Los cacerolazos suenan en encumbrados y marginales sectores
Esa manera de protestar se ha extendido por todo el país y el exterior
El tintineo provocado por golpear cacerolas vacías con un objeto metálico se escucha desde el pasado viernes al unísono en una opulenta torre de Piantini o de la avenida Anacaona hasta en un tugurio de cualquier barrio, en reclamo del respeto a la democracia, luego de la suspensión de las elecciones municipales del 16 de marzo pasado.
El rítmico sonido se escucha hasta en el sector donde reside el presidente Danilo Medina, en encumbrados centros comerciales y restaurantes donde anoche los clientes se dejaron sentir con fuerza golpeando los platos y los vasos con cucharas y cubiertos.
Los cacerolazos forman parte de la respuesta dada por jóvenes, los partidos opositores y la sociedad en general al fracaso del voto automatizado, que para muchos fue provocado por manos criminales.
Esta manera de protestar se ha extendido por todo el país y el exterior donde residen colonias de dominicanos.
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Estas protestas de las cacerolas vacías se producen en momentos en que el Gobierno no ha podido romper con la percepción de gran parte de la población de que tiene que ver con lo ocurrido el pasado domingo con el proceso electoral.
No es la primera vez que en el país se recurre a las cacerolas vacías para protestar en reclamo de reivindicaciones .
Sin embargo, es la primera vez que se masifican desde lujosos apartamentos hasta casas humildes que han viralizado la protesta, para usar un término muy en boga en estos tiempos de globalización.
Empero, el éxito de las cacerolazos hoy en día tiene que ver con la consigna de “se van” que ha calado mucho y unificado a gran parte de la población, sobre todo después de la suspensión de las elecciones municipales.
Los cacerolazos tuvieron muy de moda en Sudamérica en la década de los años 70, sobre todo en Chile. Fueron muy usados contra el presidente socialista Salvador Allende y de ahí se extendieron a otras naciones.