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Poblado de Hato Nuevo es azotado por precariedades de todo tipo

Desaparición del corte de la caña ha aumentado padecimientos

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Poblado de Hato Nuevo es azotado por precariedades de todo tipo
La cara del sector refleja una gran miseria.
HATO NUEVO, MANOGUAYABO. Este poblado al igual que las comunidades Factoría, El Batey, Lechería, Palavé, Buenas Noches, Bienvenido y Caballona, ubicados al oeste de Santo Domingo, se encuentran desamparados por la miseria, el desempleo y la falta de salud, educación y otros servicios básicos.

Los habitantes en estos poblados vivían del corte y tiro de la caña de azúcar y de la agricultura, pero al desaparecer estos renglones agrícolas ahora tienen que salir a la calle a "buscárcelas como toros" para poder subsistir aunque sea precariamente. En estas zonas reside una gran cantidad de haitianos.

Los pocos empleos que hay los proporcionan el parque de zona franca del municipio de Los Alcarrizos y la cervecería Ambev Dominicana, las escuelas son escasas, el moderno hospital no arranca y los servicios de agua potable y energía eléctrica son pésimos. El lamento es general por con lo del hospital, ya que resulta inconcebible que una inversión tan importante se encuentre paralizada porque falta acondicionar el camino de acceso.

El cura párroco Antonio Esteban Carrasco, recuerda que esas comunidades en un tiempo no muy lejano fueron un emporio de riquezas del país por su producción cañera y el sustento para miles de familias dominicanas y haitianas, pero que hoy se encuentran al garete.

"La agricultura es mínima, por no decir nula y sus pobladores en su mayoría tienen que salir aun de noche de sus casas para buscar el pan de cada día en la ciudad capital. Es justo y necesario que otras empresas se radiquen en esta zona y abran las puertas a cientos de miles de personas", apunta.

El religioso sostiene que los niños de estos sectores crecen en medio de un ambiente cada vez más difícil y complicado. "La convivencia familiar y la paz es tan necesaria como el pan material que los padres de los menores salen a buscar".

Carrasco afirma que la iglesia Católica y otras iglesias cristianas de buena voluntad "trabajamos permanentemente para que esta pobre gente lo poco o mucho que consigan lo usen debidamente para la comida, salud, educación y la vivienda".

Expresa que frente a la comunidad de Caballona hay un proyecto donde se iba a levantar la Ciudad del Niño, "un sueño que sigue como tal sin despertar la realidad de tantos niños y jóvenes del sector, que hubiesen podido estudiar y aprender allí todas clases de labores y todo como saben vino por el suelo".

Resucitar

"Aún tenemos esperanza que una obra social que ilusionó a tanta gente de aquí resuciste de la ceniza como el ave fenix y comience andar en beneficio de la niñez y la juventud que habitan en estas empobrecidas comunidades, que prácticamente están olvidadas", opina el cura.