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Otra vez el Ozama vuelve a recuperar su espacio en barrio Los Coordinadores

Moradores del sector piden al presidente Abinader que los saque del lugar, ya que “votaron por el cambio”

Con las aguas del río Ozama en sus casas están moradores del barrio Los Coordinadores, en Sabana Perdida, en el municipio Santo Domingo Norte, frente a la vieja Barquita y ya muchos han tenido que sacar lo poco que tienen para la parte alta para evitar que se les dañen por las lluvias.

Aunque no se acostumbran, saben cuándo salir de sus casitas, la mayoría de hojalata, y llevar colchones, muebles y electrodomésticos donde parientes, amigos y vecinos porque no existen refugios oficiales en el barrio.

Algunos ponen candado a las destartaladas viviendas para evitar que los ladrones carguen con los ajuares que no caben en los lugares donde los acogen.

De su boca solo salen un llamado al presidente de la República, Luis Abinader, para que los saque del lugar con la aclaración de que votaron por “el gobierno del cambio”, dicen.

El pastor Icelso Luciano, movido por el mandato de ayudar al prójimo, hizo un recorrido para determinar las familias que ya salieron de sus viviendas para, al menos, acompañar a la gente en su proceso.

“Yo le dije que en caso de que ellos lo decidan, le podía dar una mano con mi camionetica, recogen sus cosas y yo se las llevo hacia allá arriba, porque esa es la labor que Dios nos manda, a estar con los que los que duelen y con los que se alegran también”, expresó.

El religioso espera que las autoridades faciliten una carpa para que la gente se puedan refugiar hasta que las familias puedan volver a sus casitas cuando baje el agua, que en las últimas horas han estado en aumento.

Arturo Noboa Beltré dijo que llevó parte de sus ajuares donde una vecina. En la galería y el garaje tiene sus bienes, porque ya el río entró lentamente a su casa. Dijo que se han quedado esperando a las autoridades porque en el gobierno pasado se dijo que los iban a sacar del lugar.

“Desde Balaguer se ha hablado del desalojo, yo tengo 30 años ahí y no se ha visto nada, esto es un caos, cuando llueve, hay que salir obligatoriamente porque el río da su preaviso y uno se ubica y después que se retira volvemos a lo mismo, porque no podemos abandonar... si el Gobierno le diera, aunque fuera un solar a uno, nosotros desalojamos todo”, señaló.

Johanna Camacho siente pena por los que viven más cerca del río cada vez que llueve, como en esto tiempo y facilita parte de su casa. Ya le ha dado refugio a dos familias, algunos vecinos acogerán otros como ya es costumbre.

“Nosotros dormimos como nosotros podamos aquí, nos ayudamos uno con otro, porque no hay más nada”, indicó.

Otras zonas

En un recorrido por otros sectores, como La Ciénaga y Los Guandules, la situación es de menos riegos por la liberación de una amplia franja de viviendas que no llega el río. Quedan casas para desalojar, pero están fuera de la zona de mayor riesgo.

En ambos sectores, la gente estaba tranquila realizando sus actividades cotidianas y sin miedo porque algunos afirman que la parte donde el agua llegaba, ya fueron desalojados por la Unidad para la Readecuación de la Barquita y su Entorno (URBE).

De igual modo, por el kilómetro 18 de la autopista Duarte, próximo al arroyo Lebrón, la situación también estaba controlada y solo quedaban vestigios de la correntía que horas antes se observaba por el lugar.

En Los Alcarrizos también la situación estaba bajo control y solo por donde se construye la Circunvalación había agua acumulada y un poste del tendido eléctrico a punto de caer, pero funcionarios de Edesur estaban en el lugar y prometieron que mismo restaurarían el poste.

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Licenciado en Comunicación Social por la universidad O&M. Ha ejercido el periodismo desde 1988 en radio, televisión y periódicos.