Temor generalizado en el hospital Cabral y Báez por brote de tuberculosis
SANTIAGO. Debido al elevado número de empleados del hospital regional universitario Doctor José María Cabral y Báez, en esta ciudad, afectados de tuberculosis, médicos, enfermeras y pacientes de ese centro se mostraron preocupados ante el peligro que corren de resultar contagiado con esa enfermedad.
Al menos ocho casos positivos de ese padecimiento se han diagnosticado de poco más de 20 casos sospechosos que han tratado, según revelaron los trabajadores de la enfermería de ese centro asistencial.
Ante esa situación, el Colegio Médico Dominicano (CMD) declaró al hospital Cabral y Báez en estado de emergencia sanitaria y para este lunes 7 , programó una marcha en los alrededores del hospital para exigir su cierre definitivo hasta que concluyan los trabajos de remodelación o reconstrucción del mismo.
El doctor en epidemiología, Aulio Collado Anico, indicó que la tuberculosis, así como otros brotes epidemiológicos son esperados, ya que en República Dominicana no existe un registro de vigilancia permanente por las autoridades.
“Ante un sistema de salud deficiente en el marco de la prevención, periódicamente estamos ante un brote epidémico de cualquiera de los trastornos”, afirmó el doctor Collado Anico.
Refirió que al tratarse de una enfermedad endémica, hasta ambientalmente los dominicanos pueden contagiarse de tuberculosis.
Posición del CMD
Mientras que el presidente local de Colegio Médico Dominicano, Naoky Rodríguez, afirma que la causa del brote de tuberculosis se debe a que en el hospital no hay un área de aislamiento para atender adecuadamente a los pacientes afectados de esa y otras enfermedades contagiosas.
Rodríguez sugirió evacuar el centro de salud, luego que fuera declarado en estado de emergencia por su comité ejecutivo, para evitar males peores.
También planteó a las autoridades de Salud Pública la necesidad de que se habiliten y equipen los hospitales periféricos, ubicados en Cienfuegos, ensanche Libertad y Bella Vista, para que en éstos puedan ser atendidos adecuadamente los pacientes con tuberculosis y otras enfermedades.
De su lado, Silvano Geraldino, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de Enfermería en la zona norte y quien tiene más de 20 años trabajando en el Cabral y Báez, denunció que el personal de ese centro trabaja en condiciones deprimentes ante esta nueva amenaza, ya que las autoridades del hospital no están tomando medidas preventivas con las personas que allí acuden.
“Este centro hace mucho que está en estado de emergencia en todas las áreas, aquí se vive una verdadera crisis hospitalaria todos los días del año”, afirmó Geraldino.
Personas que frecuentan al Cabral y Báez denunciaron que no se están tomando las medidas preventivas, con quienes visitan el lugar, contra la tuberculosis.
Juan Manuel Capellán, quien buscaba atenciones médicas, indicó que salió a una farmacia a comprarse una mascarilla para protegerse de la enfermedad, ya que en el dispensario no se la proporcionaron.
Se quejó de que tampoco lo orientaron ante el brote que allí se detectó. Al ser cuestionada por reporteros de Diario Libre, la directora regional de Salud Pública, Austria de la Rosa, así como la dirección del Cabral y Báez se negaron a ofrecer declaraciones sobre las precariedades que afectan al hospital.
La construcción
La tuberculosis, así como otras vicisitudes que han acontecido en el Cabral y Báez se originaron hace más de tres años, cuando la planta física del hospital regional universitario de aquí fue sometida a un proceso de reconstrucción por parte del Gobierno Central, lo que en vez de mejorar los servicios al público ha contribuido a su deterioro progresivo.
Originalmente la remodelación de ese centro asistencial, el más gran de la región Norte del país, fue programada para entregarla en 20 meses, pero casi cuatro años después, la obra todavía no ha sido terminada, debido a una litis judicial entre dos de las empresas contratistas.
Desde ese período, los gremios de la salud han declarado ese centro sanitario varias veces en “estado de emergencia” debido a las condiciones de hacinamiento en que el personal médico y de enfermería atiende a los cientos de pacientes.