Un hospital regional sucio y con aspecto de abandono
El hospital regional universitario Jaime Mota, de Barahona, luce feo, tanto en interior como en el exterior. Allí el crecimiento de hierbas sirve de eventuales criaderos de mosquitos
El hospital Jaime Mota, de Barahona, luce sucio, descuidado, con muchas áreas mal distribuidas, como la parte administrativa.
Hay persianas rotas, a la puerta de traumatología del área de emergencia le falta la parte de cristal, hay papeles en el suelo y algunas bombillas de luz dañadas.
A los pacientes parece no interesarles las incomodidades que hay dentro de la infraestructura, a propósito de la remodelación de que está siendo objeto, solo esperan recibir el servicio que buscan.
La hierba bordea la infraestructura de dos niveles remodelada en varias ocasiones, y que es el centro de referencia del sur profundo.
“Hay muchos médicos vagos que no cumplen con sus horarios de trabajo”, dice Elías Cuevas, empleado de una de las Unidades de Atención Primaria de la Zona (UNAP).
El hospital cuenta con 149 médicos, entre especialistas y residentes de medicina familiar.
La directora del centro asistencial, Martina Féliz Gómez, asegura que su personal trabaja y el que, por razones de edad, no puede dar consulta, le da seguimiento a los pacientes internos.
“Me siento digna y honrada con los médicos que tenemos y el que se quiere quedar detrás, le metemos fuego para que avance, porque siempre socializamos con ellos”, dice Féliz Gómez.
Al igual que la mayoría, el centro asistencial no se construyó con el diseño y las perspectiva de lo que es un verdadero hospital, lo que ha llevado a las autoridades a entender que llegó el momento de tener los hospitales con lo que requiere la atención y los usuarios, como es decencia, transparencia y confort.
Allí se está trabajando en el área de internamiento de pediatría, donde las habitaciones se están remodelando acorde con el nuevo modelo de dos camas por sala y un baño.
Féliz Gómez alcanzó su posición de directora después de más de 20 años de servicio en el hospital, por lo que conoce todas las interioridades del centro, y asegura que le sobra el compromiso de dar lo mejor para que el establecimiento funcione debidamente.
Dijo que con la remodelación va a cambiar la imagen de la infraestructura y hotelería.
Los trabajos empezaron con el área de pediatría, que primero se inició con el Ministerio de Salud Pública, y ahora está bajo la responsabilidad de la Oficina Supervisora de Obras del Estado (OISOE), y aunque no estuvo paralizado, el proceso fue muy lento, pero está en la etapa final.
De acuerdo con el cronograma de trabajo, cuando termine la remodelación en esa zona, seguirán con ginecología y obstetricia, luego pasarán a los quirófanos, y después a la parte de internamiento de adultos.
El hospital tiene cinco quirófanos, de los cuales funcionaban cuatro cuando se hizo la visita el pasado mes de abril. Ese es el de gineco-obstetricia.
Su directora aspira a agregar un sexto quirófano, que es el séptico, y que se contempla en la remodelación.
Equipos médicos
Las autoridades del hospital Jaime Mota dicen que les faltan equipos médicos, pero avanzan en su adquisición, pues pronto tendrán un tomógrafo que por años fue demandado.
El aparato lo tenían, pero le faltaban unos accesorios que compraron con un préstamo que le hizo el Seguro Nacional de Salud (Senasa), y que están terminando de pagar.
Prepararon a una persona que trabajará en el equipo, porque no se puede poner en cualquier mano.
Senasa les prestó RD$ 6,000,000 para inversión y mejoramiento, los cuales están liquidando.
Ahora le va a prestar RD$ 4,500,000 y le va donar igual cantidad, para que instalen una unidad de oftalmología, lo que permitirá la práctica de cirugías visuales.
Hace un tiempo corto que en el hospital se brinda también los servicios de cirugías de cadera y de rodilla, pero los casos complicados los refieren al Gran Santo Domingo.
Los instrumentos de trabajo que falten se incluirán con la remodelación, como es el gastrocóspico. La directora aspira a tener un equipo de resonancia magnética, lo que evitaría que los pacientes se trasladen al Gran Santo Domingo, cuando requieran un estudio de ese tipo de imagen especializado.
Pese a las precariedades, el hospital tiene desde hace tres años un programa de gestión de calidad, que de acuerdo con la directora del laboratorio clínico’, Iris Mancebo, funciona excelente.
También cuentan con un banco de sangre que suple a los demás hospitales de la región.
El centro tiene una capacidad histórica de 139 camas y trabajan para llegar a las 180, aunque el nosocomio está dentro del nuevo modelo, que reduce las habitaciones a dos camas por cada habitación.
En cuanto a consultas, allí se ven entre 300 y 400 pacientes diarios, en dos tandas de servicios. Las más demandadas son pediatría y ginecología.
Ingresos
El hospital Jaime Mota facturaba al Senasa en el 2013 RD$ 500,000, y en la actualidad la cantidad alcanza los RD$ 3,000,000.
La meta es lograr más y Féliz Gómez dice que trabajan para lograrlo. La subvención del Ministerio de Salud Pública es de alrededor de RD$ 2.6 millones, de los cuales el 40% se le deposita al Programa de Medicamentos Esenciales (Promese/CAL) por la compra de medicamentos.
“Pero a mí lo que me interesa es la venta de servicios que es lo que va a mejorar la atención al paciente,” indica Féliz Gómez.
Ella se fija en los hospitales de autogestión que asegura los recursos les alcanza para darle una buena atención a los afiliados y a los que no cuentan con un carnet de la Seguridad Social.