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Renacimiento de Pablo

"Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo vida..." es lo primero que dice "En paz", Pablo Milanés, al abrir su más reciente álbum discográfico: "Renacimiento".

El cantautor de 71 años inicia así, -con un texto muy martiano-, y un arreglo afín a cuando musicalizó los versos del Apóstol cubano (1973), ese "vida nada me debes,/ vida estamos en paz". Este tema, junto al díptico del otoño, que cierra el álbum, son, a mi parecer, los mejores de Pablo en buen tiempo, por su profundidad filosófica y hondura poética, así como por su riqueza melódica.

"Renacimiento" es un disco-resumen, como si el poeta estuviese despidiéndose de la vida (son textos creados desde el 10 de abril del 2011, hasta el 7 de septiembre del 2012; el único anterior pertenece a abril de 1970, "Lamento" poema de Ho Chi Minh, en versión del inolvidable Félix Pita Rodríguez.

Sobre un colchón de melodías renacentistas y barrocas -que a fin de cuentas es la amalgama de los sentimientos, las reflexiones, los sucesos que componen el disco-, Pablo incluye temas que parecieran traídos por el cabello, como el "Homenaje al changüí", aunque quizás el autor lo valore parte del "barroco cubano".

La voz de Pablo en los primeros tracks suena como siempre melodiosa, pero algo agotada. Muy diferente a lo presentado en el segundo de los días que hizo su concierto en el Teatro Nacional Eduardo Brito, con la voz llena de una lozanía asombrosa y con un brillo difícil de lograr después de tanto uso como instrumento.

Valdría la pena un Renacimiento 'unplugged'. Sobre todo porque se trata de una obra importante, por su concepto general, y por incluir temas como "Dulces recuerdos", antológico por su transiciones rítmicas, desde el hondo aliento clásico a la conga. O "Los males del silencio" (más cercano al Charles Aznavour de temas moscovitas); pero sobre todo por el díptico "Amor de otoño"- "El otoño del amor", que resumen casi todo lo que Milanés siente en los más recientes años, llenos de pérdidas y despedidas, pero también de un reverdecer del amor y de la vida.

Con Renacimiento, Pablo Milanés demuestra una formidable vitalidad creativa. Que le dure muchos años más.