Laguna natural desaparece en El Seibo y solo deja el cráter
Manuel Antonio Vega
Laguna natural que servía para dar de beber a los animales de ganaderos y la pesca de tilapias desapareció de manera misteriosa, ayer viernes, quedando solo un gigante cráter que ahora mantiene asombrados y preocupados a los lugareños, que buscan una explicación científica del hecho, ocurrido en la comunidad de Cerro Guano, sección Magarin, a 20 kilómetros al norte de El Seibo.
Lo raro del suceso es que el humedal estaba a una altura de más de 140 metros, en una loma, donde el hacendado Emilio Pérez Berroa tenía su ganado, que retiró tan pronto ocurrió el fenómeno.
Ahora Pérez Berroa solo observa el socavón que ha quedado, donde se almacenaba el agua que daba de beber a sus animales y que de vez en cuando realizaba pesca.
El gigante socavón se tragó el agua, los peces y árboles cercanos que habían sido sembrados para proteger la zona húmeda.
Pérez Berroa cree que con el hundimiento desaparecieron varios novillos que trepaban por agua a la montaña.
“Todo lo que tenía vida, los peces, incluyendo los árboles que habían a su alrededor, sucumbieron, desaparecieron debajo de la tierra:, apunta el hombre que narra con voz entrecortada el hecho.
Los lugareños atribuyen a lo que ellos consideran extraño caso, a qué son los finales del mundo.
Al parecer han caído en un estado de shock desde que el humedal se extinguió, quedando los animales sin agua.
La laguna tenía alrededor de dos tareas de diámetro, 1,257.72 metros y más de dos metros de profundidad en su parte céntrica.
Opinión
Máximo Mercedes, ingeniero en mina, explicó a Diario Libre que pudo desaparecer porque se secaron las corrientes subterráneas o por un cambio en el subsuelo, motivado por razones naturales o humana.
Puede ser además que las fallas tectónicas en las zonas sufrieran deslizamientos y que, al sacudirse la tierra, el agua haya tomado otro curso subterráneo.
Lugareños
Para los vecinos de Magarin en El Seibo, la desaparición del agua solo tiene la explicación de que “son los finales del mundo”.
Por nada quieren asumir que es algo de la naturaleza y piden a los sabios de la materia que busquen razones científicas.
Manuel Antonio Vega
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