Un cubano que fue balsero compite por ser candidato al Congreso de EEUU
El balsero cubano Frank Polo, que quiere representar a Florida en el Congreso estadounidense, cree que si se le ofreciera una amnistía al castrismo a cambio de dejar el poder, la aceptaría y propone utilizar la inteligencia artificial para el control de armas.
El candidato a las primarias republicanas para competir por el distrito 27 de Florida en las elecciones del próximo noviembre nació en Ciego de Ávila (Cuba) hace 48 años y, como miles de cubanos, se lanzó al mar en 1994, el año de la 'crisis de los balseros'.
En una entrevista con Efe en Miami, Polo cuenta que acaba de estar con los cubanos que esperan asilo estadounidense en Reynosa (México) y opina que lo conveniente es una inmigración 'ordenada y controlada'.
'La inmigración siempre es necesaria para los Estados Unidos. Este país se nutre de los inmigrantes, pero también hay que tener un control de quién entra a nuestras casas', dijo.
'Con respecto a los cubanos, estoy a favor de que se restaure (la política de) 'pies secos/pies mojados' (derogada por Barack Obama en 2017) y también el parole profesional para los médicos', añadió.
La política derogada por el anterior presidente como parte del deshielo con el régimen de La Habana permitía quedarse en EE.UU. a los balseros que lograban pisar territorio estadounidense, mientras que los interceptados en el mar eran devueltos a Cuba.
'Ha servido para que traigan espías a este país, se usa muy ligeramente y se debe retirar', insistió sobre el programa que permite dar visados a opositores políticos y a cualquier cubano beneficiado mediante un sorteo.
Este antiguo empresario de telecomunicaciones que actualmente estudia abogacía en la Universidad St. Thomas de Miami cree que el Gobierno de Cuba atendería una oferta 'para que se retire'.
'En este momento la dictadura está bajo una presión económica muy grande. Se le daría una amnistía a la cúpula del Gobierno y a agentes castristas, algo que creo ellos considerarían', comentó.
Este martes, el joven político depositó unas flores ante un busto del patriota cubano José Martí (1853-1895) en la Pequeña Habana de Miami, un 'encargo' de los cubanos a los que visitó en Reynosa para conmemorar el 167 aniversario de su nacimiento.
'Estuve con ellos el domingo en Reynosa en una marcha que organizaron por la paz, había cerca de un centenar de cubanos que están esperando a que se les procese para entrar a Estados Unidos', comentó el futuro jurista que se especializa en acción tributaria.
Esta no es la primera vez que Polo compite en unas primarias para una nominación republicana al Congreso.
En 2018, en las elecciones de medio mandato presidencial o intermedias, se presentó 'tarde' para conseguir la candidatura por el distrito 116, pero aun así, dice, obtuvo un 20 % de los votos.
Este año quiere ser candidato por el 27 de Florida, del que forma parte el barrio de Miami conocido como la Pequeña Habana y del que fue representante durante décadas la republicana de origen cubano Ileana Ros Lehtinen.
Polo deberá medirse con otros aspirantes de origen cubano, como la periodista María Elvira Salazar, quien fue la candidata en 2018 y fue derrotada por la demócrata Donna Shalala, que busca renovar su mandato en 2020.
En el ámbito de la inmigración, Polo también aboga por que se establezca un Estatus de Protección Temporal (TPS) para inmigrantes venezolanos y nicaragüenses, pues lo considera 'necesario porque están sufriendo lo mismo que sufrimos los cubanos'.
'La idea es crear un banco de datos al que tengan acceso las escuelas, los organismos encargados de la salud mental, las cortes y la policía para ir monitoreando a las personas desde que son niños', amplió.
'El sofware indicaría si el niño se convierte en factor de riesgo', detalló este partidario de la segunda enmienda de la Constitución estadounidense, una medida que protege el derecho a portar y poseer armas en EE.UU.
Polo también quiere crear un plan para 'monitorear' los baños de las escuelas, 'donde se trafican las drogas', y aumentar la pena mínima federal de uno a cuatro años de cárcel la primera vez que se incurre en este delito, según adelantó.
Para reincidentes, el aumento de esta sanción sería de tres a siete años de prisión', dijo este padre de mellizos varones en edad escolar.
'Ningún político ha tocado el tema del tráfico de drogas dentro de las escuelas', afirmó Polo, quien nunca pensó en hacerse político hasta que se le acercaron y le 'hablaron de los problemas actuales de la sociedad'.