El siglo de Ingmar Bergman, un visionario del séptimo arte

SANTO DOMINGO. El 14 de julio de 1918 nació en la ciudad sueca de Upsala Ingmar Bergman, hijo de un pastor luterano y una enfermera que le dedicaría su vida al arte en general, pero especialmente al cine. A lo largo de su amplia carrera Bergman laboró como director, escritor y productor en televisión, teatro y radio y, por supuesto, cine. Fue en esta disciplina artística en la que creó increíbles obras por las que, eventualmente, fue considerado uno de los realizadores cinematográficos más destacados e influyentes de todos los tiempos y ahora el mundo se prepara para celebrar los 100 años de su nacimiento.

Bergman inició su carrera dirigiendo obras de teatro antes de incursionar en el cine en 1941, primero como guionista y a partir de 1945 como director también. Fue en este medio en el que creó historias íntimas que contenían narraciones y simbolismos complejos, además de reflexiones sobre la existencia del hombre, y en las que ponía al descubierto el alma de sus personajes con un emblemático estilo visual que atrapa al espectador en la realidad que se ve reflejada en la gran pantalla. Las creaciones de Bergman se convirtieron en un claro ejemplo de un tipo de cine que podía entretener al público mientras evitaba los vicios del cine comercial al estilo de Hollywood.

El legendario director sueco logró participar en 70 producciones como director y en alrededor de 75 como guionista. Entre sus éxitos más memorables están: “Sonrisas de una noche de verano” (Sommarnattens leende, 1955); “El séptimo sello” (Det sjunde inseglet/1957); “Fresas salvajes” (Smultronstället/1957), “Persona” (1966), “Gritos y susurros” (Viskningar och rop /1972), “Secretos de un matrimonio” (Scener ur ett äktenskap/1973); y “Fanny y Alexander” (Fanny och Alexander /1982).

Bergman logró acumular diversos reconocimientos y premios que celebraron la genialidad de sus películas, incluyendo el Óscar en la categoría de Mejor película de habla no inglesa en 1961 por “El manantial de la doncella”, en 1962 por “Como en un espejo”, y en 1984 por “Fanny y Alexander”. Por sus obras también fue premiado en importantes festivales como los Globo de Oro, el Festival de Cannes y los Premios César.

Por otro lado, la influencia de Bergman se ha sentido en producciones comerciales con homenajes y referencias en series animadas como “Animaniacs” y en películas como “Last Action Hero” (1993), “Bill & Ted’s Bogus Journey” (1001) y “The Meaning of Life” (1983), hasta los Muppets han parodiado a Bergman. Asimismo, entre los fans de Bergman se pueden encontrar icónicos directores como Woody Allen, Stanley Kubrick, Ang Lee, Martin Scorsese, Andrei Tarkovsky, Akira Kurosawa, David Lynch, Chan-wook Park, Marjane Satrapi, Pedro Almodóvar, Robert Altman y Francis Ford Coppola.

Varios países se unen a la celebración del gran director sueco con talleres, conversatorios, ciclos de cine dedicados a sus obras además de otras actividades, pero para estar al tanto de los detalles de estos eventos lo más recomendable es visitar la página www.ingmarbergman.se, la cual contiene estas y otras informaciones.

Bergman falleció el 30 de julio de 2007, el mismo día que el cineasta italiano Michelangelo Antonioni. Ya en los últimos años de su vida el cineasta sueco se había retirado del cine aunque aún seguía dirigiendo obras de teatro, pero ya para ese entonces había dejado su marca en el séptimo arte al convertirse en uno de los directores más influyentes en la historia del cine. Y si se pregunta qué puede hacer para homenajear a tan destacado artista, en realidad lo ideal sería ver una de sus películas, pero en caso de que eso no sea posible, quizás la mejor forma de rendir tributo a un artista es apoyando cualquier actividad relacionada con el arte (aunque quizás sea preferible que esté relacionada con el cine).

Joan Prats