Acusan a Apple de “obsolescencia programada” tras admitir lentitud de equipos “para preservar la batería”
PARÍS. Una asociación francesa contra la obsolescencia programada anunció hoy haber presentado una denuncia contra el fabricante estadounidense Apple por ralentizar los modelos antiguos de sus teléfonos iPhone.
Según la asociación “Alto a la obsolescencia programada” (HOP) esa medida, adoptada por el fabricante sin prevenir al consumidor, supone un delito que puede provocar hasta condenas de cárcel a los responsables de Apple.
En Estados Unidos los propietarios de iPhones de varios estados demandaron a Apple por no revelar antes que sus actualizaciones de software deliberadamente reducen la velocidad de los teléfonos más viejos a fin de que las baterías duren más, e indicaron que el silencio de la compañía los hizo pensar que su única opción era comprar iPhones nuevos y más caros.
Los abogados entablaron una demanda colectiva el jueves en una corte federal de Chicago a nombre de cinco dueños de iPhones de Illinois, Ohio, Indiana y Carolina del Norte. Dicen que no habrían comprado nuevos modelos del popular dispositivo si Apple hubiera dicho que sus teléfonos viejos serían más rápidos simplemente remplazando las baterías.
La asociación recordó que Francia es el único país del mundo donde la obsolescencia programada es un delito, por lo que señaló que a diferencia de Estados Unidos, la denuncia se investigará por la vía penal.
HOP llevó a Apple ante los tribunales después de que la marca de la manzana reconociera haber ralentizado algunos modelos antiguos con el fin de preservar la duración de su batería.
Para la asociación, que asegura tener 20 mil militantes, detrás de esta medida se esconde un objetivo comercial, el de promover la venta de los modelos más modernos.
Francia abrió una investigación por “obsolescencia programada” contra el fabricante japonés de impresoras Epson, la primera de este tipo en el país, según la asociación que lo denunció y que tiene ahora en su mira a Apple.
La fiscalía de Nanterre, cerca de París, abrió el 24 de noviembre una investigación preliminar contra el fabricante japonés Epson por “obsolescencia programada” y “engaño”, informaron el jueves fuentes judiciales.
La investigación, confiada a los servicios de la Dirección General de Competencia, Consumo y Represión de Fraudes (DGCCRF), llega tras la denuncia hecha el 26 de septiembre por la asociación Halte à l’obsolescence programmée (HOP, ‘Alto a la obsolescencia programada’).
La denuncia citaba varios grupos: el estadounidense HP Inc., los japoneses Canon, Brother y “especialmente” Epson.
En ella, la asociación describe “técnicas” para obligar a los consumidores a volver a comprar cartuchos de tinta, en especial “el bloqueo de las impresiones con la excusa de que los cartuchos se habrían quedado vacíos cuando aún les queda tinta”.
HOP, que habla de “miles de denuncias de clientes” en internet, afirmaba también que al cabo de un tiempo se señalaba erróneamente que las “almohadillas absorbentes de tinta” llegaban “al final de vida útil”.
“El precio de la reparación y del cambio de la almohadilla absorbente de tinta de una impresora Epson equivale más o menos al precio de compra de una impresora nueva”, “el cliente no se siente animado a repararla sino a comprar una nueva”, según la denuncia.
“Es una muy buena noticia, por primera vez en Francia y, por lo que sabemos en el mundo, las autoridades judiciales de un país se encargan de un caso de obsolescencia programada”, celebró este jueves en declaraciones a la AFP Emile Meunier, abogado de la asociación.
Contactada por la AFP, la filial francesa de Epson no hizo declaraciones el jueves a primera hora de la tarde.
Los propietarios de iPhones de varios estados demandaron a Apple por no revelar antes que sus actualizaciones de software deliberadamente reducen la velocidad de los teléfonos más viejos a fin de que las baterías duren más, e indicaron que el silencio de la compañía los hizo pensar que su única opción era comprar iPhones nuevos y más caros.
Los abogados entablaron una demanda colectiva el jueves en una corte federal de Chicago a nombre de cinco dueños de iPhones de Illinois, Ohio, Indiana y Carolina del Norte. Dicen que no habrían comprado nuevos modelos del popular dispositivo si Apple hubiera dicho que sus teléfonos viejos serían más rápidos simplemente remplazando las baterías.
En la demanda se argumenta que la compañía violó las leyes sobre fraude al consumidor.
Una demanda similar fue incoada el jueves en Los Ángeles. Los dos documentos judiciales fueron interpuestos un día después de que Apple confirmó lo que los analistas tecnológicos ya habían observado: la compañía distribuyó software para hacer que algunos teléfonos tuvieran un desempeño más lento. Apple dijo que el objetivo era hacer frente al deterioro en las baterías de iones de litio, que de otra forma podrían agotarse repentinamente.
“Nuestra meta es proporcionar la mejor experiencia para los clientes, lo cual incluye el desempeño general y prolongar la vida de sus dispositivos”, afirmó Apple en un comunicado. Indicó que lanzó una corrección para el iPhone 6, el iPhone 6s y el iPhone SE, y posteriormente la extendió al iPhone 7.
La compañía no devolvió el viernes un mensaje en el que se le piden comentarios.
La demanda de Chicago insinúa que el móvil de Apple podría haber sido siniestro, aunque en el documento no ofrece evidencia.
“La decisión de Apple de reducir la velocidad de estos dispositivos... a propósito, fue tomada para inducir fraudulentamente a los consumidores a que compraran” el iPhone de modelo más reciente.