Museo Trampolín el salto al futuro

Santo Domingo. Sentir las sacudidas de un terremoto sin que este ocurra; viajar al centro de la tierra; caminar alrededor de un dinosaurio; llevar la administración energética de una casa y ser juez, médico, bombero o vendedor de frutas por un rato, son algunas de las posibilidades con que cuentan niños y adultos que visitan el Museo Trampolín, un paraíso donde reina el conocimiento. Y como si fuera poco, al final, un encuentro, a través de un heliograma -como en la película de La Guerra de las Galaxias- nada más y nada menos que con Juan Pablo Duarte.

Parece un sueño, y quizás lo sea, que en la ciudad más antigua del Nuevo Mundo y justo en una de sus más vetustas edificaciones, se le haya dado espacio a esta iniciativa.

La que fuera residencia de Don Rodrigo de Bastidas alberga ahora a dos simpáticos muñequitos conocidos como Polín y Polina, que cada día llevan a los más pequeños a descubrir el divertido mundo de este museo.

Aquí los niños gozan la posibilidad de adquirir conocimientos de una manera entretenida, y de acuerdo a los códigos contemporáneos, donde tecnología y ciencia se dan la mano permanentemente.

Raymond Blais, encargado de Asuntos Educativos, afirma que el museo en cada una de sus salas ofrece a los visitantes la posibilidad de fortalecer las relaciones escolares y familiares disfrutando de las exposiciones, experimentos y talleres, los cuales han sido concebidos para complementar su educación.

Al llegar a la antigua Casa de Bastidas, mientras esperan a los guías para el recorrido, los niños tienen varias computadoras a su disposición en la sala de entrada, la cual también posee una biblioteca con cuentos populares.

Cada Sala es una escuela

La primera sala del museo es "El Universo" en donde los niños aprenden sobre las estrellas y constelaciones, los planetas, así como también sobre el sistema solar, los movimientos de la tierra y los satélites.

La aventura continúa en la sala denominada Planeta Tierra, donde, entre otras atracciones se encuentra experimentar la sensación de estar en el centro de la Tierra. Le sigue el Paleomundo, con la evolución del hombre primitivo y que concluye con una magnífica muestra de la era de los dinosaurios.

El recorrido continúa por las salas de Energía, Ecología y Áreas Protegidas, y Ser Humano, hasta llegar a la sala dedicada a la Familia y la Sociedad, donde los visitantes penetran por la calle central de un pequeño pueblo estructurado como una de esas localidades de nuestras provincias. Espacios para teatro y cine, una cafetería y una sala de exposiciones transitorias completan las instalaciones de este paraíso, que es una de las mejores opciones con que puede contar la familia cualquier Fin de Semana.