo, y en casos muy severos, hasta la muerte.
Trombos o coágulos
Las secuelas del coronavirus no sólo afectan al corazón.
“A nivel del sistema circulatorio (venas y arterias), la afectación por COVID-19 puede presentarse mediante la formación de trombos o “coágulos”, en especial en pacientes embarazadas, pacientes en sobrepeso, obesos y aquellos con antecedentes de insuficiencia venosa (várices en las piernas) ameritando manejo médico de inmediato”, afirmó Gómez.
“Con frecuencia se producen trombos (coágulos) no sólo en la pierna, sino en otros órganos de interés como pulmón, corazón y cerebro. Existen registros varios a nivel mundial en donde la presencia de trombosis oscila entre un 20 - 30 % de los pacientes”, agregó la cardióloga que labora en Cedimat y el Centro Médico Moderno.
La doctora explicó que la presencia de coágulos es un equivalente a una trombosis y ella, a su vez, a un “infarto localizado” en el área afectada, lo que conlleva a falta de irrigación, falta de oxígeno que alimenta la zona y disfunción del área afectada.
El Covid es una condición protrombótica y antiinflamatoria que puede afectar el sistema circulatorio, metabólico, neurológico y musculo esquelético.
“A raíz de esta afectación global, se evidencia en muchos pacientes no sólo un descontrol en sus niveles de tensión arterial sino también un desbalance en sus cifras de glicemia, lípidos, tiroides y hasta hepáticos. Los síntomas que se presenta o persisten con la afección, nos han permitido diagnosticar condiciones médicas subyacentes que los pacientes desconocían”, dijo la entrevistada.
Covid persistente
El COVID persistente fue definida por primera vez a finales de diciembre del 2021 y publicado en la prestigiosa revista médica Lancet.
Se define como la persistencia de síntomas que no pueden ser explicados mediante otro diagnóstico durante al menos dos meses. Los pacientes al momento del interrogatorio refieren infección confirmada o no por COVID-19 al menos 3 meses previos.
Los pacientes con mayor predisposición a padecerlo son aquellos que padecen enfermedades de base como la hipertensión, la diabetes y el asma bronquial, sin embrago, “si algo nos ha enseñado esta pandemia es que la presentación de la enfermedad es completamente impredecible en cada paciente”.
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El 58 % de los pacientes estudiados presentó fatiga como el síntoma principal del COVID persistente o "Long COVID", como se conoce en inglés.
El tratamiento del COVID es una multidisciplinario. Las especialidades con un papel protagónico durante la pandemia son: infectología, neumología, cardiología, neurología y medicina crítica. A ellos se suman no con menor importancia, nefrología, ginecología, pediatría, vascular periférico, gastroenterología, psiquiatría, fisiatría y psicología.
Daños en el cerebro
“Se ha demostrado que el COVID puede dejar una afectación crónica en el sistema nervioso. Algunos pacientes van a presentar trastornos neurodegenerativos y síntomas de demencia, esclerosis múltiples, trastornos de atención y de concentración”, con esta frase inició la conversación con el neurólogo Guillermo Jiménez.
“La fatiga es el síntoma más común, incluso más que el dolor de cabeza o fiebre”, indicó el expresidente de la Sociedad Dominicana de Neurología y Neurocirugía.
“Pacientes que estuvieron en Cuidados Intensivos (UCI) o conectados a un ventilador son los más propensos a desarrollar síntomas tardíos de neuropatías, de afectaciones musculares, afectación del plexo nervioso. También pueden presentar delirio, un trastorno de confusión, donde pueden haber alucinaciones, en especial pacientes que duraron mucho tiempo conectados a un ventilador”, afirmó el galeno.
El virus puede afectar no solamente el sistema nervioso central, no solo el cerebro y la médula, también puede afectar los nervios (sistema periférico).
De acuerdo a la experiencia del doctor, también pueden surgir encefalopatías, proceso infeccioso que afecta el cerebro, de ahí que algunos pacientes puedan tener con el tiempo isquemia cerebral (afectación de los vasos sanguíneos cerebrales), puede presentar cuadros de un ACV (derrame cerebral), convulsiones y tromboembolismo, alteraciones metabólicos y mecanismos inmunomediados.
Jiménez cuenta que sí ha recibido en consulta pacientes con problemas de atención y de concentración y alteración del estado de ánimo luego de haber padecido Covid . En este caso, se manejan de la mano de un psicólogo y un psiquiatra. También pacientes con afectaciones del sistema nervioso periférico (neuropatías), aumento de crisis de migraña y aumento de crisis convulsivas en casos de pacientes epilépticos.
“Hemos tenido casos de pacientes que se sientes decaídos, se sienten tristes, sin ánimo, pero en la mayoría de los casos han sido situaciones pasajeras”, admitió.
El también profesor universitario concluyó la entrevista diciendo que “hay pacientes que luego de sufrir de Covid, han pasado semanas sufriendo de insonmio, eso trae como consecuencia que pueda tener problemas de concentración, de atención e incluso de memoria reciente, problema de irritabilidad y de comportamiento, todo esto puede ser secundario al mismo Covid”.
Aún aprendiendo del COVID
“El Covid es una enfermedad de la que aún hoy nos encontramos aprendiendo. No ha transcurrido tiempo suficiente para que podamos conocer los efectos a largo plazo de esta patología, sin embargo, sí conocemos las consecuencias a largo plazo de pacientes con infartos severos en corazón, pulmón y cerebro en donde dependiendo de la extensión de estos, pueden incapacitar parcial o completamente al paciente. Cada caso es uno individual”, enunció la cardióloga Jeimy Gómez.
Por su parte, el doctor Jiménez coincide con Gómez.
“Todavía estamos aprendiendo. Cada día sale un artículo nuevo, vemos que algunos medicamentos ya no debemos seguir usándolos, estamos aprendiendo sobre la marcha”, afirmó el galeno con ejercicio profesional en el Hospital General Plaza de la Salud y en Hospiten.