Cinco factores a tener en cuenta conforme el crudo Brent alcanza US$70
El riesgo geopolítico, el petróleo de esquisto estadounidense, el crecimiento global, la política de la OPEP y los fondos de cobertura tendrán un impacto
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El crudo Brent ha superado los US$68 por barril por primera vez desde 2015, y se encuentra a una corta distancia de niveles no vistos desde que cayó de más de US$100 el barril. Con el petróleo en su nivel más sólido en tres años, éstos son los factores clave a considerar.
1. Irán y los crecientes riesgos geopolíticos
Irán es el tercer mayor productor de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y su producción de 3.8 millones de barriles por día (b/d) representa más del 4% del suministro mundial de petróleo, razón por la cual las protestas políticas en el país durante la última semana sin duda han captado la atención del mercado.
Si bien las protestas hasta ahora no han tenido ningún impacto en la producción de petróleo crudo y, en general, se considera que es poco probable que directamente lo tengan, a menos que generen una mayor agitación política en el país, los operadores siguen vigilando de cerca cualquier efecto colateral. Los analistas de JBC Energy han declarado que el mayor riesgo a corto plazo es que la respuesta del gobierno iraní ante las protestas provoque más sanciones por parte de EEUU, con una escasa probabilidad de que el presidente Donald Trump certifique el histórico acuerdo nuclear con Irán a fines de este mes.
“El potencial restablecimiento de las sanciones estadounidenses contra la industria petrolera iraní continúa siendo un problema”, agregaron los analistas de JBC.
Las tensiones entre Irán y Arabia Saudita, el mayor productor de la OPEP, también están en aumento, particularmente a causa de la guerra en Yemen. Dos misiles balísticos — de cuyo suministro a las milicias hutíes Riad ha acusado a Irán — han sido disparados hacia la capital saudita en los últimos meses.
Los suministros de petróleo del Kurdistán iraquí también han disminuido desde octubre, cuando Bagdad recuperó campos petrolíferos en territorio disputado de la región semiautónoma.
Venezuela, otro miembro de la OPEP, ha visto su producción caer al nivel más bajo en casi 30 años debido a una creciente crisis económica, y algunos analistas estiman que su producción de 1.9 millones de b/d representa el mayor riesgo potencial de suministro en 2018.
2. El petróleo de esquisto estadounidense y el suministro de fuera de la OPEP
La gran esperanza de los operadores que apuestan contra el repunte es que, este año, el petróleo de esquisto estadounidense y otros suministros provenientes de países no OPEP crezcan más rápidamente que el consumo.
La Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés) de EEUU ya está pronosticando que la producción de esquisto estadounidense aumentará en 780,000 b/d en 2018, más del doble de los 380,000 b/d en los que se expandió el año pasado. El pronóstico de este año probablemente se revisará incorporando cantidades más elevadas con el crudo por encima de los US$60 el barril.
También se anticipa que los proyectos convencionales a gran escala comisionados antes de la caída entren en funcionamiento en Brasil y Canadá este año, impulsando el suministro total proveniente de países no OPEP en aproximadamente 1.6 millones de b/d en 2018, según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés). “La inevitable reanudación del crecimiento en EEUU... probablemente estimulará el aumento de las existencias de crudo nuevamente en 2018”, comentó el analista de Morningstar Joe Gemino.
Sin embargo, una interrogante se cierne sobre cómo le pueda ir al suministro de fuera de la OPEP durante años subsiguientes después de los masivos recortes de los gastos de capital desde 2014. ¿Puede el petróleo de esquisto crecer lo suficientemente rápido por sí solo?
3. La demanda y la economía mundial
La fortaleza del crecimiento de la demanda ha sido la historia escasamente contada de la recuperación del precio del petróleo, con el consumo expandiéndose en casi 5 millones de b/d entre principios de 2015 y finales de 2017, en comparación con un crecimiento anual muy inferior a 1 millón de b/d cuando el petróleo estaba por encima de US$100 por barril.
Si bien parte de ese crecimiento resurgente se ha debido indudablemente a unos precios más bajos, el repunte de la economía global también representa un factor importante, ya que la mayoría de los pronosticadores creen que el mundo está disfrutando del período de expansión más sólido desde la crisis financiera. El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que el producto interno bruto (PIB) mundial aumentará un 3.6% este año.
Mientras que el crudo de US$60 por barril moderará ligeramente la demanda — el Brent promedió alrededor de US$55 por barril el año pasado y US$45 por barril en 2016 —, si la economía mundial sigue creciendo con fuerza, será más difícil defender una posición bajista.
El nivel de acumulación estratégica de China, el cual la consultora Energy Aspects estima que haya representado 150 millones de barriles en 2017, también se vigilará de cerca, aunque las cifras oficiales son dudosas. La firma Energy Aspects comentó que se podrían colocar otros 130 millones de barriles en el almacenamiento estratégico chino en 2018.
4. La OPEP y la estrategia de Rusia
La alianza entre la OPEP, Rusia y otros grandes productores para eliminar 1.8 millones de barriles diarios del mercado desde enero pasado ha tenido el mayor impacto sobre el drenaje de los inflados inventarios petroleros. A fines de noviembre se acordó extender el trato hasta 2018, aunque se revisará durante la próxima reunión del grupo en junio.
Los operadores están esperando a ver si Rusia — que ha enfrentado oposición por parte de las compañías petroleras nacionales a causa de los recortes — y el eje de la OPEP, Arabia Saudita, pueden acordar una estrategia que evite que una enorme cantidad de barriles regresen al mercado. El cumplimiento del acuerdo por parte del grupo, el cual impresionó a la mayoría de los operadores en 2017, también será monitoreado para ver si los ‘grifos’ de los miembros comienzan a abrirse ante la seducción de unos precios más altos.
5. Fondos de cobertura
Los fondos de cobertura han aprovechado y alimentado el repunte del petróleo, acumulando una posición alcista récord equivalente a más de 1 mil millones de barriles en Brent y West Texas Intermediate, la referencia estadounidense, en la creencia de que los precios seguirán aumentando.
Aunque existe el riesgo de que tomen ganancias después de los recientes aumentos — potencialmente presionando al mercado si las posiciones de los fondos se venden — existen razones para sospechar que esto no sucederá. El movimiento del mercado hacia la “backwardation” — donde los precios actuales se negocian a precios más elevados que los contratos de entrega en meses posteriores — hace más atractivo el mantener largas inversiones financieras en el sector petrolero ya que los inversionistas pueden obtener un rendimiento mensual al extender las posiciones.