Relatan a Corte Interamericana casos de expulsiones
La (CorteIDH) inició una audiencia pública sobre presuntas detenciones y deportaciones arbitrarias
MEXICO. - "Tú tienes color moreno, tú eres haitiano también".
Con esa frase William Medina Ferreras dice que hace más de una década autoridades de República Dominicana justificaron su expulsión de esa nación hacia el país vecino, Haití, pese a ser dominicano y cuyo caso expuso este martes ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) al iniciar una audiencia pública en México sobre presuntas detenciones arbitrarias y deportaciones basadas en aspectos raciales que algunos ven como parte de una política institucional que se extiende hasta estos días.
Medina, de 47 años, relató ante los jueces de la Corte cómo una madrugada de hace más de 13 años llegaron a su casa guardias, militares y una supuesta funcionaria de migración que le exigieron salirse. Fue llevado, junto con su esposa y sus tres hijos, a un centro de retención y de ahí expulsados hacia Haití.
Con un español entrecortado, Medina dijo que sólo su esposa es haitiana, pero que tanto él como sus hijos son dominicanos y que a la gente que los detuvo les mostró fotocopias de su cédula de identidad y del acta de nacimiento, pero se las destruyeron.
"Les digo, 'pero no yo no soy haitiano', para qué quieren repatriarme a mí", dijo que les replicó a las autoridades dominicanas. Como respuesta, según el hombre, le dijeron "tú tienes color moreno, tú eres haitiano también".
La historia de Medina, quien dijo haber sido expulsado sin poder llevarse nada y tener que mendingar para sobrevivir en Haití, es parte de un caso conocido como "Tide Méndez y otros vs. República Dominicana" que se refiere a la expulsión de 27 personas, y que es presentado como muestra de un patrón de discriminación racial y supuestas violaciones a los derechos humanos cometidas durante redadas y repatriaciones masivas en la década de 1990.
Según datos del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), una organización que representa a las víctimas, Medina fue expulsado solo en noviembre de 1999 y aunque se las arregló para regresar a República Dominicana fue deportado nuevamente en enero del 2000 junto con toda su familia, que fue el momento que describió a la CorteIDH.
Al presentar el caso, el representante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Felipe González, dijo que 22 de los 27 expulsados nacieron en República Dominicana y que todas las víctimas fueron deportadas de manera arbitraria "en el marco de una política migratoria que operaba de facto y que se basaba, no en criterios objetivos, sino exclusivamente en el perfil racial de las personas".
González aseguró que las deportaciones y expulsiones no son hechos aislados, sino un problema estructural que subsiste hasta ahora y mencionó como ejemplo actual un fallo del tribunal constitucional dominicano del 23 de septiembre que ordena al registro civil realizar un censo de los hijos de inmigrantes que entraron sin autorización legal desde 1929.
"Esta decisión podría tener el efecto de desnacionalizar retroactivamente a miles de personas que adquirieron la nacionalidad dominicana en la aplicación de la Constitución entonces vigente", dijo.
La Comisión llevó el caso "Tide Méndez" ante la Corte Interamericana.
La Corte, que realiza un periodo extraordinario de sesiones en la ciudad de México, escuchó el martes el testimonio de Medina y comentarios de peritos presentados tanto por la Comisión y representantes de las víctimas como del Estado dominicano. La audiencia concluirá el miércoles con la presentación de alegatos de las partes, aunque el tribunal interamericano no emitirá ninguna sentencia, la cual ocurrirá con posterioridad y para la cual no tiene un plazo.
Carlos Quesada, director del Programa de América Latina de la organización Global Rights Partners for Justice y perito de los representantes de las víctimas, consideró que en República Dominicana existe una discriminación racial institucionalizada, que se ha traducido en ver a los haitianos y dominicanos de ascendencia haitiana una amenaza a la identidad nacional.
"La identidad dominicana desgraciadamente se ha construido no sobre quien yo soy, sino sobre quien yo no soy; o sea, yo soy dominicano si soy blanco, si hablo español y si soy católico", dijo.
Cecilio Gómez, presentado como perito del Estado dominicano, defendió las leyes migratorias de esa nación y aseguró que en ellas se establece que los hijos de personas que hayan entrado sin autorización legal no adquieren la nacionalidad dominicana sólo por haber nacido ahí.
Dijo que cada Estado está en su derecho de establecer cuáles son las condiciones que debe reunir cualquier persona para adquirir la nacionalidad dentro de su territorio.
Por décadas el gobierno dominicano reconoció como ciudadanos a los hijos de los inmigrantes haitianos que llegaron a trabajar durante buena parte del siglo XX a ingenios cañeros, lo cual al paso del tiempo cambió y llevó a las autoridades a esporádicamente negar en la década de 1990 la ciudadanía a los migrantes del país vecino.
Interrogado sobre qué esperaba del juicio ante la Corte, Medina dijo que quería "que el gobierno dominicano... recupere lo que me hicieron perder", pero dejó en claro que nunca podría devolverle todo.
"Ellos pueden recuperar lo que no tengo... pero no me va a poder recuperar la muerte de mi hija", dijo Medina, quien había relatado como tras la operación para expulsarlo se enfermó su hija que luego murió.
El hombre -quien describió que entre las cosas que dejó estaban sus cuatro vacas, un caballo, gallinas y pavos- aclaro, sin embargo, que no desea volver a República Dominicana.
"Nunca, ni por la muerte, por nadie en la vida volvería. Yo seguiré viviendo hasta el día que el señor me acompaña a donde me transportaron, me llevaron", dijo.
Con esa frase William Medina Ferreras dice que hace más de una década autoridades de República Dominicana justificaron su expulsión de esa nación hacia el país vecino, Haití, pese a ser dominicano y cuyo caso expuso este martes ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) al iniciar una audiencia pública en México sobre presuntas detenciones arbitrarias y deportaciones basadas en aspectos raciales que algunos ven como parte de una política institucional que se extiende hasta estos días.
Medina, de 47 años, relató ante los jueces de la Corte cómo una madrugada de hace más de 13 años llegaron a su casa guardias, militares y una supuesta funcionaria de migración que le exigieron salirse. Fue llevado, junto con su esposa y sus tres hijos, a un centro de retención y de ahí expulsados hacia Haití.
Con un español entrecortado, Medina dijo que sólo su esposa es haitiana, pero que tanto él como sus hijos son dominicanos y que a la gente que los detuvo les mostró fotocopias de su cédula de identidad y del acta de nacimiento, pero se las destruyeron.
"Les digo, 'pero no yo no soy haitiano', para qué quieren repatriarme a mí", dijo que les replicó a las autoridades dominicanas. Como respuesta, según el hombre, le dijeron "tú tienes color moreno, tú eres haitiano también".
La historia de Medina, quien dijo haber sido expulsado sin poder llevarse nada y tener que mendingar para sobrevivir en Haití, es parte de un caso conocido como "Tide Méndez y otros vs. República Dominicana" que se refiere a la expulsión de 27 personas, y que es presentado como muestra de un patrón de discriminación racial y supuestas violaciones a los derechos humanos cometidas durante redadas y repatriaciones masivas en la década de 1990.
Según datos del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), una organización que representa a las víctimas, Medina fue expulsado solo en noviembre de 1999 y aunque se las arregló para regresar a República Dominicana fue deportado nuevamente en enero del 2000 junto con toda su familia, que fue el momento que describió a la CorteIDH.
Al presentar el caso, el representante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Felipe González, dijo que 22 de los 27 expulsados nacieron en República Dominicana y que todas las víctimas fueron deportadas de manera arbitraria "en el marco de una política migratoria que operaba de facto y que se basaba, no en criterios objetivos, sino exclusivamente en el perfil racial de las personas".
González aseguró que las deportaciones y expulsiones no son hechos aislados, sino un problema estructural que subsiste hasta ahora y mencionó como ejemplo actual un fallo del tribunal constitucional dominicano del 23 de septiembre que ordena al registro civil realizar un censo de los hijos de inmigrantes que entraron sin autorización legal desde 1929.
"Esta decisión podría tener el efecto de desnacionalizar retroactivamente a miles de personas que adquirieron la nacionalidad dominicana en la aplicación de la Constitución entonces vigente", dijo.
La Comisión llevó el caso "Tide Méndez" ante la Corte Interamericana.
La Corte, que realiza un periodo extraordinario de sesiones en la ciudad de México, escuchó el martes el testimonio de Medina y comentarios de peritos presentados tanto por la Comisión y representantes de las víctimas como del Estado dominicano. La audiencia concluirá el miércoles con la presentación de alegatos de las partes, aunque el tribunal interamericano no emitirá ninguna sentencia, la cual ocurrirá con posterioridad y para la cual no tiene un plazo.
Carlos Quesada, director del Programa de América Latina de la organización Global Rights Partners for Justice y perito de los representantes de las víctimas, consideró que en República Dominicana existe una discriminación racial institucionalizada, que se ha traducido en ver a los haitianos y dominicanos de ascendencia haitiana una amenaza a la identidad nacional.
"La identidad dominicana desgraciadamente se ha construido no sobre quien yo soy, sino sobre quien yo no soy; o sea, yo soy dominicano si soy blanco, si hablo español y si soy católico", dijo.
Cecilio Gómez, presentado como perito del Estado dominicano, defendió las leyes migratorias de esa nación y aseguró que en ellas se establece que los hijos de personas que hayan entrado sin autorización legal no adquieren la nacionalidad dominicana sólo por haber nacido ahí.
Dijo que cada Estado está en su derecho de establecer cuáles son las condiciones que debe reunir cualquier persona para adquirir la nacionalidad dentro de su territorio.
Por décadas el gobierno dominicano reconoció como ciudadanos a los hijos de los inmigrantes haitianos que llegaron a trabajar durante buena parte del siglo XX a ingenios cañeros, lo cual al paso del tiempo cambió y llevó a las autoridades a esporádicamente negar en la década de 1990 la ciudadanía a los migrantes del país vecino.
Interrogado sobre qué esperaba del juicio ante la Corte, Medina dijo que quería "que el gobierno dominicano... recupere lo que me hicieron perder", pero dejó en claro que nunca podría devolverle todo.
"Ellos pueden recuperar lo que no tengo... pero no me va a poder recuperar la muerte de mi hija", dijo Medina, quien había relatado como tras la operación para expulsarlo se enfermó su hija que luego murió.
El hombre -quien describió que entre las cosas que dejó estaban sus cuatro vacas, un caballo, gallinas y pavos- aclaro, sin embargo, que no desea volver a República Dominicana.
"Nunca, ni por la muerte, por nadie en la vida volvería. Yo seguiré viviendo hasta el día que el señor me acompaña a donde me transportaron, me llevaron", dijo.
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