La “Islita de Nagua” sobrevivió una vez más a la tempestad
NAGUA. Antes de que los organismos de emergencia evacuaran a los habitantes de la Islita de Nagua, un barrio con más de 80 familias a orillas de la desembocadura del río Nagua que llega al océano Atlántico, sus habitantes no esperaban volver a sus casas.
La gran crecida fruto de las lluvias arrojadas por el huracán María penetró a todas las viviendas, dejando ver apenas los techos de estas y mojando a su paso todos los muebles del hogar.
La Islita está construida en un humedal donde además del río en uno de sus extremos le pasa una cañada.
“Yo di 10 mil pesos por mi solar aquí y no estoy dispuesto a dejar perdido lo que es mío”, dijo Ezequiel Alba.
Marizan, quien regresó del albergue donde fue evacuado y ahora tenía que retirar montones de basura dejadas por el afluente.
Ruth de la Rosa dijo a Diario Libre, mientras bajaba su nevera de unos blocks, que con el feo pronóstico que se tenía del huracán llegó a pensar que las aguas borrarían por completo la isla.
Paradójicamente en la Islita habita un miembro de la Defensa Civil quien manifestó que vive allí porque lo mejor es estar en lo propio.
La gente sobrevive en este lugar entre escombros, basura, ratas e insectos.