Competencia desleal e ilegal en construcción
La avenida Luperón es botón de muestra de irregularidades en normas sobre edificaciones
Si se acerca a la avenida Luperón, verá que se está construyendo un establecimiento comercial próximo a la calle Guarocuya. Es posible que no vea nada extraño, ninguna irregularidad. Sin embargo, las hay. En la avenida Luperón y cada vez en más zonas del país se repite una misma dinámica: construcciones que no cumplen con la normativa y que ejercen una competencia desleal, sobre todo por parte de inversionistas chinos. Esto es algo que preocupa en la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC).
En el caso de la construcción que se está llevando a cabo en la avenida Luperón, la obra no tiene un letrero en frente que indique el permiso que debe otorgar la Alcaldía de Santo Domingo Oeste. Pero esto es lo de menos. Mientras que a otras empresas dominicanas que quieren construir se les exige unos requisitos exhaustivos, la construcción en la avenida Luperón, bajo el mando de la empresa china Rudo Motors, tiene un 30% menos de los parqueos que debería contemplar, según las normas vigentes. Además, la obra tiene cinco niveles, a pesar de que se le aprobaron dos.
¿A qué se debe este problema? ¿No hay una legislación que prohíba y controle las construcciones ilegales? Omar Rancier, arquitecto, urbanista y decano de la Facultad de Arquitectura y Artes de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), siguió de cerca el caso del establecimiento comercial de la Luperón.
Rancier cree que “el gran problema es la supervisión de la construcción luego de aprobado el proyecto. Así tenemos proyectos como el de la Avenida Luperón, que se aprobaron dos niveles y se están construyendo 5, lo que supone una violación a lo aprobado”.
Para acabar con este problema de libertinaje en la construcción, donde las empresas que consideran oportuno hacer trampas y poner en riesgo a la competencia, Rancier insiste en la “necesidad de fortalecer las oficinas de planeamiento urbano de los ayuntamientos y que los mismos definan de una vez y por todas las normativas territoriales y urbanas”.
Así pues, el prestigioso arquitecto apunta a que el problema viene de arriba: de la organización, de las leyes existentes, que no son concretas.
El gran cáncer de la industria arquitectónica en el país es “la inexistencia de normativas claras que definan las condiciones para desarrollar un proyecto”, afirma Rancier. Es comprensible que, con leyes inexactas, algunas empresas intenten aprovecharse de esos vacíos legales.
El caso de la avenida Luperón
Jennifer Troncoso, directora ejecutiva de ONEC, también está al corriente de este caso. Recordemos: Rudo Motors, empresa de capital chino, está construyendo un establecimiento comercial saltándose la normativa.
Cinco plantas en lugar de las dos aprobadas, 30% de parqueos menos de los que pide la ley… Troncoso tiene una idea formada. "A cada empresa formal de comercio dominicano que va a abrir, si le falta un parqueo o dos, ya eso implica sanciones, implica objeción a la autorización de la construcción, implica una serie de situaciones que limitan la construcción. Sin embargo, vemos que estas empresas nuevas están abriendo sin ningún tipo de acatamiento a estas disposiciones legales".
Lo que explica Troncoso es, en resumen, competencia desleal e ilegal. Además, por si fuera poco, aseguró que esta situación no es un caso particular, sino que se está extendiendo a las provincias.
Diario Libre visitó el lugar, pero nadie quiso hablar. En cuatro ocasiones se visitó la obra en la avenida Luperón y la prensa no fue recibida alegando que los ingenieros encargados no estaban. Se han enviado argumentaciones a distintas instancias denunciando la situación, sin embargo, no se ha hecho caso.
Rancier concluye con que debe existir una legislación más concreta, un seguimiento de las construcciones y “en términos de la aplicación de la normativa exigir que haya un régimen de consecuencias más estricto”.