Jueza renuncia a ser evaluada por trato “vejatorio y humillante” a Miriam
Dijo esperar que “ese Consejo Nacional de la Magistratura reflexione en torno a lo acontecido y, además, le ofrezca una disculpa pública” a Germán Brito.
La jueza del Tribunal Constitucional, Katia Miguelina Jiménez Martínez, renunció a sus aspiraciones, en una carta enviada al Consejo Nacional de la Magistratura, a ser evaluada por ese organismo en solidaridad con su colega, Miriam Germán Brito, por considerar que a la magistrada se le dio un “tratamiento irrespetuoso, vejatorio y humillante”, además de violársele el debido proceso.
Jiménez Martínez, que aspiraba a integrar la Suprema Corte, afirma que “es evidente que ya no existen garantías al debido proceso para las evaluaciones de desempeño de los jueces de la Suprema Corte de Justicia”, luego de lo ocurrido a la magistrada Germán Brito en un “escenario como ese”, en el de ayer.
Sostuvo que el CNM violó el reglamento de la ley que crea ese organismo a pesar de que uno de sus integrantes, durante la entrevista de ayer, citó el artículo que se violaba y no obstante, la violación al debido proceso fue permitida, situación que también fue censurada por la consejera Josefa Castillo”.
“El Consejo Nacional de la Magistratura es un órgano constitucional que está llamado a colocarse a la altura del paradigma del Estado Social y Democrático de Derecho, fundado, entre otras cosas, en el respeto de la dignidad humana y de los derechos fundamentales. La dignidad de Miriam Germán fue mancillada, también su derecho a ser evaluada conforme al debido proceso, pero también se llega a denominar “testaferro”, revelando con nombre y apellido, a un hijo con condiciones especiales del cual es madre dicha jueza”, criticó la jueza Jiménez Marínez.
Agradeció al CNM por haber permitido su inscripción y dijo esperar que “ese Consejo de la Magistratura reflexione en torno a lo acontecido y, además, le ofrezca una disculpa pública” a Germán Brito.
Al tomar la palabra como miembro del CNM, el procurador general leyó una comunicación anónima en la que se acusaba a Germán Brito de tener encuentros privados con uno de los imputados de los sobornos de Odebrecht en diferentes lugares, refiriéndose a Víctor Díaz Rúa. La comunicación advierte a los miembros del Consejo sobre la posibilidad de ratificar a la jueza en la Suprema.
En su insistente cuestionamiento a la honestidad de la jueza, Jea Alain Rodríguez la acusó, incluso, de poseer bienes que no justifica.