El insólito ambiente del US Open: mapaches en las gradas y aplausos enlatados
Helen Cook
Nueva York, 11 sep (EFE).- Aunque la sorprendente expulsión de Novak Djokovic ha acaparado los titulares del Abierto de EE.UU. de este año, no es la única circunstancia que está haciendo de este torneo de tenis uno de los más insólitos de la historia del deporte, con mapaches apoderándose de las gradas vacías y aplausos enlatados en los partidos para tratar de simular una normalidad a todas luces ausente.
El rugido de las 20.000 personas que atestaban el estadio central Arthur Ashe en Queens cada septiembre ha quedado reducido a un lejano recuerdo, y con la obligada ausencia de los aficionados en este Open del coronavirus, lo que se escucha después de cada punto son unos discretos y monótonos aplausos ficticios que, con el paso de los partidos, los organizadores decidieron introducir en un intento de que los tenistas estuvieran más cómodos.
Quizá, también, para tratar de disimular algunos de los elementos de la banda sonora de Nueva York más desagradables: el constante chirriar de los trenes en las estaciones elevadas del metro, como la que lleva a Flushing Meadows, los aviones que sobrevuelan la zona, o los impertinentes vehículos de neoyorquinos que ignoran las normas de contaminación acústica.
Aun así, el estruendo urbano se cuela en las pistas y distrae con frecuencia a los jugadores en el momento del saque, sustituyendo de esta manera a los aficionado excesivamente entusiastas que tanto suelen irritar a los tenistas en el momento más crucial.
MAPACHES 'VIP'
Los que se han colado también en el complejo de Billie Jean King son los curiosos y escurridizos mapaches, que pueden verse con frecuencia en las zonas menos densas y más verdes de Nueva York, pero que tienden a huir de las personas.
Y como en Flushing Meadows este año apenas hay gente, estos mamíferos han decidido acampar a sus anchas en las amplias instalaciones, y han sido fotografiados recorriendo el paseo conocido como la 'Pista de los Ganadores' en el Billie Jean King, e incluso observando partidos desde las gradas del Arthur Ashe.
'¿Acabo de ver a un mapache atravesando los asientos del estadio?' preguntaba incrédulo en Twitter un aficionado al tenis mientras veía en la televisión el duelo entre Victoria Azarenka y Karolina Muchova en octavos de final.
'Qué envidia. Ese mapache tiene mejores asientos que yo cuando fui al Abierto en 2012', bromeaba otro usuario.
Al margen de la fauna de la zona, han sido sólo unos pocos privilegiados los que han visto los partidos en vivo y en directo, como los entrenadores y el puñado de acompañantes que han podido llevar al torneo cada uno de los jugadores.
Pero curiosamente, los tenistas que estaban en su jornada de descanso también se han acercado a ver algunos de los enfrentamientos más destacados de esta bizarra edición del abierto estadounidense, como ha hecho la japonesa Naomi Osaka en más de una ocasión durante los partidos de su ídolo, Serena Williams.
'Para mí es un privilegio. Sé que hay mucha gente que paga mucho dinero para ver (a Serena). Poder ir a verla gratis para mí es genial', confesaba la número 9 de la WTA.
¿DÓNDE ESTÁN LOS RUIDOSOS ESTADOUNIDENSES?
Aunque los jugadores otros años se han quejado de lo ruidoso e insolente que es el público del abierto estadounidense, diametralmente opuesto a los respetuosos y considerados espectadores de Wimbledon, todos ellos, sin falta, han hablado esta vez de lo que lo echan de menos, y algunos hasta lo han considerado necesario para mantener los ánimos.
'Es duro, y también es triste. Intento esforzarme más, porque normalmente los fans ayudan mucho en eso', ha dicho el número tres del mundo, Dominic Thiem, a la prensa.
Es posible que uno de los pocos beneficiados de la ausencia del público haya sido el encargado de catering del torneo, que se ha llevado sus 15 minutos de fama gracias a sus estridentes trajes de chaqueta que, en los momentos en los que se ha asomado al Arthur Ashe, han entretenido a los cámaras de televisión y comentaristas de ESPN, la cadena oficial de retransmisión del campeonato en EE.UU.
'Puede ser que ese sea el traje más genial que hemos visto nunca', dijeron los comentaristas sobre un traje de un azul estridente, estampado con coloridas piñas. EFE