Las muertes de Bobby Joe Long, el asesino en serie que no llegará a los 67 años
En un escrito de 22 páginas desestimaron su apelación para frenar su pena de muerte
Ariel Pérez
Robert Joseph Long, conocido como Bobby Joe Long, es un asesino en serie de 66 años condenado a 28 sentencias de vida y a una pena de muerte que se ejecutará el próximo jueves 23 de mayo, a las 6:00 de la tarde.
Nació en octubre de 1953, en West Virginia, Estados Unidos, con un cromosoma X extra, por lo que le crecieron senos durante la pubertad. Por esto fue acosado en su adolescencia. Tuvo una relación “extraña” con su madre; durmió con ella hasta casi la adultez y resentía a todas sus parejas de corta duración. Según los informes de las autoridades, también sufrió numerosas heridas en su cabeza cuando niño.
Antes de convertirse en un asesino serial en Tampa Bay, ya había cometido al menos 50 violaciones en Fort Lauderdale, Ocala, Miami y Dade County, ganándose el sobrenombre de “El Violador de los Anuncios”. El trabajaba como repartidor de electrodomésticos y si encontraba a mujeres solas en sus casas, las violaba. Fue enjuiciado en el 1981 por una sola violación, pero logró que repitieran el juicio y al final los cargos fueron retirados.
Cuando Bobby se mudó al condado de Hillsborough en Tampa en el 1983, los asesinatos aumentaron exponencialmente. Una comunidad que promediaba entre 30 y 35 asesinatos al año, vio en 1984 el incremento de un homicidio semanal, por un periodo de ocho meses.
Long tenía la costumbre de visitar zonas urbanas donde frecuentaban prostitutas, contratar sus servicios, montarlas en su vehículo y después atarlas, violarlas y matarlas, para luego dejar sus cuerpos abandonados en poses inusuales. A algunas las estranguló, otras las degolló y a otras las golpeó hasta la muerte. Se le atribuye la muerte de 10 mujeres, aunque él confesó haber matado a ocho. Los investigadores del FBI creen que puede ser el autor de más crímenes en otros condados del estado de la Florida.
El 16 de noviembre de 1984, la policía arrestó a Long por el secuestro y violación de Lisa McVey, de 17 años, quien pudo sobrevivir. Los investigadores le dieron a firmar una exención de Miranda (documento que le da derecho a hacer uso de su silencio) y él consintió a los cuestionamientos. Pero al ver todas las pruebas y las preguntas que los detectives le hacían, Long dijo: “Es mejor que no responda eso”. Los agentes del FBI le mostraron fotos y otras pruebas y en ese momento declaró: “La complejidad de las cosas han cambiado desde que ustedes entraron a la habitación. Creo que necesitaré un abogado”. Ningún abogado le fue provisto y al final él confesó haber cometido ocho asesinatos.
El análisis de la evidencia de fibra del FBI vinculó el vehículo de Long con la mayoría de sus víctimas. Y estas fueron las pruebas más sólidas para su condena y sentencia de muerte el 25 de julio de 1986.
Entre sus víctimas están: Ngeun Thi Long, de 20 años; Michelle Denise Simms, de 22; Elizabeth B. Loudenback, de 22; Chanel Devon Williams, de 18; Karen Beth Dinsfriend, de 28; Kimberly Kyle Hopps, de 22; Virginia Lee Johnson, de 18; Kim Marie Swann, de 21; Vicki Elliott y una mujer no identificada.
Con pocos días para apelar las decisiones y llevar su caso al Tribunal Supremo de los Estados Unidos, sólo un perdón del gobernador de la Florida, Ron DeSantis, podría salvarle la vida. Sin embargo, el propio gobernador fue quien autorizó su ejecución.
Robert Norgard, abogado de Long, presentó una apelación en una corte de Tampa en la que puso en cuestionamiento el uso del sedante etomidate en el compuesto de tres fármacos, una estrategia de último recurso que utilizan los abogados en casos como estos. Pero, fue rechazada por la magistrada Michelle Sisco, luego de escuchar los testimonios de especialistas, y su decisión apoyada por el Supremo Estatal explicó el Tampa Bay Times.
Fuente: Informe del capitán Gary Terry, Hillsborough County, oficina del Sheriff de Tampa.
Ariel Pérez
Continuar con Google