Techy Fatule: “Sabía que la música era mi destino”
Techy Fatule está en el mundo del arte y entretenimiento desde que era solo una niña, pero ha sido recientemente que decidió perseguir activamente el sueño de su vida: la música. Ahora, con el estreno de su primer disco, “A su tiempo”, Techy continúa creciendo como artista mientras compone nuevas melodías y se prepara para seguir cumpliendo sus sueños con el concierto más grande de su carrera este 15 de diciembre en el Coliseo Teo Cruz (Estadio Quisqueya).
¿Qué podemos esperar de tu concierto del 15 de diciembre?
Es el concierto más ambicioso que hemos hecho. Nuestra escenografía será un escenario 360, o sea que no importa dónde la gente se siente, nos va a ver siempre. Está habilitado para 1,700 personas, la producción artística está a mi cargo y de mi equipo y la producción técnica a la de Elinor Saldaña y su compañía E LOGIC. Seremos siete músicos en escena y me van a estar acompañando Pamel Mancebo y Covi Quintana. Es una producción bien retadora y ambiciosa.
¿Ser parte de una familia de reconocidos artistas ha facilitado o complicado tu crecimiento como cantante?
Es un arma de doble filo, pero depende de cómo quieras verlo. Por ejemplo, en mi caso tuve dos maestros en mi casa. Uno, mi papá, me preparó musicalmente y el otro, mi mamá, me preparó para desenvolverme, para hablar en público, ese tipo de cosas. Sí existían muchas comparaciones con mis padres, sin embargo nunca sentí esa presión por parte de ellos y sabía que mi identidad era totalmente aparte. En esta etapa de mi carrera no estoy haciendo nada para pegarme o ser famosa, lo estoy haciendo porque esto es de verdad lo que a mí me gusta y estas son las canciones que siempre quise que la gente escuchara pero no me atrevía a lanzarlas.
Si un día tu hijo te dice que también se quiere dedicar a la música, ¿qué consejo compartirías con él?
Le diría que se prepare, que esta es una carrera igual que cualquier otra y le hablaría claro. Este es un proceso muy largo si quieres tener una carrera que permanezca en el tiempo. Tienes que estudiar mucho, fajarte, conocer esta industria y, principalmente, le diría que no haga cosas para pegarse, sino porque realmente eso es lo que quiere.
¿Piensas que la generación actual de cantautores dominicanos tiene más obstáculos para desarrollar su carrera?
No, pienso que cada generación tiene sus cosas buenas y malas. Nosotros tenemos internet. Antes un baladista tenía que apelar a la radio o a veces a la televisión y nada más. En nuestro caso, ya no nos quedamos en hacer música para dominicanos, mi música llega a Argentina, México, España, Estados Unidos...
¿Qué tipo de ambiente necesitas para poder crear tus canciones?
No existe una fórmula mágica. Estoy aquí y si se me ocurre algo escribo una canción. Tengo la facilidad de escribir bastante rápido, pero tengo que sentir algo en ese momento. Normalmente escribo canciones por historias que me han pasado o a personas muy allegadas a mí. En ese caso tengo que haber pasado por ese proceso de emoción, sentirlo para poder escribirlo, pero también tengo el oficio de escribir, escribo para otras personas y para otras cosas.
¿Ya estás recopilando material para el próximo álbum?
Sí, ya tengo muchas canciones para el segundo álbum casi listas o sino en demos. La verdad es que cuando estás estable se hace difícil a veces escribir, pero sí tengo historias a mi alrededor que me permiten conectar con ese dolor o esa felicidad extraña a veces que no es quizás la mía, que es estable, una felicidad momentánea, con miedo.
Hasta ahora eres más conocida por tus baladas, pero ¿tienes pensado experimentar con otros géneros musicales?
Ya he hecho música en inglés, reguetón, de todo. Me metí en lo que está sonando, pero la verdad es que esa no era yo. No digo que no vaya a hacer una fusión, pero la verdad es que el 90% de las cosas que escribo es música con mucha emoción. A mí me gusta escribir y que la gente se sienta que le movió una tecla. Esa siempre va a ser mi matriz, aunque uno de vez en cuando experimente porque somos artistas y depende de lo que sentimos.
¿Cuáles son tus ambiciones en el cine?
El cine es una herramienta que a mí me gusta mucho. Me encantaría hacer la musicalización de algún filme. Ahora tuve un soundtrack en la película “Colao”, por ejemplo, y me llamaron para hacer canciones para otras producciones. Por el lado de la música esas son mis ambiciones, por otro lado me encantaría algún día encontrar un papel para el que tenga que hacer alguna transformación física y emotiva muy fuerte, que me rete.
¿Actualmente estás trabajando en algún proyecto fuera de la música?
Por primera vez en mi vida mis energías están concentradas totalmente en mi música porque creo que la vida me mandó un mensaje: si tú lo querías tanto entonces tómalo por las riendas y coge el control de tu vida. Lo mismo que siento por mi hijo lo siento por la música, ya no puedo vivir sin ninguno de los dos.
¿Qué lecciones aprendiste en este álbum y cuáles aplicarás en el próximo?
Mantenerme firme con mi sexto sentido. Había canciones en las que yo experimenté, pero realmente mi corazón me decía que ese no era el sonido que yo quería, por eso tuve que cambiar algunas cosas. En el próximo álbum estoy moldeando cada sonido, me estoy involucrando totalmente en la producción, coproduciendo muchas de mis canciones, aunque el primer disco puedo decir que salió exactamente tal y como yo me lo imaginé en ese momento.
¿La presencia de tu familia es esencial en cada uno de tus proyectos artísticos?
Sí, claro. Ellos siempre están en todos mis proyectos. La verdad es que aprendí que sin tu grupo de apoyo no es muy difícil perderte en el medio y mi familia y mis amigos son todo. Por ejemplo, cuando abrí el concierto a Juan Luis Guerra en NY viajaron como quince amigos y familiares para apoyarme, igual que siempre lo hacen en el teatro o la prémier de una película. La verdad es que esa es mi mayor fortuna: mi familia y mis amigos, y obviamente mi hijo es lo primero en todo.
¿Qué significó para ti la experiencia de abrir esos conciertos de Juan Luis Guerra?
Para cualquier artista dominicano abrirle a Juan Luis Guerra es la oportunidad más grande, pero no solamente porque mucha gente te va a ver sino por abrirle a ese maestro. Realmente Juan Luis Guerra es un músico en todo el sentido de la palabra y para mí la oportunidad de estar ahí es algo que siempre voy a agradecerle a él, a Amarilis Germán y al señor Félix Cabrera.
¿Cuáles son tus mayores influencias no musicales como artista?
Todo me influye, desde las películas y las series que veo, a los libros, me gusta leer, pero hasta las relaciones que uno tiene te influyen como artista, te hacen saber qué quieres, te hacen sentir mucho más. Y en las influencias musicales te diría que el mismo Juan Luis Guerra, Laura Pausini, Alannis Morisette, o incluso mi papá han sido una gran influencia para mí.
¿Sientes que la forma más orgánica para conectar con tu música es en un gran evento o en un contexto más íntimo?
Depende del mensaje que quieras dar. En mi caso duré dos años tocando en casi todos los restaurantes, bares y terrazas de este país y eso fue lo que para mí, como artista, me ayudó a conocer al público, qué le gustaba, qué no le gustaba o qué canción conectaba. Es un proceso que todo artista debe hacer. La gente podría decir que era conocida por mis padres, por trabajar en televisión, pero toqué en lugares donde iban tres gatos. Eso me hizo a mí mejor en todo el sentido y ahora el mensaje que quiero transmitir es que estoy lista y esto es lo que tengo para ofrecerles.
¿Por qué seguiste insistiendo con la música?
Siempre le he dicho a mi gente cercana que si este no era mi fin no conocía otra cosa, no tenía otra opción. Seguí insistiendo porque sabía que este es, definitivamente, mi destino.
—Fotos: Bayoan Freites —Dirección de arte: Norca Amézquita —Estilismo: Joselo Franjul —Maquillaje: Bryan Santana —Peinado: Nadiel Beltrán —Locación y agradecimientos: Fresh Fresh Café Santo Domingo