“Obligación” mueve a la gente a vacunarse ante inminentes medidas por COVID-19
El miedo a perder el empleo empuja a los indecisos a los centros de vacunación
Llegan por decenas y con poco convencimiento de que tendrán algún beneficio de salud al aplicarse la vacuna contra el COVID-19. Al contrario, algunos son presa del miedo a presentar alguna complicación de salud una vez les pongan el biológico.
Sin, embargo, la mayoría de los que están acudiendo a los centros de vacunación lo hace por el temor a perder el empleo, y “obligados” por una resolución del Ministerio de Salud Pública, la 000048, emitida el pasado 8 de octubre, que establece que a partir del próximo lunes 18 del presente mes, en todo el territorio dominicano se exigirá la tarjeta de vacunación con al menos dos dosis contra el COVID-19 para entrar a establecimientos de uso público, tales como escuelas y universidades, tiendas y en el transporte público.
La medida procura mantener control de la enfermedad provocada por el coronavirus que a la fecha lleva una tendencia al alza, luego de una significativa disminución de los casos que se experimentó hasta el mes pasado.
Justo ayer el Ministerio de Salud Pública notificó 520 nuevos casos como resultado de 3,530 muestras procesadas por primera vez, colocando la positividad del día en 14.73 %. La acumulada de las últimas cuatro semanas es de 9.48 %.
“Mi jefe me dijo que tenía que vacunarme” contó a Diario Libre, Juana Núñez, una señora de 48 años que no quería ponerse la vacuna, porque "no sentía el deseo de ponerme eso".
Este miércoles, la señora acudió al Centro Olímpico donde funciona uno de los muchos puntos que tiene el Gobierno en todo el país, y se aplicó una primera dosis. “Vine por la presión. Mi jefa me dijo que tenía que ponérmela y me la puse”. La señora, trabajadora doméstica, cuenta que, si bien su empleadora no fue amenazante con ella, pensó que si no se colocaba la vacuna podría perder su trabajo.
Motivaciones similares tuvieron los esposos Fabio Reyes y Yenifer Rodríguez, que acudieron ayer al hospital Santo Socorro a ponerse su vacuna anticovid.
“Tú sabes que cuando empezaron, había mucha gente que estaban cayendo por vacuna” expresó Reyes, pero, al aclararle que en el país no se ha reportado ningún caso de muerte vinculada a la vacunación, entonces se pone dubitativo.
“No sé... al que se va a vacunar deberían hacerle un chequeo, porque hay gente que tiene la azúcar alta y vienen y se vacunan y empieza el problema... es la cosa que yo oía”. Ayer, sin embargo, decidió inocularse porque “estoy trabajando y me exigieron que tengo que ponerme la vacuna”.
“Yo me la voy a poner porque me la están exigiendo”, comentó también Rodríguez, que igual que su esposo piensa que antes de inocular a las personas deben chequearle la presión y la glicemia.
Al preguntarle por qué no se había vacunado, dice que es porque le tiene miedo. “Le tengo mucho pánico, la verdad, porque está la Pfizer y la Sinovac. Temo que me dé una mala reacción”. La mujer trabaja en servicio al cliente en un restaurante y entiende que la vacuna le puede proteger contra el COVID-19, pero su decisión de aplicársela la tomó luego de que uno de sus jefes le preguntó que si ella se había vacunado. “Yo sé que, si digo que no, igual me la tengo que poner”, dijo mientras se angustiaba sobre qué marca de vacuna aplicarse.
En la fila junto a los esposos, un hombre que no se quiso identificar comentó sobre la mala publicidad que se hizo a la vacuna, sobre todo en las redes sociales.
“Había mucha gente que no se vacunaban. Yo trabajo con muchas personas que me decían: ‘no me puedo vacunar porque tengo miedo’”.
La exigencia de la tarjeta para los espacios de uso público, sin embargo, empujó a muchos a dar el paso, y a más que duplicado el número de los que a diario asisten a los centros de vacunación. En el Santo Socorro, la encargada del centro Jeidy Pérez, aseguró que de 150 personas que acudían en un día, el lunes vacunaron a 440.
Experiencia similar narró Lisbert Pérez Ortiz, en el Centro Olímpico, pues le extraño que solo el sábado pasado, un día después de emitida la resolución de Salud Pública, inocularon a 280 personas, y otras 365 el domingo, cuando las semanas anteriores el número, durante los fines de semana, no pasaba de 80 vacunados. Muchos son de primera dosis, y también algunos de segunda que habían decidido no continuar su esquema de dos dosis.
Una de ellas es la joven embarazada Daniela Rodríguez, quien supo de su estado luego de aplicarse la primera dosis, por lo que no pudo continuar el esquema hasta ahora que su médico se lo recomendó.
Justo Ayer, Salud Pública alertaba de un incremento en los casos de COVID-19 en las mujeres en gestación, con un total de 1,358 casos entre ellas, 126 más que los notificados en la víspera.