Boca de Cachón, con casas nuevas y pocas fuentes de trabajo
BOCA DE CACHÓN. Antes de que las aguas del Lago Enriquillo llegaran a los predios del viejo pueblo Boca de Cachón, las familias subsistían de la agricultura y la ganadería. Algunos hombres también buscaban ingresos en la producción ilegal de carbón próximo a la frontera con Haití. Ahora que el gobierno trasladó esta comunidad a seis kilómetros, en un nuevo proyecto residencial, los beneficiarios se quejan de que no tienen fuentes de trabajo.
César Cuevas, un joven de 27 años y desempleado, recuerda que desde los 15 se dedicaba a la producción de carbón. "Todavía hay gente que se tira para allá (a los bosques) y lo hacen (el carbón)", dice. Al preguntarle si no le importa la deforestación que esto acarrea, cuestiona: "¿Y cómo uno va a sobrevivir?".
Porfirio Méndez, de 70 años, lamenta que sus parcelas fueran ocupadas por las aguas del lago. "Yo vivo de la agricultura", dice mientras muestra sus manos callosas y con las uñas ennegrecidas por la tierra. "De eso era que yo vivía, de eso era que yo mantenía mis hijos, de vender carbón y de mi propiedad", afirma.
Explica que vendía carbón a los camioneros y "saquitos" en la comunidad a aquellos que no podían comprar gas. "Hacíamos hornitos de a 10 saquitos, recogíamos palitos secos, no cortando ni haciéndole daño a los árboles. Fue hace pocos años hacia acá que los haitianos, los dueños de camiones, vinieron a tumbar palos", dice.