Turismo náutico de recreo, motor de la reactivación del turismo en RD
Este tipo de turismo beneficia al medioambiente, la salud y la economía
El virus SARS-CoV-2, un patógeno que tiene sus orígenes en una especie de la vida silvestre en continente asiático, dio origen a la enfermedad COVID-19 convirtiéndose en una pandemia que no solo logró el colapso de los sistemas de salud de países europeos tradicionales, sino que enlutó al mundo y desaceleró el aparato productivo, incluso de grandes economías.
Sin duda esta crisis sanitaria que estamos viviendo ha puesto al medioambiente, la salud y la economía frente a múltiples retos y oportunidades que las nuevas autoridades deberán asumir a partir del próximo 16 de agosto.
Con la reapertura del turismo a partir del pasado primero de julio, siguiendo las recomendaciones formuladas por la Comisión de Alto Nivel para la Prevención y el Control del Coronavirus en República Dominicana se inició un largo camino a recuperar una de sus principales actividades económicas, “la industria sin chimenea”, el turismo.
Una de las oportunidades post-pandemia para la República Dominicana que combina medioambiente, salud y economía es el segmento del Turismo Náutico de Recreo.
La bahía de Luperón, un refugio para el turismo náutico de vela en la región
Debemos consideran que la voluntad del Estado es el ingrediente más importante para desarrollar esta actividad y explotar su potencial, con más de 1200 amarres disponibles y facilidades de marina de clase mundial.
Este segmento turístico y sus modalidades, veleros, lanchas de pesca, mega yates, son actividades que cuando es bien practicada tiene beneficios directos para el desarrollo local.
¡Una oportunidad para introducir el concepto de Economía Azul en la dinámica nacional!
El Caribe es una de las zonas con mayor tránsito de embarcaciones de recreo del mundo. Muchas de estas embarcaciones navegan entre la Florida y las Islas de Sotavento y las que no tienen la autonomía suficiente hacen un recorrido por diferentes islas donde hace su avituallamiento de combustible, lubricantes, alimentos y bebidas, cuando es permitido algunos otros servicios.
Una embarcación privada que se usa con la familia, con aproximadamente 2 -12 personas a bordo en espacio de cielo abierto, en busca de salud que ofrece nuestros espacios naturales, generalmente con alta conciencia ambiental, es el perfil del turista del que nos estamos privando como país.
Al verse afectado el estilo de vida a nivel mundial, buscando evitar actividades que aumentarían el riesgo de exposición al virus, la comunidad náutica internacional saldrá en la próxima temporada en busca de una diversidad de itinerario, clima más cálido en playa de arena blanca, seguir el calendario de la pesca deportiva o buscar refugio ante los fenómenos naturales en los lugares que, por sus condiciones fisiográficas, sólo la República Dominicana puede ofrecer.
Al menos 7,000 embarcaciones de recreo (veleros, lanchas, yates) circundan las aguas del Caribe cada año. Pero la República Dominicana solo ha sido capaz de atraer a unas 200. En cambio otras islas del Caribe con menos infraestructura y atractivos pueden capitalizar un mayor número de embarcaciones: Islas Vírgenes + de 1000 unidades al año, St. Marteen 2000, Antigua 3520 , Trinidad y Tobago 2753 según los estudios como el de la CEPAL realizado por Willard Phillips sobre la demanda del turismo náutico de recreo en la región del Caribe.
¿No es esto una contradicción para ser considerada la capital turística del Caribe?
Concluimos exhortando a las nuevas autoridades a visibilizar esto citando una frase de Thomas A. Edison “Si hiciéramos todas las cosas de las que somos capaces, literalmente nos sorprenderíamos a nosotros mismos”.