A la luz del día, el contrabando arropa al mercado dominicano

SANTO DOMINGO. A agosto de 2014, la venta de cigarrillo contrabandeado representó el 16.8% del mercado legal de ese producto. Y los ilícitos puntos de ventas se han extendido en el mapa dominicano como en el cuerpo humano lo hace el sarampión.

Este fenómeno ha venido extendiéndose en el país, no solo en el territorio y en intensidad, sino además hacia otros productos, como son los farmacéuticos y las bebidas alcohólicas.

Este jueves, un conjunto de federaciones del comercio y la Asociación Dominicana de la Industria de Cigarrillos se reunieron con editores y ejecutivos de medios para presentar un panorama desolador para el comercio formal que parece contar con la tolerancia o la indiferencia del Estado dominicano.

En el encuentro, Dinorah Peña, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes y Empresarios de la República Dominicana, expresó: “La falsificación e incremento del contrabando de cigarrillos y cigarros, licores, medicinas y textiles constituye un delito que distorsiona los precios, atentando contra los productores nacionales, el comercio y la industria dominicana”.

Mientras que Marcos Bisonó, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de la Industria de Cigarrillos (Asocigar), resaltó que el “contrabando no sólo está atacando gravemente el comercio legal y la capacidad productiva del país, sino a nuestra sociedad completa, pues conlleva a nada más que al desempleo, a la informalidad y a la criminalidad”.

El jueves 17 de julio, la Dirección General de Aduanas decomisó y destruyó un lote de más de 17 millones de cigarrillos de contrabando, que tenían un valor de mercado RD$159.7 millones.

Es frecuente ver en las noticias a Aduanas destruyendo cigarrillos contrabandeados por cantidades y valores millonarios. Pero aunque parezca increíble, no hay un solo contrabandista procesado, o detenido o identificado por las autoridades.

Según Manuel Cabral, presidente de Asocigar, al finalizar el 2013, las marcas contrabandeadas ocupaban un 9% del mercado de cigarrillos. Estima que en 2014 esta cifra promedia el 15%. Estos porcentajes contrastan con el 0.4% del mercado que en el cuarto trimestre del 2009 se estima que representaba el contrabando de cigarrillo. En esa ocasión, por los canales ilícitos circulaban solo dos marcas. Para el cuarto trimestre de 2013, a esas dos marcas se sumaron otras 17.

Comenzaron entrando por Haití las marcas de CIF y Point, que controlan el 90% del mercado del país vecino. Son los líderes de los “ilícitos”, pues representan el 60%.

Luego comenzaron a llegar desde China, la India, y Paraguay. Les llaman los “ilícitos blancos”, porque son marcas ilegales en todo el mundo, que solo circulan por el contrabando. Llegan encubiertos en contenedores desde Panamá, algunas veces acompañados de ilícitos “más ilícitos”, como son las drogas ilegales, explican.

Cabral añade: “Esta situación atenta directamente contra la industria local de tabaco, que genera más de 7,500 puestos de trabajo a nivel nacional y, además, restringe los esfuerzos de recaudación del gobierno dominicano”.

Estima que para el 2014, el crecimiento del contrabando representará más de 1,000 millones de pesos en pérdidas de recaudaciones para el Estado dominicano.

Detallan la receta del desastre: una alta carga tributaria (56% sobre la cajetilla de 20 cigarrillos); pocos controles fronterizos; falta de institucionalidad; pocas sanciones; alta permisibilidad y falta de controles fiscales.

No lo dicen, pero falta otro ingrediente: ceguera, mucha ceguera.

Edwin Ruiz