Argentina cierra totalmente sus fronteras terrestres por expansión del COVID-19
Los pasos fronterizos se cerraron por última vez, tras un año de clausuras y aperturas parciales, el pasado 24 de diciembre
El Gobierno de Argentina oficializó este lunes el cierre de sus fronteras terrestres a quienes salieron del país entre el 1 de abril y el 25 de diciembre de 2020, que hasta ahora eran los únicos autorizados a usarlas como excepción a las medidas diseñadas para frenar la expansión del coronavirus.
Con la entrada en vigor de esta norma, que fue publicada este lunes en el Boletín Oficial, estas personas solo podrán ingresar al territorio nacional en avión a través de los puntos de entrada habilitados: los aeropuertos internacionales de Ezeiza y San Fernando (ambos en la provincia de Buenos Aires), el Aeroparque Jorge Newbery (capital) y el puerto de la ciudad de Buenos Aires.
Los pasos fronterizos se cerraron por última vez, tras un año de clausuras y aperturas parciales, el pasado 24 de diciembre, cuando la Dirección Nacional de Migraciones decretó la vía aérea como única forma de ingreso, mientras que una norma del 8 de enero permitía el ingreso terrestre a quienes salieron del país entre abril y diciembre, quienes desde ahora vuelven a tener como único medio de acceso el avión.
Si bien los ingresos al país siguen sujetos a la normativa anterior, que mantiene cerradas todas las fronteras al turismo externo, por lo que, según la norma, “todo aquel que no sea argentino y quiera ingresar al país con el propósito de hacer turismo no podrá hacerlo”.
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El Gobierno decidió suspender a partir del pasado sábado todos los vuelos regulares que conectan al país con Brasil, Chile y México, después del aumento de casos de COVID-19 en esas naciones.
Así, esos tres países se suman a Reino Unido como países con los cuales Argentina tiene suspendidos los vuelos, ante el temor de las autoridades a una segunda ola de contagios en suelo propio.
Son medidas que el Gobierno toma “considerando la rápida evolución de las condiciones epidemiológicas”, con diversas variantes de COVID-19 en circulación que Argentina busca prevenir mientras avanza con su campaña de vacunación, que hasta el momento tiene 2.9 millones de vacunados con la primera dosis y 665,656 con ambas dosis, entre sus 45 millones de habitantes.
Habrá además más controles para los argentinos y residentes que regresen del exterior.
Al test de detección de coronavirus que se debe presentar antes de embarcar hacia Argentina, se sumará otra prueba que deberán hacerse al llegar al país y una tercera pasados siete días del reingreso, siempre a cargo del pasajero.
Con estas medidas el Gobierno argentino “recomienda a todos los argentinos y residentes no viajar al exterior', en especial a aquellos que pertenezcan a grupos de riesgo.
Argentina, el tercer país latinoamericano con más casos, después de Brasil y de Colombia, acumula ya 2.3 millones de contagios y unas 55,400 muertes por la COVID-19.