Del sexting a la pornografía infantil
Para el año 2015, la República Dominicana tenía 21,000 direcciones de IP indentificadas por intercambios y descargas de pornografía infantil, cifra que hasta la fecha ha ido en aumento
Los reportes de esa naturaleza están por encima de los 150 mil al año, un incremento de 714 % de acuerdo con la Procuraduría de Delitos de Alta Tecnología
Milena, 16 años, estuvo saliendo con Jeison, 18 años, quien está cursando el último año de la secundaria, pero Milena apenas va en segundo año y no tiene mucha experiencia de noviazgos.
Su historia de amor ha sido precipitada, pues Jeison es un joven que llegó un año antes de la pandemia al país y se vio obligado a quedarse en la República Dominicana con su madre, así que decidieron inscribirlo en el colegio para terminar sus estudios.
El año pasado en una videollamada grupal Jeison consiguió el WhatsApp de Milena y empezó a seguirla en Instagram, a mandarle mensajes de textos y tontear un poco con ella. Dos meses después estaban saliendo y de repente el círculo de “amigos” de Milena se volvió más amplio, pero la importancia y el tiempo que le dedicaba a sus deberes escolares disminuyó de golpe.
Para Milena lo más importante es obtener la aprobación de su novio, razón por la cual ha decidido tener conversaciones eróticas a través del teléfono con él (sextear). Él le había pedido algunas fotografías desnuda y para no parecer anticuada le envió algunas con poses provocativas y sin sostén; lo que Milena no sabía era que Jeison las enviaría en forma de paquete “pack” a un grupo de WhatsApp y Telegram y en cuestión de semanas las imágenes estaban en manos de todos los estudiantes de secundaria del liceo y que más tarde la dirección de la sancionaría por sus actos obscenos. Esos mensajes enviados quebraron el mundo de Milena, al punto de recibir bullying y llevarla a cambiar de escuela a mitad de año y buscar terapia para superar el infierno en que ella misma se había metido.
El sexteo o sexting es la práctica de compartir material erótico o pornográfico a través del teléfono móvil, mediante aplicaciones de mensajería, correos electrónicos o redes sociales.
Esta práctica se ha popularizado a medida que las nuevas tecnologías han permitido a las personas compartir diversos tipos de contenidos y estos a la vez han ido cayendo en manos de niños y adolescentes. En el caso de los menores esto puede terminar llevando al abuso de éstos.
La ley sobre crímenes y delitos de alta tecnología y el Código del Menor penalizan con prisión difundir pornografía infantil.
“El grooming”
Iván Feliz Vargas, procurador general de la corte de apelación titular de la procuraduría especializada contra crímenes y delitos de alta tecnología, explica que el grooming es la persuasión de un adulto a un menor con la finalidad de obtener de ellos fotografías, videos o cualquier material con contenido sexual para luego extorsionarlos y algunas ocasiones poder llegar a ellos para cometer el abuso sexual físico.
El grooming cuenta con tres etapas y la primera es la captación donde el depredador ubica a la víctima, ya sea por redes o a través de aplicaciones de mensajería instantánea, luego pasa a la fase de sexting o sexteo, donde se intercambian fotografías con contenido pornográfico del menor, luego continúa la extorsión sexual.
En República Dominicana el grooming no entra todavía dentro los delitos penales, pero en otros países las personas pueden enfrentar penas entre tres meses y siete años de prisión y, en algunos casos especiales, entre tres a diez años.
—¿Cómo evitar el grooming y el sexteo entre los menores?
Lo ideal sería que los padres tengan total acceso a los dispositivos de los hijos y esto se logra conectando las cuentas de correo electrónico a los celulares de los menores, de esta manera pueden darse cuenta de toda la actividad realizada por ellos. También pueden habilitar el control parental y restringir aplicaciones, así como limitar el uso del teléfono a horas específicas.
Dejarle saber a los niños y adolescentes que todo lo que se sube a la internet es imposible de ser eliminado, ya que la información se queda en los servidores de la compañías dueñas de esta redes sociales.
Pornografía Infantil y penalidades
Feliz explica que compartir a través de las redes sociales o cualquier tipo de aplicación de mensajería instantánea de contenido sexual de un menor de edad, es difusión de pornografía infantil y una violación al artículo 24 de la ley 53 07, Sobre Crímenes y Delitos de Alta Tecnología y al artículo 411 del Código del Menor, por lo que las personas que compartan, descarguen y publiquen este tipo de contenidos pueden enfrentar una sanción de entre dos y cuatro años de prisión.
“Si alguien a través de las redes comparte pornografía infantil con la intención de denunciar este contenido, tratando de hacer un favor, la persona que hizo público este contenido puede ser imputada por el hecho”, indicó Feliz.
El hecho de compartir pornografía infantil a través de cualquier medio electrónico es penalizado por la ley dominicana y la persona que infrinja esto enfrentará un proceso legal como cualquier otra.
Según Feliz, lo primero que se hace es identificar quién ha compartido el contenido a través de las direcciones IP, de donde se rastrea el lugar de donde vino la señal. Sin embargo, si el contenido se ha vuelto viral en las redes resulta es un poco más difícil, ya que es un contenido que ha sido compartido por millones de personas y resulta imposible detectar quién ha sido la matriz o el usuario que lo lanzó a internet por primera vez. Aunque casi siempre se persigue a quien ha hecho la primera publicación.
Luego se realiza un proceso penal en el cual, primero se puede ordenar el arresto como medida de coerción en una audiencia preliminar y luego el juicio. Mientras sucede todo eso, la procuraduría se encarga de hacer un levantamiento de la evidencia digital.
En el año 2015, la República Dominicana tenía registrado 21,000 direcciones de IP de intercambios y descargas de pornografía infantil y abuso sexual a menores, cifra que hasta la fecha ha ido en aumento. Hoy en día los reportes de esa naturaleza están por encima de los 150 mil por año, un crecimiento de un 714 % de cuentas identificadas a través de direcciones de IP que comparten este tipo de material a los que la Procuraduría les da seguimiento.
Ayuda psicológica
Las psicólogas y terapeutas sexuales Heidy Camilo, Liliana Cruz Pichardo y Soeli Pérez Cabrera explican cómo manejar estos casos de sexteo entre menores que se han hecho virales.
Según Heidy Camilo, otro aspecto peligroso del sexteo entre menores es que puede fomentar la promiscuidad e incitar a los jóvenes a tener más contacto hasta llegar al acto sexual.
“El sexting genera una hipersexualizacion e incita a los adolescentes a querer tener más contacto y exposición, ya que esta presentación continua es una motivación para buscar estímulos más intensos e incita a la búsqueda de material de este tipo”, explica Camilo.
—¿Qué se debe hacer si un menor ha sido víctima de sexting?
Cuando un material como este se convierte en dominio público y se viraliza en las redes, chats de aplicaciones de mensajería u otras herramientas de uso masivo en línea, es una situación difícil tanto para los familiares y para el joven que es la víctima del hecho. Heidy Camilo indica que es necesario observar la situación y determinar si el adolescente ha sido abusado e incitado por alguien adulto a entrar en esta clase de “juego”, que en este caso es necesario una intervención legal, ya que entraría en la categoría de abuso infantil y pedofilia, por lo que resulta imprescindible empezar a trabajar desde la parte psicoterapeuta abordando lo que es la parte traumática y todo lo que la víctima arrastra al convertirse en el blanco de atención.
—¿Cuáles daños psicológicos puede provocar las visualizaciones del sexting en los adolescentes?
Según Soeli Pérez, la exposición a imágenes o videos de contenido sexual sin consentimiento puede traer diversas secuelas a pesar de que se trate de una exposición virtual. Los adolescentes son vulnerables a ser fácilmente influenciados a enviar este tipo de contenido, así como a otras prácticas sexuales dentro o fuera del entorno virtual. A su vez corren el riesgo de que sus imágenes sean expuestas o de ser extorsionados.
Mientras que Cruz Pichardo dice que en muchos casos pueden ser señalados por los mismos adultos del plantel escolar y recibir etiquetas de “sinvergüenza” y similares, lo que revictimiza y a la vez le hace sentir desprotegido o desprotegida.
—¿Cómo pueden lidiar los padres con esta situación?
Heidy Camilo indica que hay que brindarle todo el apoyo posible y no juzgarlos o regañarlos, recordando que el menor actuó pensando que la persona con quien mantenía el sexteo era alguien de confianza y nunca tuvo la intención de que ese tipo de material se convirtiera en algo de dominio público.
Así mismo, Pérez Cabrera indica que es importante en el caso de los padres, indagar si los menores están siendo extorsionados con sus imágenes privadas, pues pueden proceder poniendo una denuncia en el Dicat (Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología de la Policía Nacional) porque poseer, promover y compartir imágenes o videos de contenido sexual de menores de edad constituye un delito de pornografía infantil.
—¿Cómo prevenir el sexteo entre adolescentes?
La psicóloga y experta en terapia sexual Liliana Cruz Pichardo explica que es necesario tener una buena comunicación de manera constante, abierta y con límites claros con los hijos y construir un clima con la disposición de escucha activa.
Al hacer esto, les ayudará a que cuando conversen al respecto, sea de manera concreta y, al conocer las consecuencias, podrán evitarlas.
Mientras que Soeli Pérez expresa que es necesario no evitar conversaciones acerca de contenido sexual con los menores y educar sobre el consentimiento, respeto hacia las partes privadas propias y de los demás. No debe compartir fotos recibidas de otra persona y debe informar al respecto a algún adulto de confianza.
—¿Cómo tratar este tema con las víctimas y menores de edad dentro de las escuelas?
Cruz Pichardo indica que dentro de las escuelas en forma particular, se cumplen con protocolos sugeridos para estos casos brindando asistencia psicológica para la o las personas involucradas y con las instancias pertinentes como el distrito escolar y Conani, igualmente con los estudiantes y sus familias. De manera general, se le orienta constantemente acerca del uso correcto de las redes y el de resguardar su privacidad, exponiéndoles sus consecuencias.
El sexteo no es un juego y si alguien es víctima de una filtración de esta magnitud su vida quedará marcada con etiquetas despectivas por siempre, al igual que su autoestima se verá comprometido debido a este suceso.