¿Cómo es la vida después de ganarse la lotería?
Hay quienes sueñan con ser millonarios de la manera más fácil: ganándose la lotería. El día que ocurre, el agraciado se convierte en toda una "celebridad", ya sea en la prensa o en su barrio, como le ocurrió al bodeguero dominicano Pedro Quezada, quien ganó en marzo pasado US$$338 millones en la lotería Powerball, de Nueva York. Pero, ¿cómo transcurre después la vida de los ganadores?
Tratando de responder esta pregunta, DL se encaminó en contactar a varios favorecidos en diferentes sorteos. El escepticismo fue la primera impresión en algunos al primer contacto. Otros declinaron la entrevista previamente pautada. Los ganadores son muy reservados cuando les hablan de sus finanzas.
Finalmente, en la búsqueda se encontraron varios casos. Por ejemplo, algunos han derrochado el premio y el dinero se ha esfumado. Asimismo, existen familias decepcionadas, porque desconocen el paradero de su pariente millonario, ya que luego de convertirse en "nuevo rico" desapareció para que nadie le exigiera una partida de la fortuna.
Se encuentran casos singulares, como el de un comerciante de Sabana Perdida, que tardó casi un mes para reclamar los RD$53 millones que se ganó en diciembre de 2005. El hombre buscó asesoría sobre cómo manejar una cuantiosa suma que días antes no poseía.
"Sonia Peguero", maestra de Educación Media, de 38 años, considera su premio un regalo de cumpleaños. En enero de 2013 ganó RD$16 millones. Después de la emoción de saberse ganadora y enfrentar la aparición de personas "buscando lo suyo", tuvo que hacer un alto en la docencia para analizar cómo manejar su dinero. Una casa propia está entre sus planes y un vehículo. ¿Seguirá siendo profesora?, le pregunta DL. "¡Claro que sí!", responde.
Un regalo para San Miguel
El juego de los números también encuentra agraciados que lo ven como una recompensa espiritual. Una señora de 70 años, que ganó RD$13 millones en el año 2011, asegura que su premio fue un regalo de San Miguel, una de las imágenes que consulta en su negocio de santería.
"Yo trabajo la luz espiritual, y San Miguel me dejó dicho que él quería mudarse de ahí (del altar que tenía) porque estaba muy incómodo, y que quería comprar una casa más amplia para poder recibir su clientela", dice.
El 15 de octubre de 2011 se ganó los RD$13 millones. "Le decía a la gente: tranquilos, que al que yo le vaya a dar le voy a dar. Me corrieron mucha gente atrás", recuerda.
Desde ese tiempo ya ha repartido RD$4 millones a familiares y amigos, puso RD$2 millones a plazo fijo, donó algo a la iglesia, compró un apartamento para obtener beneficios de la renta y se mudó desde Vietnam de Los Mina a una zona de clase media. También apartó un lugar de su nueva casa para hacerle el altar a San Miguel.
Otra cara: Hostigamiento
Un pequeño comerciante de Villa Consuelo, ganador de RD$45 millones, contó a esta redactora cómo el asedio de la gente ha sido uno de sus viacrucis.
Eran 11 años los que "Carlos Guzmán" tenía jugando la lotería. Toda su vida sabía lo que era vivir en escasez. Un día compró una jugada de RD$60. Fue entonces cuando la noche de un sábado de septiembre del año 2009, sentado frente al televisor, fue cotejando los números que se cantaban en el sorteo. Los acertó todos.
Pasada la parafernalia de la emoción de saberse ganador de RD$45 millones (RD$37 millones luego del descuento de 15% de impuestos), calmó sus nervios, y decidió saber quiénes eran los amigos que merecían un porcentaje.
Se inventó una emergencia. "Puse a prueba como a cuatro o cinco personas, gente mía, más cercana, para ver quién me daba la cara y quién no, y aquellas personas que me dieron la cara los recompensé con lo que me saqué, los puse en una agenda y a cada uno lo marqué con una cantidad específica". Fue así como llegó a repartir RD$12 millones entre amistades y familiares.
En el barrio le pusieron el mote de "El Millonario". Durante tres años Guzmán se acompañaba de guardaespaldas, inclusive se alejó de su familia para que asimilaran el proceso der ser "rico".
"La gente se inventaba los problemas para venir a pedirme dinero, hasta para una muela que se iban a sacar tenían que venir (a su negocio). Vivimos en un sector donde hay mucha gente pobre, donde hay mucha gente habilidosa, y a sabiendas de que ya uno tenía par de pesos en la mano, todo compromiso que se daba en la zona de problema de gente había un punto de referencia que era aquí: tírate donde 'Guzmán', ve a donde 'Guzmán' que él te resuelve", recuerda.
Con el tiempo se ha ido reduciendo el hostigamiento. "Muchos se sentían mal, pero ellos van entendiendo con el tiempo cómo es que son las cosas, por lo ajeno no se pelea, y esto yo me lo saqué no fue para darlo, fue para resolver mi problema, el mío y el de mi familia", enfatiza.
Como dueño de un negocio durante 12 años, decidió invertir el premio más que disfrutarlo. "Tanto dinero uno lo ve mucho y con el tiempo lo ve poco. Terminé de pagar este edificio (donde está su negocio), compré una casa (en un sector de clase media), compré una yipeta del año y me di el lujo de montarme por primera vez en un vehículo nuevo, y puse mucha gente cómoda. Cogí tres préstamos y he pagado dos. Todavía me queda una deuda, pago un billete todos los meses y lo que me queda de ese dinero se lo reparto a los muchachos míos", cuenta Guzmán.
Hoy, a sus 49 años, sigue jugando la lotería. Durante los casi cuatro años que han pasado desde que se ganó los millones, ha pegado entre dos y cinco números y se ha alzado con un premio superior a los RD$100 mil y otro de RD$80 mil. "Yo no creía en eso (la lotería) hasta que me la saqué", dice.
No se considera adicto al juego, pero por agradecimiento a la empresa que maneja el sorteo que ganó, afirma que seguirá jugando de por vida "porque me nace".
En medio de todo, asegura que el dinero no le ha dado la felicidad, pues para él la felicidad la da Dios.
A quienes juegan la lotería, les recomienda: "Mantengan la fe, que Dios a cada uno le tiene lo suyo. Y aquellas personas que se saquen la loto que le pidan a Dios que los humos no se le suban a la cabeza, porque la gente cambia en un 99%".
Loterías para todos los gustos
En el mercado local de las loterías hay una variedad de ofertas, siendo la más reciente "El Gordo Iberoamericano". Una de las empresas con más tiempo operando es la Lotería Electrónica Internacional Dominicana (Leidsa), que inició sus sorteos en 1997, siendo sus productos El Loto, Quiniela y Palé, Loto Pool, Pega 3 Más, Kino Más, Loto Más y Súper Kino TV. Otras opción es Loteka, con sus productos Mega5, Mega5 extra, 3x3, Megachances, Megadecenas y 2x2. Asimismo, Loto Real con Loto Real, Súper Loto Real, Quiniela Real, Palé Real, Tripleta Millonaria Real, Quinielita Real y Pega 4 Real. De parte del Estado está la Lotería Nacional, que oferta quinielas y billetes en sorteos diarios.
Existe la política de que el ganador debe permitir que se difunda en los medios de comunicación la entrega del premio.
Las más de 30 mil bancas de lotería que existen en el país son el medio de sustento de más de 200 mil personas.
Los nombres y algunos detalles específicos de los entrevistados para este reportaje fueron omitidos para proteger su integridad.