'Mucha gente sigue en negación', dice John Boyne sobre la pederastia clerical
Mariana González-Márquez
Guadalajara (México), 29 nov (EFE).- Hablar y denunciar la pederastia clerical incentiva a la persecución de los abusadores y a la reparación del daño que hicieron a sus víctimas, dijo este lunes a Efe el escritor irlandés John Boyne, durante su participación en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
“Me parece que hay muchísima gente que sigue en negación total y que pretenden hacer que nunca sucedió nada. Y podemos ir a ver el tema de los nazis y el Holocausto como tal y vemos que también mucha gente lo sigue negando, hay que meterse a la historia y conocerla para entender exactamente lo que pasa”, dijo en entrevista tras presentar en este certamen 'Las huellas del silencio', un libro sobre este polémico tema.
Boyne (Dublín, 1971), víctima de abuso por parte de un profesor en su adolescencia, escribió este libro motivado por su propia experiencia pero también mediante un proceso exhaustivo de investigación con otras víctimas niñas, niños y jóvenes seminaristas y con sacerdotes que cometieron este delito.
Aseguró que parte de la negación de este tema podría radicar en un mecanismo de defensa interno de los agresores hacia su responsabilidad ante las víctimas.
“Quizás lo que sucede es que están tratando de protegerse psicológicamente por el daño que han hecho y podría ser uno de los elementos que llevan a alguien a negar una situación. Pero el tema final surge, lo que quise hacer era entablar un equilibrio entre lo que estaba sucediendo y el daño que se estaba efectivamente llevando a cabo a las víctimas”, señaló.
En el libro, cuyo protagonista es un sacerdote que fue obligado a entrar al seminario y encubrió abusos sexuales a sus compañeros, intentó mostrar también a quienes siendo seminaristas padecieron este tipo de violencia.
“Todo el mundo sabe lo terrible que fue todo esto, ni siquiera necesita una descripción, lo que quería saber era qué había sucedido con estas personas que habían sido llevados a la iglesia para ser sacerdotes desde muy jóvenes y que luego se convirtieron en víctimas y en algunos de los casos, en abusadores”, detalló.
Boyne pudo hablar con sacerdotes de avanzada edad que habían pasado por este trauma y pudo captar cómo se sentían traicionados por sus colegas y querían que ellos se abrieran a hablar del tema.
DENUNCIAR LA SITUACIÓN
El autor de la célebre novela “El niño con el pijama de rayas” decidió hacer este libro motivado por una necesidad de hablar de lo que le pasó a él, y a miles de víctimas entre 1962 y el año 2002, en su natal Irlanda, pero también desde la madurez narrativa que le dio hablar de otros temas doloroso como lo fue el Holocausto.
“Conforme fui madurando empecé a pensar cómo presentar este tipo de literatura a manera de desafío, no tanto hablar de historias sino de temas que atañen a mi país y también entrar un poco yo como persona. Hace muchos años si hubiera tratado de escribir sobre Irlanda o sobre mi persona habría sido un poco complicado”, reveló.
CAMBIO DE ESTILO
La contingencia sanitaria por la covid-19 impulsó a Boyne a trabajar dar un salto en su carrera y escribir por primera vez un libro de corte cómico titulado “La cámara del eco”, que fue editada en Estados Unidos y en el que se burla de las redes sociales y por qué estas se vuelven adictivas.
Trabajar en esta novela fue “una liberación” para el narrador pues le permitió cortar con esta tendencia en su escritura de hablar de temas tristes y que involucran el pasado de una persona.
“Muchos de mis libros son bastante tristes. Ahora que estuve descubriendo esta novela cómica me pareció muy divertido, lo que quería era reírme en cada línea, en cada enunciado y eso abre un reino de imaginación que a lo mejor no está muy explotado y me parece que necesito hacer un equilibrio”, admitió.
La FIL se desarrolla del 27 de noviembre al 5 de diciembre con la asistencia de 600 escritores de 46 países, con la participación de más de 3.000 mil profesionales y 255 expositores de 27 países con una oferta editorial de 240.000 títulos en 10.000 metros cuadrados de exposición. EFE
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