La construcción de ‘islas' aumenta las tensiones marítimas en Asia
La construcción de naciones ha llegado literalmente a los mares de Asia, conforme China y Japón, que ya están envueltos en disputas territoriales sobre islas existentes, levantan masas artificiales de tierra en el océano.
El crecimiento de este tipo de islas creadas por el hombre es el último punto de fricción en una región donde las relaciones han sido marcadas por la intratabilidad y la sospecha mutua, lo que ha generado preocupación a lo largo de la región.
Pham Binh Minh, ministro de relaciones exteriores de Vietnam y viceprimer ministro, ha demandado que China detenga los trabajos de transformar arrecifes en pequeñas colonias con muelles y, en un caso, con helipuertos y edificios grandes.
"Esta acción puede escalar las tensiones en el área, que de por sí es complicada", dijo el Sr. Minh en una entrevista en Hanói.
Sus comentarios señalan lo contencioso de la política en el arco de océano rodeado por China, Taiwán, Filipinas, Camboya y Vietnam. Los bien nombrados desarrollos marinos - tales como Terreno Peligroso, Arrecife de la Travesura y Arrecife de la Cruz Flamante - están surgiendo como sitios cruciales en la lucha regional por la supremacía territorial.
El Sr. Minh hizo un llamado a países fuera de Asia a unirse a EEUU, que ha presentado sus preocupaciones en privado a Beijing, para presionar a China a que cese el trabajo. Pero reconoció que no era probable que esto pasara.
"Muchos países se quejan acerca de esto", dijo Seiichiro Takagi, miembro sénior asociado en el Instituto de Japón para Asuntos Internacionales. "Pero debo decir que a China esto no le molesta".
El que Beijing haya intensificado el trabajo de construcción en la cadena de islas Spratly los últimos 18 meses representa un cambio de estrategia de Beijing en estas ya añejas disputas del Mar del Sur de China.
Después de retractarse en confrontaciones sobre reclamos territoriales con Vietnam y Japón el año pasado, Beijing cambió de foco a fortificar islotes que ya controla, tal vez con una visión de reforzar su presencia militar y control aéreo del área, dicen los analistas.
El trabajo de dragado y construcción generó una protesta diplomática de las Filipinas a principios de febrero. Beijing desechó la queja, argumentando que la actividad estaba "dentro de sus derechos soberanos".
Mientras que las actividades de China son las más notorias, otros países han usado métodos similares. En febrero, oficiales de Taiwán confirmaron que había planes de construcción en marcha en la isla de Itu Aba en Spratly, que presume una pista aérea y un suministro de agua fresca.
Japón también ha utilizado la construcción de islas como parte de un esfuerzo para apoyar su reclamo de una zona económica exclusiva (ZEE) alrededor de Okinotorishima, un atolón de coral a unas 1,000 millas al sur de Tokio. Japón dice que es una isla y que merece su propia ZEE, mientras que China insiste que es solamente una roca.
Debido a la constante amenaza de los tifones a estos terrenos, Japón empezó desde 1987 a construir diques de hormigón y una estación de investigación para reforzarlos.
Japón también ha estado investigando si puede cultivar el coral para extender la isla "naturalmente". Esta movida está diseñada para cumplir con las reglas de la ONU que dicen que la tierra debe ser considerada natural para poder hacer un reclamo territorial en las aguas que la rodean.
(c) 2015 The Financial Times Ltd. All rights reserved
El crecimiento de este tipo de islas creadas por el hombre es el último punto de fricción en una región donde las relaciones han sido marcadas por la intratabilidad y la sospecha mutua, lo que ha generado preocupación a lo largo de la región.
Pham Binh Minh, ministro de relaciones exteriores de Vietnam y viceprimer ministro, ha demandado que China detenga los trabajos de transformar arrecifes en pequeñas colonias con muelles y, en un caso, con helipuertos y edificios grandes.
"Esta acción puede escalar las tensiones en el área, que de por sí es complicada", dijo el Sr. Minh en una entrevista en Hanói.
Sus comentarios señalan lo contencioso de la política en el arco de océano rodeado por China, Taiwán, Filipinas, Camboya y Vietnam. Los bien nombrados desarrollos marinos - tales como Terreno Peligroso, Arrecife de la Travesura y Arrecife de la Cruz Flamante - están surgiendo como sitios cruciales en la lucha regional por la supremacía territorial.
El Sr. Minh hizo un llamado a países fuera de Asia a unirse a EEUU, que ha presentado sus preocupaciones en privado a Beijing, para presionar a China a que cese el trabajo. Pero reconoció que no era probable que esto pasara.
"Muchos países se quejan acerca de esto", dijo Seiichiro Takagi, miembro sénior asociado en el Instituto de Japón para Asuntos Internacionales. "Pero debo decir que a China esto no le molesta".
El que Beijing haya intensificado el trabajo de construcción en la cadena de islas Spratly los últimos 18 meses representa un cambio de estrategia de Beijing en estas ya añejas disputas del Mar del Sur de China.
Después de retractarse en confrontaciones sobre reclamos territoriales con Vietnam y Japón el año pasado, Beijing cambió de foco a fortificar islotes que ya controla, tal vez con una visión de reforzar su presencia militar y control aéreo del área, dicen los analistas.
El trabajo de dragado y construcción generó una protesta diplomática de las Filipinas a principios de febrero. Beijing desechó la queja, argumentando que la actividad estaba "dentro de sus derechos soberanos".
Mientras que las actividades de China son las más notorias, otros países han usado métodos similares. En febrero, oficiales de Taiwán confirmaron que había planes de construcción en marcha en la isla de Itu Aba en Spratly, que presume una pista aérea y un suministro de agua fresca.
Japón también ha utilizado la construcción de islas como parte de un esfuerzo para apoyar su reclamo de una zona económica exclusiva (ZEE) alrededor de Okinotorishima, un atolón de coral a unas 1,000 millas al sur de Tokio. Japón dice que es una isla y que merece su propia ZEE, mientras que China insiste que es solamente una roca.
Debido a la constante amenaza de los tifones a estos terrenos, Japón empezó desde 1987 a construir diques de hormigón y una estación de investigación para reforzarlos.
Japón también ha estado investigando si puede cultivar el coral para extender la isla "naturalmente". Esta movida está diseñada para cumplir con las reglas de la ONU que dicen que la tierra debe ser considerada natural para poder hacer un reclamo territorial en las aguas que la rodean.
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