Alianza del Pacífico, una ventana al difícil proceso de integración regional
La Alianza no tiene la rigidez de otros bloques de integración económica como la CAN o el Mercosur
MÉXICO. La Alianza del Pacífico resucita la viabilidad de la integración comercial de América Latina tras el fracaso de otros bloques regionales como el Mercosur o la Comunidad Andina (CAN), según expertos consultados por Efe.
Con este grupo creado en 2012 por Colombia, Chile, México y Perú, cuyas economías están orientadas a la exportación, renace la "viabilidad de la integración comercial" en la región, dijo Rodrigo Salazar, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
La Alianza no tiene la rigidez de otros bloques de integración económica como la CAN o el Mercosur, a los que "no les ha ido bien", al primero por una "clara divergencia de opiniones tanto políticas como económicas" y al segundo porque sus dos principales socios, Argentina y Brasil, no respetan los acuerdos, apuntó.
El Mercosur, formado por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela, es una unión arancelaria que "no vale nada" y que empieza a comportarse como un "frente político" con decisiones "lamentables", indicó.
Entre ellas, añadió Salazar, la suspensión de Paraguay como miembro del Mercosur por la polémica destitución a mediados de 2012 del entonces mandatario paraguayo, Fernando Lugo, un hecho que Venezuela consideró una ruptura del orden democrático.
Dicha destitución "siguió al punto la Constitución paraguaya", en cambio en Venezuela la transición del mandato de Hugo Chávez a Nicolás Maduro "en cada paso fue anticonstitucional y, sin embargo, el bloque no sólo no dice nada, sino que apoya activamente" al Gobierno venezolano, apuntó.
Además del tema ideológico, en opinión del experto, otro grave problema del Mercosur, fundado en 1991, es la ausencia de mecanismos para resolver disputas. Cuando Argentina y Brasil "sienten problemas (económicos), cierran fronteras" subiendo aranceles sin que Uruguay y Paraguay, los más afectados, puedan hacer nada, refirió.
En relación con el bloque andino, creado en 1969, señaló que "está muerto" no por la salida de Venezuela sino "porque sus reglas y la posición política de sus integrantes eran poco flexibles" frente al interés de dos de sus miembros, Colombia y Perú, de establecer un tratado de libre comercio con Estados Unidos.
"El problema es que el mercado estadounidense es tan atractivo que no hay forma de que un bloque latinoamericano pueda competir con esa alternativa", afirmó el experto, quien insistió en que esos dos mecanismos de integración están "de capa caída".
En cambio, la Alianza apuesta a la integración con Asia a través de Estados Unidos, sin que ello implique dejar de mirar hacia la región.
Por el contrario, cada vez son más las voces dentro de la Alianza y del Mercosur que hablan de un acercamiento entre los dos bloques, que sostendrán su primer diálogo tras la cumbre de mañana entre los presidentes de Colombia, México, Chile y Perú en el balneario mexicano de Punta Mita.
"Una sinergia con el Mercosur sería bienvenida", dijo hoy desde Brasil el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, quien destacó que una "aproximación" entre ambos mecanismos le daría más "fortaleza" a los procesos de integración en América Latina.
El secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, declaró la semana pasada a Efe que la Alianza quiere ampliar su influencia a través de acuerdos con otros bloques, entre ellos Mercosur, que permitan mejorar la cooperación en distintos ámbitos y aspirar a una "integración más amplia".
En el mismo sentido se han pronunciado Chile, Brasil y Argentina, mientras que Paraguay ya expresó su interés de convertirse en miembro pleno de la Alianza, de la que ya es observador.
Precisamente en la cumbre de la Alianza en Punta Mita se definirá la agenda de temas de mutuo interés con cada uno de los 32 países observadores del bloque, en lo que se ha llamado la "Alianza del Pacífico a la carta", y se impulsará la adhesión de nuevos miembros, entre ellos Panamá y Costa Rica.
El éxito hasta ahora de la Alianza es que ha sido pragmática y ha establecido objetivos en el corto plazo para avanzar en la integración no sólo económica y comercial, sino en otras áreas de cooperación.
Sus miembros han dejado claro en repetidas ocasiones que la Alianza del Pacífico no es un foro político al estilo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) o la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA).
En opinión del economista Jesús Valdés, catedrático de la Universidad Iberoamericana, la integración en América Latina ha sido "muy difícil" en los últimos años por las diferencias políticas e ideológicas en torno al modelo de desarrollo.
América Latina debe buscar la "integración, pero me parece que todavía (...) no está lista" para que funcione a plenitud, sobre todo por las medidas "populistas" de países como Venezuela, Argentina y a veces Ecuador, que "inciden negativamente" en la región, aseveró.
Con este grupo creado en 2012 por Colombia, Chile, México y Perú, cuyas economías están orientadas a la exportación, renace la "viabilidad de la integración comercial" en la región, dijo Rodrigo Salazar, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
La Alianza no tiene la rigidez de otros bloques de integración económica como la CAN o el Mercosur, a los que "no les ha ido bien", al primero por una "clara divergencia de opiniones tanto políticas como económicas" y al segundo porque sus dos principales socios, Argentina y Brasil, no respetan los acuerdos, apuntó.
El Mercosur, formado por Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela, es una unión arancelaria que "no vale nada" y que empieza a comportarse como un "frente político" con decisiones "lamentables", indicó.
Entre ellas, añadió Salazar, la suspensión de Paraguay como miembro del Mercosur por la polémica destitución a mediados de 2012 del entonces mandatario paraguayo, Fernando Lugo, un hecho que Venezuela consideró una ruptura del orden democrático.
Dicha destitución "siguió al punto la Constitución paraguaya", en cambio en Venezuela la transición del mandato de Hugo Chávez a Nicolás Maduro "en cada paso fue anticonstitucional y, sin embargo, el bloque no sólo no dice nada, sino que apoya activamente" al Gobierno venezolano, apuntó.
Además del tema ideológico, en opinión del experto, otro grave problema del Mercosur, fundado en 1991, es la ausencia de mecanismos para resolver disputas. Cuando Argentina y Brasil "sienten problemas (económicos), cierran fronteras" subiendo aranceles sin que Uruguay y Paraguay, los más afectados, puedan hacer nada, refirió.
En relación con el bloque andino, creado en 1969, señaló que "está muerto" no por la salida de Venezuela sino "porque sus reglas y la posición política de sus integrantes eran poco flexibles" frente al interés de dos de sus miembros, Colombia y Perú, de establecer un tratado de libre comercio con Estados Unidos.
"El problema es que el mercado estadounidense es tan atractivo que no hay forma de que un bloque latinoamericano pueda competir con esa alternativa", afirmó el experto, quien insistió en que esos dos mecanismos de integración están "de capa caída".
En cambio, la Alianza apuesta a la integración con Asia a través de Estados Unidos, sin que ello implique dejar de mirar hacia la región.
Por el contrario, cada vez son más las voces dentro de la Alianza y del Mercosur que hablan de un acercamiento entre los dos bloques, que sostendrán su primer diálogo tras la cumbre de mañana entre los presidentes de Colombia, México, Chile y Perú en el balneario mexicano de Punta Mita.
"Una sinergia con el Mercosur sería bienvenida", dijo hoy desde Brasil el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, quien destacó que una "aproximación" entre ambos mecanismos le daría más "fortaleza" a los procesos de integración en América Latina.
El secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, declaró la semana pasada a Efe que la Alianza quiere ampliar su influencia a través de acuerdos con otros bloques, entre ellos Mercosur, que permitan mejorar la cooperación en distintos ámbitos y aspirar a una "integración más amplia".
En el mismo sentido se han pronunciado Chile, Brasil y Argentina, mientras que Paraguay ya expresó su interés de convertirse en miembro pleno de la Alianza, de la que ya es observador.
Precisamente en la cumbre de la Alianza en Punta Mita se definirá la agenda de temas de mutuo interés con cada uno de los 32 países observadores del bloque, en lo que se ha llamado la "Alianza del Pacífico a la carta", y se impulsará la adhesión de nuevos miembros, entre ellos Panamá y Costa Rica.
El éxito hasta ahora de la Alianza es que ha sido pragmática y ha establecido objetivos en el corto plazo para avanzar en la integración no sólo económica y comercial, sino en otras áreas de cooperación.
Sus miembros han dejado claro en repetidas ocasiones que la Alianza del Pacífico no es un foro político al estilo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) o la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA).
En opinión del economista Jesús Valdés, catedrático de la Universidad Iberoamericana, la integración en América Latina ha sido "muy difícil" en los últimos años por las diferencias políticas e ideológicas en torno al modelo de desarrollo.
América Latina debe buscar la "integración, pero me parece que todavía (...) no está lista" para que funcione a plenitud, sobre todo por las medidas "populistas" de países como Venezuela, Argentina y a veces Ecuador, que "inciden negativamente" en la región, aseveró.