Lavaderos de vehículos improvisados: un negocio que aumenta escasez de agua
Autoridades eliminan algunos lavaderos
El negocio de los lavadores de vehículos improvisados sigue en aumento en el Gran Santo Domingo, en cualquier calle y sin autorización municipal, principalmente jóvenes instalan sus máquinas de presión con agua para ganarse la vida.
Algunos compran agua a camiones cisterna y otros las almacenan cuando es servida por la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd). Algunos jóvenes desempleados han visto el lavado de automóviles como su modus vivendi.
Entre 200 y 300 pesos se paga por un lavado de auto sencillo en las calles, algunos car wash cobran más caro e incluyen otros servicios como limpieza con aspiradoras. Las autoridades no tienen control de la cantidad de agua que se utiliza en los lavaderos y algunas ni se preocupan por el uso del espacio público.
Recientemente, la Caasd eliminó decenas de lavaderos improvisados y conexiones irregulares en el sector de Cristo Rey, en el Distrito Nacional, para evitar el desperdicio de miles de galones de agua al día.
En la Avenida de la Salud, en el Mirador Sur, grupos de lavadores utilizaban parte de la vía para dedicarse a asear automóviles, pero esa práctica se ha reducido casi a la mínima expresión. Sin embargo, todavía quedan lavadores en los barrios como Las Palmas, Enriquillo, y en la prolongación Rómulo Betancourt, en la zona Industrial de Herrera, en Santo Domingo Oeste
De igual modo en la avenida Antonio Guzmán y la calle José Francisco Peña Gómez de Invivienda, Los Mina Sur y Cancino, en Santo Domingo Este; en los ensanches La Fe y Luperón, Villa María, Villa Consuelo, Villa Juana, Capotillo, La Zurza y Cristo Rey en el Distrito Nacional.
En Santo Domingo Este, el alcalde Manuel Jiménez logró eliminar un largo lavadero que existía en la Avenida Iberoamericana que bordea el Faro a Colón y el Parque del Este en la parte aur. Este lugar era un lavadero permanente desde hacía muchos años.
Desde el año pasado, la Alcaldía les había notificado a unos 75 lavadores que debían abandonar esa práctica y luego fueron desalojados con el acompañamiento de la fuerza pública. Los afectados se enfrentaron a los policías y quemaron neumáticos.