Ana Julia se causa arañazos en la cárcel y pide protección
Habría discutido con otra interna
El diario ABC.es de España informó hoy que Ana Julia Quezada, asesina confesa de Gabriel Cruz, hijo de su expareja, pasó el Año Nuevo en la enfermería de la prisión de Huelva “con pequeños arañazos” en las muñecas.
Pese a que en un principio se dijo que habría sido un intento de suicidio, el parte médico del día 31 de diciembre recoge que las heridas no requerían sutura y que no habrían sido ‘autolíticas’. Las fuentes consultadas en la prisión niegan que hubiese utilizado una cuchilla.
El medio explica que la presa había tenido una discusión con otra interna el día anterior 30 de diciembre que no tuvo mayores consecuencias, un simple hecho que se produce con frecuencia en las cárceles por problemas de convivencia. No obstante, el día siguiente Quezada “presentó una instancia en la que pedía que se le aplicara el artículo 75.2, es decir, medidas restrictivas para garantizar su protección personal”, dice el portal.
El centro decidió entonces ponerle una acompañante en su celda para que no estuviese sola, fue esta reclusa quien avisó a los agentes al notar las marcas en las muñecas. Y a continuación se trasladó a Ana Julia a la enfermería.
Otras instancias solicitadas por Ana Julia
Tampoco es la primera vez que Quezada envía comunicaciones e instancias a los responsables de la prisión dice el medio. Lo ha hecho para enviar cartas desde la cárcel al juez del caso pidiéndole que Ángel, padre de Gabriel dejara de enviarle mensajes a sus familiares.
“Mi familia a [sic] recibido unos mensajes de Ángel, el padre de Gabriel y no me parece bien lo que ha dicho a mi familia, de las cosas que le ha dicho es que quiere que yo me pudra en la cárcel”, comienza la carta al juez. Y también cuestionó que Ángel le envíe cartas a su sobrina quien es la que le da algo de dinero para que compre cosas en la cárcel.