'Una víbora'. El conflictivo Andrea Agnelli y la Superliga
ROMA (AP) — El elegante e intrépido Giovanni Agnelli, con su visión casi romántica del fútbol, fue alguna vez una figura emblemática entre los presidentes de clubes. El enfoque más comercial e individualista del deporte de su sobrino Andrea encaja más con el de los empresarios estadounidenses que se están devorando el balompié europeo.
Considerado por muchos el artífice del proyecto de una Superliga que divide al mundo del fútbol, Andrea Agnelli se está haciendo fama de empresario poco fiable.
“Una víbora”. Así lo describió el presidente de la UEFA Aleksander Ceferin el lunes. “Nunca vi una persona que mienta tanto, con tanta insistencia”.
El anuncio de la nueva liga se produjo un día antes de que el comité ejecutivo de la UEFA se reuniese para decidir cambios en la Liga de Campeones propuestos por la Asociación de Clubes Europeos (ACE), dirigida por Agnelli, quien es el presidente de Juventus.
Agnelli, sin embargo, renunció a la ACE y se fue con otros 11 clubes grandes europeos que anunciaron la creación de la Superliga.
“Él es la decepción más grande de todas”, expreso Ceferin, quien es padrino de la hija menor de Agnelli.
Entendidos dicen que Agnelli representa una visión más intransigente y calculadora de la familia que hizo su fortuna con la casa automotriz Fiat, hoy llamada Stellantis tras unirse con Chrysler y Peugeot.
Es lo opuesto al finado Giovanni Agnelli, quien despertaba a los jugadores de la Juve con llamadas a temprana hora para ver cómo se sentían.
Andrea se parece más a su rígido padre, Umberto Agnelli, otro expresidente de Juventus.
Un estilo firme, no obstante, era justo lo que necesitaba la Juve cuando Andrea fue nombrado presidente hace 11 años, a los 34 años.
Parece un lejano recuerdo ahora que el club ha ganado el scudetto nueve veces seguidas, pero por entonces la Juve estaba en crisis, tratando de recuperarse de un escándalo de arreglos de partidos y compra de árbitros conocido como “Calciopoli”, a raíz del cual el club fue despojado de dos títulos y relegado a la segunda división.
“Se necesitaba un Agnelli para revivir el club”, manifestó Evelina Christillin, integrante del consejo directivo de la FIFA y muy allegada a los Agnelli, en una entrevista con la Gazzetta dello Sport del año pasado. “Andrea era ambicioso y valiente. Gracias a él, Juventus ya no es un club del montón. Es un mundo en sí mismo”.
Efectivamente, bajo la guía de Andrea Agnelli, Juventus es el único club grande de Italia que inauguró un nuevo estadio y fue además el principal responsable de la contratación de Cristiano Ronaldo hace tres años.
“Lo recuerdo de niño en Villar Perosa, cuando se volvía loco viendo los partidos”, dijo Christillin, aludiendo a la villa de verano de los Agnelli. “Andrea es un deportista. Esquía, hace buceo y juega al fútbol. En la tribuna es un fanático”.
Lo único que no ha podido hacer Andrea Agnelli con la Juve es ganar la Liga de Campeones. El equipo perdió dos de las últimas seis finales.
Este año la Juve ha tenido bastantes problemas. Marcha cuarta en la Serie A y corre peligro de no clasificarse para el próximo campeonato europeo de clubes.
Tal vez por eso Agnelli quiere crear una Superliga. Incluso si eso implica decepcionar a la gran mayoría de los 246 clubes que representaba como presidente de la ACE.
“Nuestros 12 clubes fundadores representan a miles de millones de aficionados de todo el mundo y suman 99 trofeos”, declaró Agnelli en un comunicado anunciando la Superliga el domingo, en el que fue presentado como el vicepresidente de la liga.
Las acciones de Juventus subieron un 18% el lunes en la bolsa de Milán tras el anuncio.
Agnelli trató de limar asperezas durante una conferencia virtual de clubes de la Serie A el lunes, pero tuvo una dura reacción del presidente del gran rival turinés de la Juve, Torino.
“Le dije que cómo puede venir aquí a hablar de solidaridad cuando saboteó las negociaciones con los fondos, sabiendo que iba a jugar en la Superliga”, expresó Urbano Cairo, aludiendo a negociaciones con inversionistas en la Serie A. “Es una traición. Es lo que hace un Judas”.
La propia Christillin admitió que Agnelli había ido demasiado lejos.
“Esperábamos verlo en la reunión del comité ejecutivo, pero renunció y su silla estuvo vacía”, declaró Christillin al canal italiano La7 TV. “Lo lamento. Le deseo lo mejor, pero esta vez se equivocó”.
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El periodista de AP Graham Dunbar colaboró desde Montreux, Suiza.
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Andrew Dampf está en https://twitter.com/AndrewDampf