La judicatura dominicana tiene rostro de mujer
A pesar de los logros en la última década, las juezas siguen siendo minoría en las Altas Cortes y puestos de poder
Hace diez años, la Cámara Civil, Comercial y de Niños Niñas y Adolescentes de la Corte de Apelación del Departamento Judicial de San Francisco de Macorís conoció un caso muy delicado de violencia infantil, en el que dos menores (una de cuatro y otra de seis años) huyeron de Venezuela junto con su progenitora dominicana porque se sentían desprotegidas.
Mientras la madre y las niñas escapaban de los abusos hacia la comunidad cibaeña de Las Guáranas, el padre solicitaba al país la restitución de las niñas amparado en el Convenio de La Haya de 1980.
En primera instancia el tribunal falló a favor del padre, obligando a Amelia y Blanca (nombres ficticios) a regresar a su país de origen, una decisión que fue apelada por la madre. En ese entonces, la jueza sustituta del presidente de la corte se preguntaba qué era lo correcto, mientras evaluaba los alegatos de las partes.
“Hoy yo me acerco más a esa respuesta, porque puede ser que la integridad física de esas niñas haya sido violentada, y para nosotros, como la Corte Civil de San Francisco de Macorís, es una decisión muy satisfactoria”, responde la misma magistrada a Diario Libre.
Amelia y Blanca viven felices con su madre en Las Guáranas y su padre tiene derecho a visitas, gracias a una sentencia. El rostro vinculado a este caso, en el que se defendió el interés superior del niño, es el de la jueza Martha Díaz Villafaña, quien actualmente preside esa corte.
Las mujeres se distinguen cada vez más en la sociedad, en los espacios de toma de decisiones y en las aulas, una realidad que también se ha extendido a la judicatura dominicana.
Desde el 2013, la matrícula de juezas se ha mantenido en constante ascenso en todos los niveles del sistema judicial y, de acuerdo con los datos del Poder Judicial, representa más del 62 % de la nómina general.
Hasta septiembre de 2024, el total de jueces a nivel nacional es de 739, de los cuales 279 son hombres y 460 son mujeres.
En el país hay 246 juezas de primera instancia, lo que significa que este es el grado con más mujeres de todo el escalafón judicial. En segundo lugar, se encuentran las cortes de apelación, con unas 135 magistradas activas.
Las juezas de paz (primer escalón de la carrera judicial) y de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) son los niveles con menor presencia femenina en los tribunales dominicanos, con una representación de 75 y cuatro mujeres, respectivamente.
La demarcación con más juezas en el país es el Distrito Nacional, con 106 togadas, seguida de las provincias de Santo Domingo y Santiago, que cuentan con 59 y 50, respectivamente.
Al analizar las estadísticas de las diez provincias con mayor cantidad de juezas, se constata que las edades predominantes entre estas defensoras del derecho y los procesos judiciales están entre los 40 y 59 años.
Las altas cortes, el desafío de las mujeres
A pesar de los avances y de su creciente mayoría en los niveles primarios de la justicia, las mujeres no han logrado penetrar con la misma fuerza en las altas cortes.
La Suprema Corte de Justicia (SCJ) cuenta con cuatro juezas de 16; el Tribunal Constitucional tiene cinco juezas de 13, y el Tribunal Superior Electoral tiene una jueza de cinco. Lo que tienen en común estos magistrados es que fueron escogidos por el mismo órgano, el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM).
Al consultar a varias juezas, consideraron que se debe sensibilizar a las autoridades encargadas de esta decisión.
Nancy Salcedo es la única mujer en la composición actual del Consejo Nacional de la Magistratura.
Con la implementación de la nueva Constitución, promulgada el pasado 27 de octubre, este organismo está compuesto por el presidente de la República, quien lo preside; el presidente del Senado; un senador o senadora que represente la segunda mayoría; el presidente de la Cámara de Diputados; un diputado o diputada que represente la segunda mayoría; el presidente de la Suprema Corte de Justicia; un magistrado o magistrada de la Suprema Corte de Justicia, escogido por su Pleno, quien fungirá como secretario, y el presidente del Tribunal Constitucional, en sustitución del procurador general de la República.
Las juezas de la Suprema Corte de Justicia. La matrícula actual de la Alta Corte es de 16 togados.
“Los espacios que hemos ganado han sido gracias a nuestro esfuerzo, porque hemos demostrado nuestra capacidad, porque seguimos luchando y diciendo lo mismo. No se trata solo de las altas cortes; la igualdad y la paridad absoluta debemos seguir exigiéndolas”, reitera la magistrada.
La jueza Martha Díaz opina que “es un momento propicio para seguir impulsando este cambio en nuestra sociedad, de manera que las instituciones logren esa composición equilibrada de mujeres y hombres”.
Por otro lado, la Coordinadora del Departamento Judicial de La Vega considera que, por el aumento de las cifras en el escalafón judicial y la cantidad de mujeres que ingresan a la Escuela Nacional de la Judicatura, “la administración de la justicia estará en manos de mujeres”.
“Pienso que en pocos años habrá más mujeres en las altas cortes, porque en la medida en que en los niveles básicos de la administración de justicia la mayoría son mujeres, y dado que la mayoría de quienes se integran al Poder Judicial son mujeres, al final seremos tantas las que aspiremos a una posición en una de las altas cortes que necesariamente tendremos que lograr esa paridad que tanto hemos buscado”, explica.
Asimismo, Gissel Fernández, jueza de la Segunda Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de San Pedro de Macorís, asegura que es cuestión de tiempo.
“No habrá la posibilidad de que no se escoja a una mujer, porque de diez, nosotras seremos nueve”, concluye.