La visión de la Cuarta Palabra de Miriam Germán Brito, Eduardo Estrella y Luisín Mejía
“¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”
Algunas personalidades y religiosos han reflexionado sobre la cuarta palabra pronunciada por Jesús en su calvario, las cuales son recogidas en el Sermón de las Siete Palabras, una tradición de la Iglesia católica en Viernes Santo.
A continuación el parecer de la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito; Eduardo Estrella, presidente del Senado, y Luisín Mejía, expresidente del Comité Olímpico Dominicano.
Miriam Germán Brito
La procuradora general de la República, lanzó su voz de alarma ante una sociedad que dice, se siente abandonada por los que deben protegerla, y se comportan como fieras sedientas de sangre inocente, y que llenan de balas a una pareja con un amor que florecía.
La doctora Miriam Germán Brito, en análisis de la Cuarta Palabra de Jesús en la cruz, “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”, lamentó la gran cantidad de mujeres que mueren cada día asesinadas a manos de sus parejas, lo cual se refleja en periódicos; enfatizando en este tiempo la importancia que tiene la solidaridad entre las mujeres en un contexto de discriminación sexual y violencia patriarcal.
“Porque soy mujer y cada día veo morir asesinadas, sin que los periódicos paren de contar, a mujeres a las que me une un vínculo de sororidad “, proclamó la magistrada.
Cuarta Palabra: “¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?”
Oh Señor, ¿por qué me has abandonado?
Así clamaste al Padre y así te clamo hoy a ti.
Porque nos sentimos abandonados cuando vivimos en una sociedad, en la que las personas valen más por lo que tienen que por lo que son.
Oh Señor, ¿por qué me has abandonado?
Porque la sociedad se siente abandonada cuando los que deben protegerla se comportan como fieras sedientas de sangre inocente, y llenan de balas a una pareja con un amor que florecía.
Oh Señor, ¿por qué me has abandonado?
Porque permites que el alma se llene de soledad y rabia, sin lugar para la ternura, para la compasión por el otro...
Oh Señor, ¿por qué me has abandonado?
Porque soy mujer y cada día veo morir asesinadas, sin que los periódicos paren de contar, a mujeres a las que me une un vínculo de sororidad.
Señor, en medio del dolor clamaste al Padre por haberte sentido abandonado.
Yo te clamo que entiendas el dolor de vivir sin el pan de la esperanza, sin el vínculo de la solidaridad y de la compasión, que no es más que colocarte en el lugar del otro comprendiendo su dolor y apoyándolo.
Oh Señor, ¿por qué me has abandonado?
Porque permites que el desamparo y el hambre sean lo que a diario vivan los humildes. Oh Señor, ¿por qué me has abandonado?
Porque tenemos que vivir en donde se vuelve difícil la esperanza.
Entonces, aquí podemos tocar y referir esto, no es el abandono, no es lo que Dios no hizo por Jesús, sino, es el clamor, y es un clamor que toma vigencia miles y miles de años después, más de dos mil años después, tiene tanta vigencia en un año como este, esta frase cobra vigencia para ir en referencia a pensar en que no podemos abandonar, y muchos pudieran pensar y decir y es un tiempo para pensar que no hay un abandono de Dios.
Es un momento para nosotros pensar en lo que estamos viviendo, y ahí es que está el sustento de un sermón, de una frase como esta, porque en éste momento cobra vigencia más que nunca esta palabra, cobra vigencia con esta crisis sanitaria, ¿cómo nosotros podemos pensar que Dios nos manda algo como esto?, ¡No! Cobra vigencia para que nuestras autoridades entiendan el rol fundamental en cumplir y atender una situación como esta, cobra vigencia para llamarle la atención a esta serie de violencia cada vez más creciente e impensable, cobra vigencia para las discriminaciones que vivimos de unos con otros, para el abandono en algún momento de una que otra autoridad, de las potencias mundiales, y de las autoridades que no hacen cumplir su papel.
Cobra vigencia cuando una autoridad de un país, se relaja y no ve la dimensión de una epidemia como la que estamos viviendo, cobra vigencia para un ser humano que ve a la mujer como su posesión y se incrementan los feminicidios, esa violencia de los feminicidos cobra vigencia con una frase como esa, la no atención en su debido peso en su momento de la crisis sanitaria, cobra vigencia cuando abandonamos a los que están sin techo, a los que deambulan por los mares buscando un horizonte, cruzando fronteras, brincando mallas, tomando yolas, eso es una violencia que toma vigencia en una frase como esta.
De todas maneras, es una frase que te lleva a reflexión a todos, a quienes les corresponde la súplica y a quienes la hacemos. La naturaleza humana puede verse en una frase como ésta, para que no haya abandono, para que la súplica llegue a todo el que tiene una autoridad, eso hay que verlo como lo que fue, es un grito para llamar a la esperanza, para llamar a la atención, es un grito para llamar a buscar soluciones.
Jamás debe verse como un abandono de Dios; al contrario, es el momento en que Dios sabe del sacrificio que hay que hacer con su propio hijo para rescatarlo, es entonces la oportunidad del ejemplo palpable, el ejemplo claro de tantos y tantos gobernantes, gobiernos, autoridades, ciudadanos, y todos los que podemos ayudar a resolver cada uno de éstos problemas que apenas se pueden citar algunos, pero que cuando tú los generalizas hay un abandono en cada uno de estos temas y esos sectores; por tanto, ¡ojala y que podamos entender que ese abandono tiene que ser , tiene que buscarse y apoyarse en la solución de quienes les corresponde!
Cuando sufrimos: es Él; cuando nos vemos solos: es Él; cuando perdemos a alguien: es Él; cuando somos incomprendidos: es Él; cuando un hermano sufre: es Él; cuando viene la tentación de cualquier tipo: también Él la sufrió.
Redescubramos qué la vida no sirve sino la utilizamos para servir,
Y aprovechemos estos días de recogimiento en esta Semana Santa para a ser mejores personas, qué volvamos a ser dominicanos solidarios, respetuosos, alegres y entusiastas y dejemos a un lado toda esa violencia intrafamiliar y exterior para que sigamos siendo un País hospitalario, hermoso y de paz.