Los municipios turísticos
Cada vez es mayor la competencia que el país enfrenta en el mercado turístico del Caribe. A destinos tales como Cancún, Cuba y Jamaica, ahora se le añaden Panamá, Colombia y algunos países de Centroamérica. Por eso debemos emplearnos a fondo en mejorar, y diversificar nuestro producto turístico. De suma importancia en la tarea será el rol de las organizaciones de desarrollo regional, las provincias, los municipios y los distritos municipales, el cual no ha sido bien orquestado y mucho menos priorizado.
Hasta ahora ha sido el Gobierno Central el que más ha incidido en el desarrollo del producto turístico nacional. La iniciativa privada se ha concentrado en la creación de establecimientos hoteleros, pero no ha jugado un papel directo en materia de infraestructuras y servicios públicos. La expansión territorial del turismo se ha dado en un número importante de provincias y municipios, pero estos, al igual que las organizaciones regionales, no han ejecutado importantes intervenciones, limitándose a expresar sus anhelos turísticos y nada más. Sólo los clústeres turísticos han tenido algún grado de activismo.
A nivel provincial, el mejor ejemplo de tal pasividad ha sido la designación, mediante leyes especiales, de 8 provincias como "ecoturísticas" sin que ello haya resultado en nada concreto. (Otras 14 provincias han intentado lograr tal designación, pero los anteproyectos respectivos han perimido sin sanción congresual.) Estas leyes crean consejos y fondos provinciales, y asignan a la provincia por lo general unos RD$100 millones al año del Presupuesto Nacional sin que hasta ahora se haya honrado a ninguna. Son "letra muerta" también los planes provinciales de desarrollo turístico que se formularon como parte del Plan Nacional de Desarrollo Turístico del 2003.
A nivel municipal, los logros también han sido magros. A pesar de las recurrentes quejas de los hoteleros acerca de la "arrabalización" de los entornos turísticos, ni siquiera los municipios más afectados han podido instrumentar alguna acción redentora. Ya sea por desidia de sus dirigentes, la expectativa tradicional de que sean las autoridades nacionales que intervengan o por la asignación incompleta de los fondos del Presupuesto Nacional que manda la ley, los municipios ubicados en los polos turísticos más desarrollados no han encarado ese gran problema. En Puerto Plata se disminuyó mucho el fenómeno, pero el gran protagonista fue el Gobierno Central.
Para mantener la competitividad de nuestro producto turístico se impone ya una participación activa y efectiva de las instancias institucionales regionales y locales.
Las necesidades más acuciantes están a nivel local y son las entidades locales, tanto el municipio como el distrito municipal, las más llamadas a enfrentar el grave problema de la "arrabalización" de los polos.
Un trabajo en ese sentido podría tener un impacto muy positivo sobre la imagen del destino y, de paso, alentar a nuestros inversionistas extranjeros a confiar más en el futuro de su presencia en el país. Porque los niveles provinciales y regionales tendrían una participación menos directa, sus intervenciones tienen una prioridad secundaria.
Aquí se propone que para montar el esfuerzo del nivel local se creen los "municipios turísticos", tal y como lo han hecho países como España, México, Chile y Argentina. Tales municipios (y distritos municipales) recibirían una colaboración especial del Ministerio de Turismo y de otras entidades públicas. De hecho la "Ley No.176-07 del Distrito Nacional y los Municipios" designa, en su Artículo 100, cuales municipios deben considerarse "prioritarios", y ser objeto de "especial consideración" en materia de "la colaboración de los organismos e instituciones del Estado". Entre los prioritarios estarán aquellos que "tengan un reconocido valor medioambiental o marcado interés turístico."
Una primera selección de candidatos en base al impacto de la actividad turística de los extranjeros incluiría a municipios tales como Puerto Plata, Sosúa, Cabarete, Samaná, Las Terrenas y Boca Chica. También a los distritos municipales Verón, Bayahíbe, Juan Dolio y Las Galeras. En una segunda prioridad, se incluiría a Luperón, Río San Juan, Gaspar Hernández, Cabrera, Jarabacoa y Constanza, con los distritos e Boca de Yuma, Guayacanes, Salinas (Baní) y Nisibón. Los de tercera prioridad por sus perspectivas futuras incluirían a Montecristi, Nagua, Sánchez, Miches, Sabana de la Mar, Palmar de Ocoa, Paraíso, Palenque y Pedernales (aunque el lanzamiento de un proyecto en Bahía de las Águilas elevaría la prioridad de este ultimo). De los anteriores hay una docena de municipios que ya tienen oficinas del MITUR y 10 que pertenecen a clústeres provinciales de turismo.
Para orquestar la colaboración deseada se deberá tomar en cuenta los antecedentes. La Liga Municipal Dominicana (LMD), la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU) y la Asociación Dominicana de Distritos Municipales (ADODIM) patrocinan el desarrollo de planes estratégicos municipales y unos cuantos de ellos han incluido algunas acciones dirigidas al turismo. También Paraíso y San Juan han formulado planes turísticos de largo plazo. Y el MITUR ha hecho la ordenación territorial para Pedernales, Costa de Miches, Punta Cana- Bávaro-Macao, Cabarete y Samaná Norte. Pero como prerrequisito de la colaboración, el MITUR tendría que exigir unos planes estratégicos de desarrollo turístico y planes operacionales anuales con sus respectivos presupuestos.
No conviene que el trabajo comience con todos los municipios a la vez. Lo mejor es seleccionar media docena donde el fenómeno de la arrabalización sea más agudo. Las tareas incluirían: a) equipamiento e infraestructura urbana (calles, alcantarillado, agua, alumbrado eléctrico, espacios recreacionales, escuelas, viviendas, instalaciones deportivas, etc.); b) ordenamiento territorial/planificación del uso de suelos; c) servicios básicos (disposición de residuos sólidos, ornato, mercados, cementerios, etc.); d) salud medioambiental y conservación; y e) promoción de eventos cívicos y culturales. Las prioridades tendrían que especificarse en los planes operacionales y ser aceptadas por el MITUR.
Pero aunque el MITUR debe motorizar la creación de estos municipios turísticos, el esfuerzo debe incluir a otras instituciones. La LMD, FEDOMU y ADODIM deben colaborar con un proyecto piloto donde el MITUR sea el epicentro. Dada la importancia de la iniciativa se debe además buscar la colaboración del Programa de Desarrollo Local del PNUD, el cual trabaja activamente con los municipios y distritos municipales. Y como el Consorcio Dominicano de Competitividad Turistica (CDCT) actualmente encamina esfuerzos para elaborar planes estratégicos para sus diez clústeres turísticos, el proyecto piloto habrá de compatibilizarlos. La tarea será compleja pero no imposible.
Hasta ahora ha sido el Gobierno Central el que más ha incidido en el desarrollo del producto turístico nacional. La iniciativa privada se ha concentrado en la creación de establecimientos hoteleros, pero no ha jugado un papel directo en materia de infraestructuras y servicios públicos. La expansión territorial del turismo se ha dado en un número importante de provincias y municipios, pero estos, al igual que las organizaciones regionales, no han ejecutado importantes intervenciones, limitándose a expresar sus anhelos turísticos y nada más. Sólo los clústeres turísticos han tenido algún grado de activismo.
A nivel provincial, el mejor ejemplo de tal pasividad ha sido la designación, mediante leyes especiales, de 8 provincias como "ecoturísticas" sin que ello haya resultado en nada concreto. (Otras 14 provincias han intentado lograr tal designación, pero los anteproyectos respectivos han perimido sin sanción congresual.) Estas leyes crean consejos y fondos provinciales, y asignan a la provincia por lo general unos RD$100 millones al año del Presupuesto Nacional sin que hasta ahora se haya honrado a ninguna. Son "letra muerta" también los planes provinciales de desarrollo turístico que se formularon como parte del Plan Nacional de Desarrollo Turístico del 2003.
A nivel municipal, los logros también han sido magros. A pesar de las recurrentes quejas de los hoteleros acerca de la "arrabalización" de los entornos turísticos, ni siquiera los municipios más afectados han podido instrumentar alguna acción redentora. Ya sea por desidia de sus dirigentes, la expectativa tradicional de que sean las autoridades nacionales que intervengan o por la asignación incompleta de los fondos del Presupuesto Nacional que manda la ley, los municipios ubicados en los polos turísticos más desarrollados no han encarado ese gran problema. En Puerto Plata se disminuyó mucho el fenómeno, pero el gran protagonista fue el Gobierno Central.
Para mantener la competitividad de nuestro producto turístico se impone ya una participación activa y efectiva de las instancias institucionales regionales y locales.
Las necesidades más acuciantes están a nivel local y son las entidades locales, tanto el municipio como el distrito municipal, las más llamadas a enfrentar el grave problema de la "arrabalización" de los polos.
Un trabajo en ese sentido podría tener un impacto muy positivo sobre la imagen del destino y, de paso, alentar a nuestros inversionistas extranjeros a confiar más en el futuro de su presencia en el país. Porque los niveles provinciales y regionales tendrían una participación menos directa, sus intervenciones tienen una prioridad secundaria.
Aquí se propone que para montar el esfuerzo del nivel local se creen los "municipios turísticos", tal y como lo han hecho países como España, México, Chile y Argentina. Tales municipios (y distritos municipales) recibirían una colaboración especial del Ministerio de Turismo y de otras entidades públicas. De hecho la "Ley No.176-07 del Distrito Nacional y los Municipios" designa, en su Artículo 100, cuales municipios deben considerarse "prioritarios", y ser objeto de "especial consideración" en materia de "la colaboración de los organismos e instituciones del Estado". Entre los prioritarios estarán aquellos que "tengan un reconocido valor medioambiental o marcado interés turístico."
Una primera selección de candidatos en base al impacto de la actividad turística de los extranjeros incluiría a municipios tales como Puerto Plata, Sosúa, Cabarete, Samaná, Las Terrenas y Boca Chica. También a los distritos municipales Verón, Bayahíbe, Juan Dolio y Las Galeras. En una segunda prioridad, se incluiría a Luperón, Río San Juan, Gaspar Hernández, Cabrera, Jarabacoa y Constanza, con los distritos e Boca de Yuma, Guayacanes, Salinas (Baní) y Nisibón. Los de tercera prioridad por sus perspectivas futuras incluirían a Montecristi, Nagua, Sánchez, Miches, Sabana de la Mar, Palmar de Ocoa, Paraíso, Palenque y Pedernales (aunque el lanzamiento de un proyecto en Bahía de las Águilas elevaría la prioridad de este ultimo). De los anteriores hay una docena de municipios que ya tienen oficinas del MITUR y 10 que pertenecen a clústeres provinciales de turismo.
Para orquestar la colaboración deseada se deberá tomar en cuenta los antecedentes. La Liga Municipal Dominicana (LMD), la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU) y la Asociación Dominicana de Distritos Municipales (ADODIM) patrocinan el desarrollo de planes estratégicos municipales y unos cuantos de ellos han incluido algunas acciones dirigidas al turismo. También Paraíso y San Juan han formulado planes turísticos de largo plazo. Y el MITUR ha hecho la ordenación territorial para Pedernales, Costa de Miches, Punta Cana- Bávaro-Macao, Cabarete y Samaná Norte. Pero como prerrequisito de la colaboración, el MITUR tendría que exigir unos planes estratégicos de desarrollo turístico y planes operacionales anuales con sus respectivos presupuestos.
No conviene que el trabajo comience con todos los municipios a la vez. Lo mejor es seleccionar media docena donde el fenómeno de la arrabalización sea más agudo. Las tareas incluirían: a) equipamiento e infraestructura urbana (calles, alcantarillado, agua, alumbrado eléctrico, espacios recreacionales, escuelas, viviendas, instalaciones deportivas, etc.); b) ordenamiento territorial/planificación del uso de suelos; c) servicios básicos (disposición de residuos sólidos, ornato, mercados, cementerios, etc.); d) salud medioambiental y conservación; y e) promoción de eventos cívicos y culturales. Las prioridades tendrían que especificarse en los planes operacionales y ser aceptadas por el MITUR.
Pero aunque el MITUR debe motorizar la creación de estos municipios turísticos, el esfuerzo debe incluir a otras instituciones. La LMD, FEDOMU y ADODIM deben colaborar con un proyecto piloto donde el MITUR sea el epicentro. Dada la importancia de la iniciativa se debe además buscar la colaboración del Programa de Desarrollo Local del PNUD, el cual trabaja activamente con los municipios y distritos municipales. Y como el Consorcio Dominicano de Competitividad Turistica (CDCT) actualmente encamina esfuerzos para elaborar planes estratégicos para sus diez clústeres turísticos, el proyecto piloto habrá de compatibilizarlos. La tarea será compleja pero no imposible.