Más de 70,000 haitianos se han ido de RD a su país desde que inició la pandemia
Se marchan por miedo al COVID-19, por no tener acceso al sistema de salud y el desempleo
Desde que se inició la pandemia del coronavirus en el país, en marzo pasado, y hasta el mes de julio, unos 70,000 haitianos han regresado a su país de manera voluntaria para evitar el contagio, por falta de fuentes de empleo y de servicios de salud.
De acuerdo con la Mesa Nacional para las Migraciones y Refugiados en República Dominicana, que coordina William Charpantier, el dato es el resultado del seguimiento que le está dando la Organización Internacional para las Migraciones (OIT) a los migrantes en el país.
Los migrantes haitianos ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia por su vulnerabilidad ante la imposibilidad de acceso a los servicios de salud, la paralización de los sectores construcción y la agropecuaria, básicamente.
De acuerdo con Charpantier, trabajadores de la construcción han tenido que dedicarse a vender “chucherías” en las calles o trasladarse a regiones como el Este para tratar de conseguir el sustento y los que no pueden se han marchado a su país.
Recuerda que desde que inició la pandemia, el Gobierno suspendió las deportaciones de extranjeros indocumentados.
En término de salud, a muchos extranjeros no se le toma en cuenta ni para hacerse pruebas y verificar si padecen el COVID-19, mucho menos para tener acceso a medicamentos e internamiento. No existe un registro de los haitianos contaminado del COVID-19 en el país y se desconoce la cantidad de fallecidos.
“El COVID en la parte migrante, ha sido el sector que peor le ha ido en esta situación, porque los gobiernos no han ido directamente en auxilio de esa población, el COVID no discrimina a nadie todos estamos expuestos a contraer esa enfermedad, la solución debe ser inclusiva”, estimó.
Los casos de haitianos con la enfermedad que se conocen se han tenido que tratar en sus casas, muchas veces con remedios caseros, debido a la falta de acceso al sistema nacional de salud por su condición de indocumentados, igual les ocurre a muchos dominicanos que tampoco han podido recibir los servicios de salud requeridos.
“La población migrante no ha tenido acceso a las pruebas del COVID, nosotros como institución, no hemos sido llamado por el Estado para decirnos que hay pruebas disponibles y sabemos que no hay para la población nacional, imagínate si habrá para los migrantes. Esa parte ha sido nula”, enfatizó Charpantier.
Impacto económico
La repercusión del COVID-19 en la parte económica afecta sensiblemente el envío de remesas hacia el vecino país por los bajos o nulos ingresos que reciben los haitianos, muchos de los cuales no producen recursos ni para pagar los alquiles de las viviendas.
“Ese afecto en los migrantes se puede observar en el tema de las remesas, ellos con su trabajito envían dinero a su país, pero por el COVID eso mermó muchísimo e, incluso, muchos migrantes prefieren que si se van a morir que sea con su familia y por eso se van para su país”, explicó el dirigente de los migrantes.
William Charpantier consideró que una de las enseñanzas que deja el coronavirus es que el tema migratorio debe replantearse a nivel mundial para que haya gobiernos y personas más solidarias, que los gobiernos deben atender más a los extranjeros porque aportan a cada país y al final todo queda”.
Apoyo
No todas las autoridades le han negado el derecho a la salud o a la alimentación a los extranjeros, instituciones como los Comedores Económicos han llevado alimentos, principalmente a bateyes, pero igual lo hacen la iglesia católica a través de su programa Cáritas y algunos empresarios que donan alimentos.
“En Sabana Grande de Boyá llevan comida a los viejitos migrantes que fueron trabajadores cañeros, hay agencias del gobierno que han hecho algunas ayudas en los migrantes pensionados, sobre todo le dan comida”, puntualizó.
De acuerdo con el coordinador de la Mesa para las Migraciones y Refugiados, en este tiempo de cuarentena no se ha sentido discriminación de dominicanos hacia haitianos u otros extranjeros y dijo que, al contrario, en algunos lugares la gente comparte alimentos.
“Nosotros hacemos actividades de prevención en idioma creole, al principio los migrantes en algunas zonas no creían en el COVID, ahora usan mascarillas, hubo un acuerdo con el Ayuntamiento del Distrito Nacional y el Programa las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que facilitaron más de 3,000 mascarillas de higienes se hicieron campaña en creole”, dijo.